verano 2023

50 años de veraneos reales en Marivent

Este viernes se cumple medio siglo desde que los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía, junto a sus tres hijos, pasaron sus primeras vacaciones en el palacete mallorquín.

Los Reyes y las infantas Leonor y Sofía, en 2015 en Marivent.
Los Reyes y las infantas Leonor y Sofía, en 2015 en Marivent.
Casa de S.M. el Rey

El Palacio de Marivent de Palma cumple este viernes 50 años desde que los jóvenes príncipes Juan Carlos y Sofía, con sus tres hijos, lo pisaron por primera vez tras la decisión de las autoridades de Baleares de que este emblemático edificio mallorquín pasara a ser la residencia veraniega de la familia real.

Una efeméride que se une a la de la construcción del propio palacete, cuyas obras sobre un acantilado con vistas a la bahía de Palma empezaron hace un siglo ante el deseo del pintor y mecenas egipcio de origen griego Juan de Saridakis de instalarse en él al quedar fascinado de la isla, donde murió en 1963.

Tres años después de su fallecimiento, su viuda y heredera, Anunciación Marconi, donó a la Diputación de Baleares los jardines, el edificio y la colección de arte con una condición: que el complejo se convirtiera en museo y en centro de creación artística.

Siete años después, se añadió al convenio de cesión una cláusula para estipular que la mansión diseñada por el arquitecto mallorquín Guillem Forteza pasaba a ser la residencia real, además de espacio cultural, aunque este cerró.

El 4 de agosto de 1973, los príncipes, con sus hijos Elena, Cristina y Felipe, aterrizaron a primera hora de la tarde en Palma a bordo de dos Mystere y en un Seat 124 familiar, conducido por don Juan Carlos, se desplazaron a Marivent, recién remozado para acoger a los Borbones, según recogieron las crónicas de la prensa local.

Esa tarde, con las autoridades de la isla, tuvo lugar "el acto de ofrecimiento" del palacio al futuro rey de España, de 35 años por entonces, a quien el dictador Francisco Franco le había nombrado sucesor en la Jefatura de Estado en 1969.

"Este momento es memorable para nosotros (…) En nombre de todas las gentes de Baleares, rogaros, Alteza, que aceptéis esta residencia para que en unión en vuestra real familia y en todas cuantas ocasiones, tiempo y momento sean de vuestro agrado, podáis disfrutar, rodeados de nuestro profundo respeto y encendido cariño, de un merecido y necesario descanso, del natural y espontáneo esparcimiento que nuestra bella geografía os ofrece", proclamó el entonces presidente de la Diputación de Baleares.

Como remate de sus palabras, proclamó: "Siempre en la paz cimentada y consolidada por nuestro Caudillo que no dudamos nos conservaréis y acrecentaréis en un futuro".

En su primer verano, la familia real estuvo todo agosto y los primeros días de septiembre, marcando el camino de lo que serían las siguientes temporadas estivales.

Felipe de Borbón tenía cinco años en su estreno en la nueva residencia. "Pero me acuerdo de las primeras veces. El tiempo pasa rápido", comentó el ahora rey a los periodistas en su visita a los jardines de Alfabia en Mallorca el pasado lunes, junto a la reina Letizia y sus hijas.

Durante el reinado de Juan Carlos I, Marivent (mar y viento, en mallorquín) ha sido el punto de encuentro familiar, ejemplificado en los posados que cada año hacían los reyes con sus hijos nietos y yernos. Una costumbre que se quebró a partir de 2008, tras la separación de la infanta Elena de Jaime de Marichalar, de la imputación en 2011 de Iñaki Urdangarin por el caso Nóos y, a partir de 2019, por los escándalos que han salpicado al rey Juan Carlos.

Ilustres visitantes

La villa ha alojado a ilustres huéspedes en los años en los que los que Juan Carlos I practicaba la diplomacia veraniega, como el príncipe Carlos de Inglaterra, Diana de Gales y sus dos hijos, que estuvieron cuatro veranos; Mijail Gorbachov y su esposa Raisa; los emperadores de Japón Akihito y Michiko; Bill y Hillary Clinton o Michele Obama.

También el expresidente de Venezuela Hugo Chávez, quien en julio de 2008 ‘selló la paz’ con don Juan Carlos tras el famoso "por qué no te callas" que le espetó meses antes en una cumbre iberoamericana.

Por Marivent han pasado además todos los presidentes del Gobierno para despachar y almorzar con el Rey.

Tras el relevo en el trono en 2014, Felipe VI garantizó a las autoridades de Baleares que mantendría la tradición de veranear en la isla, aunque las estancias se han achicado en comparación con las que realizaban sus padres.

En 2017, se acordó abrir al público los jardines buena parte del año, no así el interior de la mansión, ni de la villa de Son Vent, situada a pocos metros, donde residen don Felipe, doña Letizia y sus hijas.

A ello se unió el que el pasado año los Reyes celebraron por primera vez la recepción a la sociedad civil de Baleares en los jardines del palacete, como ocurrirá de nuevo mañana jueves.

Estos guiños no han convencido a formaciones como Podemos, que insiste en que Marivent debe dejar de ser la residencia estival de la familia real para cumplir la última voluntad de Saridakis de que sea un museo.

Los descendientes del coleccionista entablaron un pleito con el Gobierno balear, el propietario de la mansión, para reclamar la devolución de las obras de arte y el mobiliario, y el Tribunal Supremo les dio la razón.

Sin embargo, esta sentencia no afectó al uso de la residencia, puesto que en 1973 la familia Saridakis renunció a él al aceptar que fuera utilizada para disfrute exclusivo del jefe del Estado español. 

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