La genética revela que en Machu Picchu vivía una población multiétnica

Los habitantes de la famosa 'ciudad perdida' de los Andes no eran una comunidad cerrada y provenían de todas las regiones del Imperio inca, incluso de la Amazonía.

Vista del Machu Picchu, en Perú.
Vista del Machu Picchu, en Perú.
PIxabay

Construido a 2.430 metros de altura sobre el nivel del mar, en los Andes, a 80 kilómetros de Cusco (Perú), el complejo de Machu Picchu es uno de los yacimientos arqueológicos más famosos del mundo. Parte de su atractivo radica en que su historia es un enigma que se va desvelando poco a poco desde que el lugar fue redescubierto para la Arqueología por el explorador e historiador estadounidense Hiram Bingham, en 1911. Ahora, un nuevo estudio, publicado por la revista 'Science Advances', ha revelado que la gente común que vivía en la conocida como 'ciudad perdida de los incas' no formaba una comunidad cerrada. Al contrario, era un grupo multiétnico. Los trabajadores y sirvientes que vivían allí provenían de todos los rincones del Imperio inca, algunos de regiones tan distantes como la Amazonía.

En su artículo, el equipo multidisciplinar internacional encabezado por Lucy Salazar, del Departamento de Antropología de la Universidad de Yale (EE UU), explica que antes de esta investigación no era mucho lo que se sabía sobre las personas que vivían en Machu Picchu, "de dónde venían o cómo se relacionaban con los habitantes de la capital inca de Cusco". Esta falta de conocimiento se debía sobre todo a la ausencia de referencias al lugar en los textos de los cronistas españoles de los siglos XVI y XVII, "y al fracaso de los investigadores modernos a la hora de descifrar los registros de cuerdas anudadas (quipus) que los incas utilizaban para documentar su historia".

La interpretación consensuada entre arqueólogos e historiadores dice que el lugar "formaba parte de una hacienda real perteneciente al linaje (o panaca) del emperador Pachacuti", y que fue utilizado entre 1420 y 1532 de nuestra era. La arquitectura monumental del núcleo del complejo corresponde en realidad a "los restos de un palacio rural" situado dentro de la hacienda real de este gobernante, el que convirtió el estado inca en un gran imperio, el Tahuantinsuyo.

A menudo, "estas propiedades reales se creaban para conmemorar conquistas, y Machu Picchu pudo haberse construido para celebrar la del valle del bajo Urubamba por Pachacuti". El gobernante y su familia "solo residían estacionalmente en los elaborados palacios construidos dentro de estas haciendas, pero en ellas se dejaba un retén permanente de criados para mantener las instalaciones".

Para arrojar algo de luz sobre cómo eran estas personas, Salazar y sus colaboradores ha realizado un análisis a partir de "los datos genómicos de 34 individuos enterrados en Machu Picchu que se cree que fueron criados o asistentes asignados al servicio de la familia real inca".

La gente común

Este estudio "no nos habla de las élites y de la realeza, sino de las personas de estatus inferior", explica Jason Nesbitt, uno de los coautores del estudio, del Departamento de Antropología de la Universidad de Tulane (EE UU). "Se trata de los sirvientes y trabajadores que permanecían en ella todo el año. Y al morir, eran enterrados aquí". Sus genes han revelado que toda esta gente tenía orígenes muy diversos.

Esta población reunida de Machu Picchu "era muy heterogénea, con individuos que muestran ascendencias genéticas asociadas a grupos de todo el Imperio inca y la Amazonía. Los resultados sugieren la existencia de una comunidad diversa en Machu Picchu, en la que vivían, se reproducían y eran enterradas juntas personas de diferentes orígenes genéticos", concluye el artículo. Pocos de estos individuos "compartieron ADN entre sí, lo que demuestra que habían sido llevados a Machu Picchu como individuos y no como parte de un grupo familiar o comunitario" 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión