El auge de las pujas ‘online’ dispara la oferta de obras de patrimonio aragonés
‘Corte de Aragón celebrando juegos florales’, de Pradilla, se adjudicó este lunes por 40.000 euros. A la venta obras de Juan de Ávila y Bayeu
"Las subastas presenciales dejarán de existir en el futuro. No se cuándo, pero desaparecerán". Lo dice Borja Mora, responsable de Aragón Subastas, sala zaragozana que hoy y mañana celebra su sesión de junio. Y lo asegura por el extraordinario auge de las pujas ‘online’ que se está viviendo en nuestro país.
Tres compradores anónimos se disputaron ayer un Pradilla de 42 por 74 centímetros (‘Corte de Aragón celebrando juegos florales’) en la casa Setdart, en cuya web se podía pujar. Las reglas ‘online’ establecen que las pujas de último minuto llevan aparejada la extensión de la hora de cierre para que el resto de pujadores pueda reaccionar. El cuadro se acabó adjudicando por 40.000 euros. "Es una obra muy original en la producción de Pradilla. La hizo en 1884, poco después del éxito de ‘La rendición de Granada’. De Pradilla se vende todo lo que sale", asegura Wifredo Rincón, especialista en la obra del pintor de Villanueva de Gállego.
No hay día en que no salga a la venta en subasta alguna obra de tema o autor aragonés. De momento, el formato ‘online’ suele ir acompañado de subasta presencial. Pero cada vez menos. Y el crecimiento de las pujas a distancia es vertiginoso: el mercado se globaliza y ello favorece la puesta en venta en cualquier lugar del mundo de obras que pueden resultar atrativas para un coleccionista muy local.
Setdart ya tiene abiertas las subastas por dos tablas de Juan de la Abadía, pintor documentado en Aragón en el siglo XV, y las cerrará el 20 de junio; Alcalá dará el día 15 el golpe de martillo digital para un boceto de Francisco Bayeu, al tiempo que cerrará también el precio del dibujo original de la Zaragoza del siglo XVIII que ilustró el ‘Voyage pittoresque de l’Espagne’, de Alexandre Laborde. Un anticuario alemán está utilizando Ebay para ofrecer un raro libro musical impreso en Zaragoza en 1510, un pasionario que salió de las prensas de Jorge Coci...
"Las subastas presenciales han perdido mucho protagonismo –asegura el galerista zaragozano Ricardo Ostalé, buen conocedor del mercado anticuario–.Todo se está centrando en internet, con los inconvenientes y ventajas que ofrece. Las subastas ahí son menos controlables, salvo si las organiza alguna firma ya consolidada y con prestigio. Y, paralelamente, el mercado se ha ensanchado. Al comercio tradicional nos hace mucho daño pero al final tendremos que ponernos nosotros también ahí. Esto es un tsunami y, o nadamos a favor de corriente, o se nos llevará por delante. De momento, las obras muy especiales no se compran ‘online’ pero en muy poco tiempo veremos cómo se venderán ‘picassos’ así. Durante la pandemia el coleccionista aprendió a comprar en subastas ‘online’, o se acostumbró a ello, y ahora todas las casas tradicionales están vinculadas a alguna plataforma. O estás en internet... o simplemente no estás".
Aragón Subastas lleva siete años funcionando en Zaragoza como filial de la casa Abalarte. Cuando abrió sus puertas, Borja Mora ya intuía "que el futuro era internet". "Pero –matiza–, para nosotros supone más trabajo e incertidumbre. Nos cuesta más atender a los posibles compradores por correo electrónico que hacerlo en persona. Y más incertidumbre porque días antes de celebrar las subastas presenciales ya intuías por dónde iba a ir la sesión, qué cosas se iban a vender y por cuánto. Ahora no tienes ninguna seguridad en nada".
Aragón Subastas nació ya en tres formatos, permitiendo en una misma sesión las pujas presenciales, por teléfono y ‘online’, pero son conscientes de que el futuro es digital. De hecho, la firma ya subasta objetos pequeños y de coleccionismo únicamente ‘online’ . "No compensa subastarlos presencialmente –subraya Borja Mora–. Al final todo será ‘online’, aunque, de momento, para las piezas importantes, el cliente sigue prefiriendo lo presencial. En la última subasta vendimos un mueble italiano por 60.000 euros y se lo quedó alguien que pujó en la sala".
