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Jaime Latas: "Zaragoza debería recordar a los héroes que dan nombre a sus calles"

El escritor y divulgador publica la biografía ‘Rafael Valenzuela. Caballero y legionario’ cuando se cumplen 100 años de la muerte del zaragozano que fue el segundo jefe al frente de la Legión

Jaime Latas, escritor y divulgador.
Jaime Latas, escritor y divulgador.
Francisco Jiménez

Jaime Latas, escritor, divulgador y estudioso de la historia local y de temas militares, publica el libro ‘Rafael Valenzuela. Caballero y legionario’, que presenta este lunes en la Hermandad Nacional de Antiguos Caballeros Legionarios de Madrid.

¿Por qué esta biografía?

Considero como un deber cívico y democrático para Zaragoza recordar a los héroes que dan nombre a sus calles. Valenzuela, un zaragozano de familia noble, fue tras suceder a Millán-Astray en 1922 el segundo jefe que tuvo la Legión, donde destacó por su papel en la guerra del Rif.

El personaje da nombre a otras calles en localidades aragonesas y Madrid, pero en Barcelona se la quitaron hace ya unos años.

Argumentaron su ascendencia franquista, pero Valenzuela nunca lo fue. De hecho, murió 13 años antes del estallido de la Guerra Civil y ni siquiera conoció la dictadura de Primo de Rivera. Se la quitaron del callejero por ser militar y español.

Hoy se conmemora el centenario de su muerte en la batalla africana de Tizzi Assa.

Valenzuela fue caballero de Santiago antes que militar, miembro de la nobleza aragonesa, honrado, cumplidor y formal. Siempre se le consideró un oficial obediente con el Gobierno, pero desde el principio se preocupó y esforzó por encontrar el reconocimiento de la Legión, que, a priori, no lo quiso porque no estaba curtido en las guerras de África. De hecho, nunca llegó a trasladar a la familia a su destino y volvía con frecuencia a España. A diferencia de su antecesor en el cargo o de Franco, no fue un africanista.

¿Cómo surge la idea de escribir de Valenzuela?

Lo conocí por la sección de ‘Hace 100 años’ de HERALDO en una nota titulada ‘Un zaragozano mata a un moro a 1.500 metros de distancia’. En una entrevista publicada por el diario, Valenzuela afirma que "ha sido un tiro de suerte con un Mauser". Sin duda, fue un tiro de récord, algo insólito.

¿Y cómo siguió después la pista?

A través de su historial militar en los archivos de Ávila y Segovia. De Valenzuela hay poca bibliografía, tan solo un breve bosquejo de siete páginas en una revista de la DPZ. También he conseguido ayuda de algunos de sus nietos que aún hoy viven en la ciudad.

Su libro se centra en la batalla de Tizzi Assa donde fallece el teniente coronel zaragozano.

Llevaba muy poco tiempo en África, donde había sido recomendado por el general Burguete en 1922 para dirigir las tropas regulares número 5 de Alhucemas como teniente coronel. De ahí, en solo dos meses, pasó a comandar la Legión, una unidad entonces del Ejército nueva y de prestigio. En Tizzi Assa protagoniza un ataque sin apoyo artillero ni aviación a pecho descubierto contra un protoejército de Abd el Krim, donde muere. La maniobra fue un error, fruto de la presión psicológica por ser reconocido como un infante más de la Legión. Fue una muerte cinematográfica tras dos días desaparecido con una treintena de oficiales de su plana mayor y de su escolta.

Los restos de Valenzuela descansan en la basílica del Pilar junto a los de Palafox.

Fue enterrado con un funeral de Estado multitudinario, probablemente el más nutrido después del de Costa. Pese a la importancia y popularidad del que fuera conde de Sobradiel y sobrino del barón de Lalinde, se ha escrito muy poco a diferencia de la vida de otros generales de la época como Millán-Astray, entre otros.

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