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El artista Santiago Arranz repasa su evolución con 24 obras que expone en Carmen Terreros

El pintor y escultor, que inaugura el martes 28, dice que el "el siempre es un salto al vacío. Cada nueva exposición es un reto por resolver"

Una de las obras de Santiago Arranz.
Una de las obras de Santiago Arranz.
Arranz/Carmen Terreros.

ZARAGOZA. "Hay un momento inaugural en el que descubro las formas exentas en mi arte, cuando me encuentro con el encargo del abecedario para el diccionario de surrealismo de Gérard de Cortanze en París en 1990 antes de la aparición de internet, y tengo que crear de la nada un abecedario sin posibilidad de acceder a ninguna información. Es ahí surge este mundo de formas cerradas que ni procede de los recortables de Matisse, ni de los templos egipcios, ni de Chillida. Es un descubrimiento que me pertenece y siento como propio, pues está ligado a mi vida", dice Santiago Arranz con motivo de su nueva muestra en Zaragoza.

Artista tan emocional como reflexivo, abunda en su autobiografía de creador: "Llevo elaborando iconografías desde entonces hasta hoy y aplicándolas a proyectos diversos: pictóricos, escultóricos, arquitectónicos... y aunque el uso de vocabularios no tiene sólo un origen, éste fue uno de los momentos estelares. Estas sombras simbólicas proceden de la pintura que observa la realidad hasta secarla y convertirla en vacío. Incluso la escultura deriva de las sombras, pues las sombras son fundamentales en la constitución de la realidad de las tres dimensiones", insiste. 

Santiago Arranz (Sabiñánigo, Huesca) va a su ritmo, ni lento ni rápido, sino todo a la vez: sin prisa y acelerado, con conciencia de la calma y la explosión del vértigo. El martes 28 de noviembre inaugura a las 19.00 una nueva exposición de 24 piezas en la galería de Carmen Terreros de Zaragoza (calle San Félix, 6), ‘Símbolos y sentidos’ es su título y se suma a otra doble exposición conmemorativa, ‘Espacios de tiempo’, que se se presenta en el espacio Tránsito en el Centro de Historias de Zaragoza con motivo de la celebración de su veinte aniversario. En ella se percibe su contribución artística entre 1998-2023 a este importante espacio cultural de Zaragoza, un trabajo que realizó con el arquitecto José María Ruiz de Temiño.

"Mi obra trata de crear huecos para habitarlos con alegorías, con leyendas, con historias y, entonces, nos adentramos en la narración y la literatura, que, como bien sabes son muy importantes para mí. Un vacío también es una forma para mí y por tanto tiene vida en su interior. En la exposición hay obras vinculadas a proyectos arquitectónicos, series como fragmentos visuales o la forma dentro de la forma o formas, que derivan de otros proyectos como Capuchinas , Morlanes o Centro de Historias de Zaragoza y son una convergencia no lineal de series radiales que voy retomando y recreando al darles otra posibilidad". 

Por ello, esta exposición, subraya el artista, es un viaje en dos sentidos de la realidad al símbolo y del símbolo a la realidad, y ambos lenguajes, el vacío y la plenitud, conviven a partes iguales en su obra que "siempre son historias incompletas y fragmentadas en las que conviven luz y oscuridad, el tiempo y espacio, formas que no agotan todos los sentidos porque cada uno de nosotros somos una pregunta. Por eso mi arte nunca se plantea como una respuesta, si no como una pregunta".

“Quiero hacer un arte abierto que al público le gustaría interpretar a su modo, que no es mío, porque pertenece a todos, por eso me interesa tanto el arte público, lejos de la concepción occidental del arte donde lo más importante es el autor de la obra. Quiero convertirme en un nuevo artista cada vez, siendo el mismo, con esa nueva piel para la vieja ceremonia, como el título de uno de los discos de Leonard Cohen”, explica Santiago Arranz.

En esta exposición de la galería Carmen Terreros, las series que se exponen suponen un camino de exploración posterior a sus intervenciones artísticas de algunos de sus proyectos públicos donde el artista ha intervenido a lo largo del tiempo, dando como resultado una serie de obras derivadas del carácter más intimista y lírico realizadas sobre soportes tradicionales de la pintura, el dibujo y la escultura. Son piezas que señalan una opción plástica vinculada a la contención, a la depuración de colores, y al intento de sugerir lo máximo con elementos muy meditados. “La obra de arte nunca es un cálculo, siempre es un salto al vacío. Cada nueva exposición es un reto por resolver. Me gustaría ser un artista feliz pero el perfeccionismo lo deja todo abierto. Nada está resuelto ni del todo terminado. Me gustaría que mi obra fuera como la de Lorca, abierta a futuras generaciones, un manantial vivo de sugestiones”, dice el pintor.

El artista de Sabiñánigo también trabaja la escultura, claramente reconocible.
El artista de Sabiñánigo también trabaja la escultura, claramente reconocible, con su simbología, su estilización y su caligrafía visual.
Arranz/Carmen Terreros.

La exposición ‘Símbolos y sentidos’ se compone de 24 piezas pictóricas y una escultórica de diferentes series como ‘Fragmentos visuales’ (2001-2007), 'Formas’ (2001-2002), ‘La forma dentro de la forma’ (2006), ‘Flores negras’ (2011), ‘Flores amarillas’ (2016), obras expuestas en la galería que tienen sus correspondientes referencias en algunos proyectos públicos.

“La obra de arte nunca es un cálculo, siempre es un salto al vacío. Cada nueva exposición es un reto por resolver. Me gustaría ser un artista feliz pero el perfeccionismo lo deja todo abierto", dice Arranz

La abstracción para Santiago Arranz, un artista que ha residido en París y en Zaragoza, entre otros lugares, “es una mera apariencia de la realidad oculta, pues en sus formas habita siempre la memoria”, produciéndose un doble movimiento, desde el símbolo a la realidad y desde la realidad al símbolo, dos facetas que el artista desarrolla  a partes iguales y que son “la prueba irrefutable de su ir y venir entre la fugacidad del tiempo y la eternidad de los símbolos”.

Ya de paso, teniendo en cuenta que la exposición que presenta en el Centro de Historias, explica así ‘Espacios de tiempo’ que se cuelga en dos lugares. “Se trata de un trabajo complejo, no reducido a minimalismos. No es un mero mecanismo de combinar símbolos y entremezclarlos. Hay un fondo meditado, en el uso que se hace del hueco, la sombra y la luz en el espacio real, desde una iconografía original de 63 formas relacionadas con las culturas celtíberas, romana, árabe y judeocristiana, culturas que desfilaron por este solar y con las que quise contar la historia de Zaragoza a través de sus formas estéticas y no como un historiador atento a los acontecimientos”, informa Santiago, que prepara nuevos proyectos sobre Federico García Lorca para el Colegio de España en París en 2024.

Añade: “Lo hice como si se tratara de una partitura musical, mezclando notas y rechazando las discordantes en la búsqueda de un acuerdo formal armonioso desde el que escuchar esta sinfonía sin cansarnos a lo largo de los años y parece que lo hemos conseguido grabándola en estos portentosos muros que nos hablan”.

Santiado Arranz en su domicilio en Castejón de Sos. El espejo devuelve una de sus piezas de geometría y símbolos en las que tanto le gusta trabajar.
Santiado Arranz en su domicilio en Castejón de Sos. El espejo devuelve una de sus piezas de geometría y símbolos en las que tanto le gusta trabajar.
A. C./Heraldo.

La exposición de Carmen Terreros, que sin duda es complementaria de las del Centro de Historias, podrá verse hasta el 15 de diciembre.

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