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La melancolía de John Cazale y su amor de película con la actriz Meryl Streep

Historia de un actor, de vida breve, que trabajó en cinco filmes y vivió una relación con la actriz galardonada con el Premio Princesa de Asturias

John Cazale, actor en cinco importantes películas, vivió una intensa historia de amor con Meryl Streep.
John Cazale, actor en cinco importantes películas, vivió una intensa historia de amor con Meryl Streep.
Archivo HA.

Dos hermanos conversan ante un ventanal. En el exterior, las aguas de un lago y un muelle nevado. Los dos saben que uno va a morir. Fredo, la víctima, ya no pelea por salvar su vida, ya no pide clemencia, solo reclama respeto a gritos. "¡¡No soy bobo como piensa todo el mundo, soy listo y quiero que me respeten!!", chilla a Mike desencajado. Lo hace como un niño ante una riña paterna, justificándose por deudas pendientes, injusticias acumuladas. Ese patetismo, esa tristeza infinita, ese dolor infantil con los que John Cazale dibuja su personaje, son únicos, inimitables.

Conocer toda la filmografía de Cazale no te convierte en un friki del cine. John solo participó en cinco películas ('El Padrino', I y II, 'La Conversación', 'Tarde de Perros' y 'El Cazador') todas ellas nominadas, eso sí, al Óscar a Mejor Película. Actor de teatro, comienza su carrera en el cine con treinta y siete años de la mano de Coppola. Sin pretenderlo. El director de casting de 'El Padrino', Fred Ross, lo vio en una función teatral de la obra 'Line' a la que acudió para ver a su amigo Richard Dreyfuss. Pero se encontró con un Cazale inmenso en escena y al salir por la puerta dijo: "Ese es Fredo".

Dice Pacino que Cazale marcaba siempre el ritmo de la escena. Arrancaba improvisando y cuando alcanzaba el tono adecuado, decía el texto real del guión. Ahondaba en el alma de cada personaje, buceaba en su sufrimiento, en el foco de su dolor. Probaba desde diferentes ópticas, era tenaz. Todos coinciden en que era generoso con sus compañeros, evitaba destacar y competir. Sentía compasión por sus personajes, responsabilidad, los trataba como si tuvieran alma, con calidez y dulzura, como dice Coppola.

Conocer toda la filmografía de Cazale no te convierte en un friki del cine. John solo participó en cinco películas ('El Padrino', I y II, 'La Conversación', 'Tarde de Perros' y 'El Cazador') todas ellas nominadas, eso sí, al Óscar a Mejor Película.

Encarnó la melancolía como nadie, todas sus creaciones provocan compasión. Fredo, por supuesto. En la escena del lago, o cuando su hermano Michael lo ningunea delante de los capos de Las Vegas, o cuando disparan a su padre y deja caer la pistola asustado, o cuando su esposa se ríe de él delante de todo el mundo... Da lástima verlo sufrir, ver a un pobre hombre pasando un mal rato. También sucede con Stan en 'La Conversación' de Coppola. Él rellena de humanidad a un personaje secundario, le da una melancolía que parece pescar en las redes de su propia infancia. Sidney Lumet dijo no saber de dónde venía esa tristeza, esa mirada herida. Porque todos sus personajes tienen algo de niño desvalido. Triste, trágico e ingenuo.

Lumet buscaba para el papel de Sal, el atracador que acompaña a Pacino en 'Tarde de Perros', a un joven con aspecto callejero, de unos veinte años. Al le pidió que hiciera una prueba a John, que duplicaba esa edad. Accedió reticente, pero tras verlo esbozar ese atracador infinitamente triste, no tuvo duda. Y su interpretación fue clave, porque Cazale creó un inquietante personaje decisivo para la trama. En un atraco con rehenes, su amigo pide un avión para salir del país y Sal no para de sudar: "Nunca he montado en avión", se justifica tembloroso. Están cercados por cientos de hombres armados, pero a él le pone nervioso el trámite de volar para escapar. Cuando el Sonny de Pacino le pregunta a qué país quiere ir, él responde tras pensarlo bien: "Wyoming". Esta respuesta, improvisada sobre la marcha por el actor, desconcierta al espectador y otorga ternura a un personaje que está apuntando con el dedo en el gatillo a un grupo de inocentes. Una decisión genial del actor que te genera un dilema moral. Porque desde ese momento ya no piensas en que los rehenes sobrevivan. Solo quieres que ese pobre hombre salga con bien del banco.

John Cazale y Meryl Streep en 'Medida por medida'. Ambos estaban en plena juventud.
John Cazale y Meryl Streep en 'Medida por medida'. Ambos estaban en plena juventud.
Archivo HA.

Recuerdo una escena de 'El Cazador' de Michael Cimino. Un grupo de amigos, jóvenes obreros metalúrgicos y supervivientes de la Guerra de Vietnam, sale a la montaña. Al personaje de Cazale, Stan de nuevo, se le olvida llevar las botas y Michael, interpretado por De Niro, lo ridiculiza delante del resto. En ese momento te gustaría matar a De Niro para quitarle sus botas y que así Stan deje de pasarlo mal. Cazale rodó 'El Cazador' ya muy enfermo. Su pareja, una joven Maryl Streep, compañera en la obra 'Medida por medida' de Shakespeare, aceptó participar en la película por estar a su lado. También asumió viajar a Europa para protagonizar la serie de televisión 'Holocausto' y pagar así el tratamiento médico de John. Es la propia Meryl la que cuenta que De Niro avaló económicamente la presencia de Cazale cuando la aseguradora se negó a hacer la póliza de la película por no saber si el actor podría terminarla. Rodaron primero sus escenas pero John no llegó a ver el trabajo montado. Acompañado hasta el último momento por su amor, falleció a los cuarenta y dos años, cinco después de su estreno como actor de cine. Solo cinco años para ser, sin duda, el actor con mejor filmografía de la historia.

Israel Horovitz, director de sus primeras obras de teatro (en una de ellas, 'The indian wants the Bronx', trabajó casualmente Pacino), escribió en su elegía: “John Cazale sólo sucede una vez en la vida. Fue una invención, una pequeña perfección...".

Acompañado hasta el último momento por su amor, falleció a los cuarenta y dos años, cinco después de su estreno como actor de cine. Solo cinco años para ser, sin duda, el actor con mejor filmografía de la historia.

Repaso cada cierto tiempo su filmografía. Me apasionan todos sus trabajos, me fascina John Cazale. Un tipo que regaló su melancolía a un mafioso, a un ayudante de detective o a un atracador, que les entregó su sufrimiento para hacerlos humanos y singulares, para convertirlos en inmortales.

Meryl Streep el pasado viernes en Oviedo, donde fue una de las grandes estrellas de los premios Princesa de Asturias.
Meryl Streep el pasado viernes en Oviedo, donde fue una de las grandes estrellas de los premios Princesa de Asturias.
Vincent West.
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