Las hermanas Katia y Marielle Labèque han traído su arte a la sala Mozart en tres ocasiones. La primera fue el 14 de diciembre de 1998, pronto hará un cuarto de siglo; conservo el programa de mano del recital. 

Volviendo al presente, el lunes, día 20, dentro del XXVI Ciclo de Grandes Solistas ‘Pilar Bayona’, presentaron la versión original para cuatro manos de ‘Ma mere l’oye’, de Ravel, repartiéndose el teclado con la refinada elegancia de que hacen gala. Refinamiento transmitido a través de una lectura sutil y equilibrada de este paradigma del impresionismo musical. Crearon magistralmente las sensaciones aéreas y misteriosas que destila la partitura.

Prosiguieron con nueve fragmentos de la suite ‘Orphée’, de Philip Glass, instalada en un plano fantasmagórico que de algún modo reduplicaba a su antecedente. Ahora a dos pianos, entraron arrebatadoramente en ‘The café’ construyendo un castillo de sonoridades que el siguiente episodio, ‘Orphée’s bedroom’, atemperó con un intimismo de sonoridad vaporosa. Los sucesivos fragmentos de la 'Suite' mostraron tanto la diversidad de la paleta del compositor como la variedad de recursos de las intérpretes para captar las sensaciones a transmitir.

Recurriendo de nuevo a la modernidad, las hermanas Labèque interpretaron ‘El Chan’, de Bryce Dessner, una obra nacida en París hace siete años. También lograron una interpretación llena de sutileza y efectos aéreos en ambos pianos, rigurosamente concertados. Se exigieron mutuamente en ‘Points of Light’ y consiguieron un ambiente trágico en la tempestuosa ‘Ballade d’Allende’.

La última obra del programa consistió en el arreglo para dos pianos, realizado por Irving Kostal, de algunos fragmentos de ‘West Side Story’, de Bernstein, entre ellos ‘Tonight’, ‘María’ y ‘América’, leídos con un exquisito sentido del ritmo. Hubo una propina