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¿Cómo prepararse para hacer el Camino de Santiago?
Si estás pensando en hacer el Camino de Santiago, apunta estos consejos y truquitos para peregrinos.
Hacer el Camino de Santiago es una de esas experiencias que te cambian la vida. Bonito y duro a partes iguales, esta aventura te permitirá conocer a gente de todas partes del mundo, disfrutar de paisajes increíbles, atesorar recuerdos y averiguar cosas de ti mismo que ni siquiera imaginabas. Ya sea en familia, con amigos o por tu cuenta, a lo largo del peregrinaje vivirás momentos únicos. No es de extrañar que más de 250.000 personas recorran cada año alguna de sus múltiples rutas.
¿Hay que entrenar para hacer el Camino de Santiago? ¿Tengo que estar en forma? ¿Es mejor planificar todo previamente o se puede hacer sobre la marcha? ¿En verano o en invierno? ¿En bici o a pie? ¿Cuántos kilómetros se hacen diariamente? ¿Qué ruta debo elegir? Son muchas las preguntas que surgen cuando nos planteamos hacer el Camino.
Consejos para peregrinos:
Aquí te dejamos algunos consejos básicos que te serán de gran ayuda antes de embarcarte en este viaje.
Es lo primero que debes decidir. Si decides hacerlo caminando, tendrás prioridad en muchos de los alojamientos para peregrinos, disfrutarás más del paisaje y será más fácil entablar amistades a las que unirte en las etapas más arduas. Si te decantas por los pedales, irás más rápido y podrás disfrutar del camino desde otro punto de vista. No obstante, si no eres un amante del ciclismo con cierta experiencia sobre la bicicleta, te recomendamos la caminata.
Hay muchas rutas hasta Santiago. Antes de comenzar es fundamental decidir cuál queremos seguir, teniendo en cuenta el tiempo del que disponemos, nuestro estado físico y nuestras preferencias. El camino francés, el portugués, el inglés, el del norte, el primitivo, , el aragonés, , la vía de la plata… Además de decantarte por uno u otro, es conveniente también decidir las etapas que vas a hacer cada día. A pie, se suelen hacer unos 25 a 30 km diarios.
La mejor época para hacer el camino es en primavera (abril y mayo) y en otoño (septiembre y octubre). Durante estos meses la mayoría de los albergues están abiertos y la climatología es más suave que durante el invierno y el verano.
No hace falta ser un gran deportista, pero sí hay que estar acostumbrado a dar largas caminatas. Empezar andando unos 30 minutos diarios e ir subiendo el ritmo es una buena forma de entrenar. Un mes antes, recomendamos hacer alguna ruta de 6 u 8 horas con la ropa y el calzado que vayas a llevar para ver cómo te sientes.
¿Qué debe llevar un peregrino en la mochila?
Una vez nos hemos preparado física y mentalmente, tenemos clara la ruta y la fecha marcada en el calendario, llega la hora de hacer las maletas o, en este caso, la mochila.
Ropa cómoda
No es momento de ser coquetos. Deja tus mejores galas en el armario y opta por ropa cómoda, ligera y transpirable. No llenes la mochila con decenas de camisetas y pantalones, la vas a tener que cargar tú, así que lo mejor es llevar solo lo fundamental. Lo puesto y una o dos mudas, el pijama y poco más. Por supuesto, si haces el camino en invierno, lleva también sudadera y ropa de abrigo. Fundamental también unas buenas gafas de sol, un chubasquero y una gorra.
Calzado
Lo mejor, deportivas o zapatillas especiales para largas caminatas. Eso sí, no las estrenes en el propio camino, utilízalas antes para que se adapten bien a ti. Tras la caminata diaria, es buena idea cambiárselas por unas sandalias que ayuden a descansar los pies. ¡Y no te olvides de unas chanclas para la ducha!
Neceser
Cepillo y pasta de dientes, peine, gel, champú, toalla de ducha, desodorante, jabón para lavar la ropa, protección solar. Por supuesto, cualquier otra cosa básica y de higiene que necesites.
Comida y bebida
La cantimplora no puede faltar y es que, a lo largo del camino, será fundamental hidratarse. Además, es importante llevar algo que te aporte energía, como frutos secos o algún caramelo con azúcar.
Botiquín básico
Aunque podrás encontrar farmacias en los pueblos por los que pases, es conveniente llevar algunos medicamentos básicos y tiritas o apósitos para las ampollas.
Bastón de apoyo
Aunque es algo opcional, el típico bastón de apoyo puede ayudarnos en algunos momentos difíciles, especialmente en las rutas con más desniveles.
Esterilla y saco
Aunque tengas pensado quedarte el los albergues, llévate una esterilla y un saco porque, en muchas ocasiones, te tocará dormir en el suelo.
