De Muick de Inglaterra a Jan de España, así son los perros 'reales'
Las monarquías europeas se declaran amantes de los animales y todas presumen, más tarde o temprano, de sus mascotas en posados.
En el funeral privado de la reina Isabel, en Windsor, a mediados de septiembre del año pasado, tuvieron papel protagonista. No pertenecían a la Familia Real, pero eran unos más de la familia. Muick y Sandy, que así se llaman los corgis de la soberana, siguieron atentos el cortejo fúnebre que trasladaba los restos de Isabel II a la capilla de San Jorge. Sus corgis son, sin duda, los perros 'reales' más famosos del mundo. Se calcula que a lo largo de su longeva vida llegó a tener más de treinta. Muick y Sandy viven hoy con el príncipe Andrés y Sarah Ferguson.
Los hoy reyes Carlos y Camila también han dado un hogar a dos perros de la raza Jack Russell Terrier a los que adoptaron, Beth y Bluebell, con los que se les ha visto pasear el verano pasado por Balmoral. Y el amor por los perros lo han heredado los príncipes de Gales. Catalina aportó en 2011 al matrimonio con Guillermo a Lupo, un cocker spaniel negro regalo de su hermano con motivo de la boda. El año pasado Lupo falleció. Ahora su hueco lo ocupa Orla, también regalo de James Middleton.
Se repite hasta la saciedad que el perro es el mejor amigo del hombre. Y está claro que también de la realeza. Porque no hay monarquía europea que no haya presumido de mascota en algún posado, como sucedió hace un par de semanas en el que distribuyó Zarzuela para despedir a la infanta Sofía, que ya está en Gales donde los dos próximos años estudiará bachillerato. Se desveló entonces que la benjamina de los reyes Felipe y Letizia también tiene perro, un labrador negro llamado Jan. Nada se sabía de su existencia. Sí, en cambio, que en palacio ya vivía otro perro, Sara, un labrador marrón que la princesa Leonor recibió de sus padres en su Primera Comunión. De ahí que se piense que Jan entró a formar parte de la familia en la Primera Comunión de la infanta Sofía. Y eso que mucho se ha dicho sobre los recelos de la reina Letizia hacia estos bichos peludos de cuatro patas. En realidad, en Zarzuela siempre ha habido muchos perros: el rey Juan Carlos era un amante de los pastores alemanes y la reina Sofía, de los lhasa apso.
Un peludo en la recepción
Un regalo de boda fue Ziggy, una border collie que no se separaba de los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, y que fue recibiendo a los pequeños de la familia. Ziggy falleció en 2017 y su hueco fue ocupado meses después por Grace, de la misma raza. La reina Margarita tiene tres perros, Nelly, Tilla y Helike; uno de ellos, incluso, le acompañó hace poco más de un año a una recepción en palacio.
En Países Bajos, los reyes Guillermo y Máxima sumaron a la familia dos labradores, Skipper y Nala, que en 2018 tuvieron una camada de siete cachorros que quedaron inmortalizados en redes sociales. Se quedaron con uno de ellos, Luna, que ahora también comparte protagonismo con el benjamín de la familia, Mambo, que llegó a palacio en las navidades de 2021.
Coincidiendo con los peores meses de la pandemia, en mayo de 2020, Victoria y Daniel de Suecia adquirieron un perro cruce de poodle y de cavalier King Charles, al que llamaron Rio. Los príncipes Carlos Felipe y Sofía también tienen una perra mestiza, Siri, que decidieron adoptar pocos meses después de su boda. Mientras, los reyes Carlos Gustavo y Silvia tienen a Brandy y Bingo.
Los príncipes Haakon y Mette-Marit tienen a Milly, una labradoodle, y adoptaron a una de sus cachorras, Muffins, que falleció hace dos años. También los reyes de los belgas tienen por palacio correteando a dos perros que salieron del anonimato estas pasadas navidades, cuando posaron en la estampa familiar de Felipe, Matilde y sus cuatro hijos.
