Gaiteros del Rabal: una sana conjura de invitación al baile

Medio centenar de músicos y un buen puñado de danzantes han recorrido este martes el Casco Histórico.

Ronda de gaiteros del Rabal
Ronda de gaiteros del Rabal
Guillermo Mestre

El punto de reunión, como otros años, ha sido el Puente de Piedra en su margen izquierda. Gaitas, dulzainas, tambores y danzantes han arrancado a las 19.00 una ronda que se celebraba por séptima ocasión: Gaiteros del Rabal, grupo fundado en 2011 convocaba a la fiesta. Esta asociación cohesiona su barrio y, de paso, un buen montón de almas, brazos, pulmones y rodillas; este paseo y otros que se marcan cada año lucen lo suyo gracias al entusiasmo, la investigación sonora y ganas de agradar que atesoran.

Las gaitas son un instrumento curioso: van recubiertas de minúsculos vestidos, requieren una buena comunicación entre el diafragma, la axila, la boca y los dedos (grupo heterogéneo de partes del organismo) y su sonido hace viajar. Juan Carlos Sanjuán, miembro de Gaiteros del Rabal, ha ejercido este martes de coordinador de sus compañeros. "Llevamos un repertorio establecido desde hace años: queremos que tanto músicos como asistentes habituales lo reconozcan y que el resto de la gente participe, aunque no conozca las piezas. Nuestro esfuerzo se encamina a compartir nuestro amor a la música".

Han empezado con un pasodoble dulzainero de Albalate del Arzobispo (Teruel) y luego han ido alternando piezas de las tres provincias aragonesas. "Llevamos una docena de tambores, de 10 a 25 dulzaineros y otros tantos gaiteros -explicaba Sanjuán- y también tenemos algún acordeón. Nuestro cuerpo de baile se compone de 17 personas, pero lo de esta ronda es algo abierto, vienen también miembros de otros grupos folclóricos, incluyendo amigos del Curso de Gaita de la Escuela de Huesca. Quiero aplaudir este día a todos los vecinos del Arrabal, porque es un barrio con inquietud cultural, muy activo, que arropa a su gente. Nuestra voluntad es que esta tradición se conserve, y la asignatura pendiente, que entren más jóvenes al grupo". 

Hoy, desde luego, gente de todas las edades se ha unido a la comitiva en su tránsito a la margen derecha, donde han seguido un recorrido que primaba las zonas peatonales. Entre las danzantes ha destacado por su alegría Rosana, autora de un distintivo en forma de castañuela que llevaban los rondadores. El objetivo del que hablaba Sanjuán, al menos por un día, se ha alcanzado sin esfuerzo.

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