Los Titiriteros de Binéfar crean cantera: "Me atrae la magia de animar cualquier objeto"

Veinte jóvenes actores de España y Francia aprenden con la emblemática compañía aragonesa los mejores trucos de este género teatral. 

Los jóvenes actores y actrices han experimentado con muñecos durante el intercambio que se desarrolla en las Casa de los Títeres de Abizanda.
Los jóvenes actores y actrices han experimentado con muñecos durante el intercambio que se desarrolla en las Casa de los Títeres de Abizanda.
Titiriteros de Binéfar

"De repente me surgió la oportunidad de venir a aprender con los Titiriteros de Binéfar y no me lo pensé dos veces porque son toda una institución y una inspiración". Son palabras de agradecimiento de la zaragozana Carmen Mas, que, junto a otros 19 jóvenes actores y actrices de España y Francia, participa en un intercambio cultural donde aprende los trucos para convertirse en marionetista.

La emblemática compañía que dirigen Paco Paricio y Pilar Amorós, con más de 40 años de trayectoria, está al frente de este curso especializado incluido en un programa de colaboración entre Aragón y la región gala de Nueva Aquitania y que desarrollan junto a sus homólogos franceses de L’Art en Réaction.

Hasta la Casa de los Títeres de Abizanda han viajado esta semana estos aprendices desde distintos puntos de Aragón (11), la Comunidad Valenciana (2) y también Francia (7). Paco Paricio explica que el objetivo de esta iniciativa era "hacer algo por divulgar la profesión" y admite que le "motiva" que se hayan interesado tantos jóvenes actores por este género para mejorar su formación, "porque en nuestras funciones la tónica general es que el público sea cada vez más infantil, quizá porque hacemos adultos a los niños y jóvenes antes de hora por el modelo educativo".

Además, considera que estos intercambios entre países "son muy enriquecedores ya que tienes que sistematizar todo lo que haces con los títeres para explicarlo y jugar con ellos".

"Quitarle seriedad y no ponerse trascendentes"

Durante tres maratonianas jornadas, por la mañana se forman en disciplinas artísticas paralelas como la danza o la expresión corporal, y por las tardes reciben clases magistrales de Paco Paricio y Pilar Amorós. En ellas, les inciden en aspectos como "diluir el afán de protagonismo que suelen tener los actores y actrices para que aparezca más el muñeco". Además, les invitan "a tener discurso, trabajar en equipo y, sobre todo, a jugar para quitarle seriedad y no ponerse trascendentes y a no competir, porque al final con todos esos mimbres haces arte".

A la actriz Carmen Mas, lo que más le atrae de este género teatral es "la posibilidad de construir mi propio universo poético porque muchas veces el cuerpo y el texto te pueden llevar a un lugar pero no más lejos y los títeres sí te permiten salir de ti y contar mucho más allá". Y con la experiencia de la Casa de Abizanda, reconoce estar "emocionada y alucinada porque me he encontrado un espacio para experimentar y jugar como niños pequeños y eso te permite alcanzar posiciones y estados a los que normalmente no puedes llegar".

Paco Paricio supervisa una de las actuaciones improvisadas en la Casa de los Títeres de Abizanda.
Paco Paricio supervisa una de las actuaciones improvisadas en la Casa de los Títeres de Abizanda.
Titiriteros de Binéfar

Desde Valencia ha viajado Yago Benegas. Estudia para bibliotecario, pero su sueño es dedicarse a la farándula ya que siempre ha sido un apasionado del teatro y también de los títeres. "Sobre todo, por la capacidad de hacer que la marioneta esté viva, por la magia de animar cualquier objeto y que cuente historias", subraya. Y valora mucho las posibilidades que brinda un intercambio así "porque los compañeros franceses aportan un aire distinto y la mezcla de culturas y de maneras de entender siempre es muy gratificante", afirma.

De París a Abizanda

Muy similar es la opinión de Rayan Haddad, un joven actor procedente de París, "porque soy muy tímido pero aquí me estoy sintiendo muy cómodo y me estoy abriendo un montón con un lenguaje que no necesita palabras", dijo. Terminó recientemente su formación en una escuela de teatro "pero tenía la sensación de que era muy intelectual y muy cuadriculada así que estaba buscaba otras cosas que me inspiraran y me dieran vida», dice. Por eso, cuando le ofrecieron el curso de los Titiriteros de Binéfar, se apuntó. En su caso, lo más le llama la atención de esta técnica es que "te permite tener una extensión de tu cuerpo y meter un poco de tu alma en un objeto".

Paco Paricio se muestra optimista sobre el futuro del oficio de titiritero. "Pasa como en el teatro o con muchas artes, que parece que están en una crisis permanente, pero siempre sobreviven", resalta. Y es que asegura que cuando uno se acerca a este género "engancha porque descubres la gran fuerza de un arte vivo y que un títere te permite comunicar amor, odio, vergüenza y todos los sentimientos e ideas a través de un objeto cuando las palabras o las imágenes no funcionan".

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