Ahí es nada: 32 ediciones lleva celebradas el Festival Internacional en el Camino de Santiago, dedicado a las músicas antiguas y repartido por diversos enclaves de la ruta jacobea del Pirineo aragonés. El sábado regresamos a uno de sus escenarios más habituales –la Ciudadela de Jaca– para asistir a la actuación de Luis Delgado Sexteto presentando una singular y atractiva propuesta bajo el epígrafe de ‘Danzas medievales en el Camino de Santiago’.

Sin duda, el madrileño Luis Delgado (en su currículo cabe señalar proyectos como Mecánica Popular, Finis Africae o Vivere Memento, entre otros) es uno de los mayores expertos de este país en estos terrenos sonoros, realizando una labor que tiene tanto de investigación como de reconstrucción, pues no abundan precisamente los documentos de música medieval con notación escrita.

Delgado (zanfona y panderos) vino en esta ocasión acompañado por César Carazo (viola y voz), Aníbal Soriano (laúd) y Jaime Muñoz (kaval, flauta y vientos), además de las bailarinas Gema Rizo y Mónica Moreno, cuyas gráciles coreografías y vestuario ad hoc enriquecen visualmente la propuesta sonora, trasladando al espectador a lo que bien podría ser una fiesta trovadoresca ocho o nueve siglos atrás.

A través de muy didácticas introducciones, Delgado nos muestra una serie de piezas inspiradas o relacionadas con el Camino jacobeo, que abarcan desde el Codex Calixtinus a las Cantigas de Alfonso X, pasando por el Llivre Vermell del monasterio de Monserrat o músicas tradicionales sefardíes y andalusíes. Los resultados son brillantes en el capítulo instrumental, y cautivan incluso al profano en la materia. «Ad mortem festinamus, peccare desistamus» («Hacia la muerte nos apresuramos, desistamos de pecar»), cantan en una danza de la muerte con las dos bailarinas envueltas de negro de la cabeza a los pies: pues bailaremos hasta la tumba.