El arriba firmante reconoce que hacía bastantes años que no escuchaba a Pauline en la Playa, dúo asturiano formado por las hermanas Alicia y Mar Álvarez; craso error por nuestra parte ante el cual toca entonar un mea culpa sin paliativos. Porque el domingo por la tarde la pareja ofreció un delicioso concierto con el que inauguró el nuevo ciclo invernal de Bombo y Platillo, en la rotonda del Centro Cívico Delicias, prácticamente llena para la ocasión.

Oyendo las canciones de las hermanas Álvarez resulta inevitable acrodarse de Vainica Doble, sin duda su referente más preclaro y con cuyo universo creativo guardan muchos puntos en común, desde los cuidados juegos vocales al intimismo y el tono costumbrista de unas letras ingeniosas, que conjugan la sensibilidad y la ternura con los juegos de palabras y los chispazos de ironía. Eso sí, en el caso de Pauline en la Playa se aprecia una lógica inclinación hacia sonoridades más afines con el indie pop, que se manifiestan especialmente en las guitarras eléctricas de Mar Álvarez.

Acompañándose de guitarras y teclados, Alicia y Mar dieron un completo repaso a su álbum más reciente, el muy estimable ‘El salto’, que incluye piezas tan atractivas como ‘Tricotar’, ‘Pin, pan, pun’, ‘Catherine Destivelle’, ‘Una gran ballena azul’, ‘Verano inmenso’, ‘Un bosque’ o ‘La mujer barbuda’. De anteriores trabajos sonaron títulos como ‘Todo para ti’, ‘Nada como el hogar’, ‘Mi bañera’, ‘El mundo se va a acabar’ o ‘Titubeas’, para concluir su actuación con ‘Mis muñecas’, que en su día cedieron a sus paisanas Nosotrash. Composiciones todas ellas atravesadas por un halo de sutil delicadeza y aparente sencillez e interpretadas con gusto exquisito, exentas de artificios pretenciosos y que destilan muy personales fragancias. Imposible sustraerse al encanto de las canciones de Pauline en la Playa.