Galo Abrain: "Vivimos en un supermercado del sexo y el atractivo es el principal valor"

El periodista y escritor aragonés publica 'Morfina', un ensayo sobre su generación, que considera ha entrado “en la narcotización social”.

Galo Abrain presentó hace unos días su ensayo 'Morfina' en Zaragoza.
Galo Abrain presentó hace unos días su ensayo 'Morfina' en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Nacido en Zaragoza en 1995, Galo Abraín coqueteó con la poesía en la capital aragonesa y se bautizó como periodista en Madrid. Devoto del Nuevo Periodismo de Tom Wolfe y Hunter S. Thompson, y con cierta aura de 'enfant terrible', trabaja como 'freelance' y colabora habitualmente con medios como 'El País', 'El Confidencial' o 'The Objective'. Ahora acaba de publicar 'Morfina' (Rosamerón Editorial), un ensayo sobre su generación, a la que considera “sedada”. El libro se ha presentado ya en Huesca y Zaragoza.

¿Cómo nació 'Morfina'?A través de mi agencia me encargaron un ensayo, me senté a escribirlo y al poco tiempo me vi incapaz. Soy periodista, mis referencias existenciales tienen que ver con el Nuevo Periodismo y no sé contar cosas que no haya vivido. Así que, a partir de lo que sí me ha pasado, de experiencias que, salvo en algún pequeño detalle, son comunes a toda mi generación, me fueron saliendo ideas y el libro empezó a dibujarse en mi cabeza. Y empecé a trabajarlo.

El título es contundente. ¿De verdad cree que quienes están ahora llegando a los 40 años constituyen una 'generación sedada'?Mi generación, sin duda, y quizá alguna de las posteriores. En los últimos años, y sin advertirlo, pequeños virus patógenos y sociales que nos han adormecido se han colado en la cotidianidad de las personas. Pero los problemas de mi generación también afectan a otras.

Galo Abrain es periodista 'freelance' en Madrid.
Galo Abrain es periodista 'freelance' en Madrid.
Guillermo Mestre

Usted habla de que su generación se ha encontrado con la imposibilidad del amor, con la jerarquía de la sexualidad, con el imperio del victimismo... Y todos estos factores los analiza desde su experiencia personal. Algunas parecen inventadas...En absoluto. Este no es un libro autobiográfico pero es autoficción en el sentido de que los episodios que cuento en él responden a experiencias personales. El libro, que está escrito para entretener, expresa mis vulnerabilidades y, de hecho, posee una sinceridad que puede ser perversa y dañina para mí. Cuento episodios de mi vida que nadie en su sano juicio querría contar.

Lo que escribe del papel del victimismo en la sociedad actual es políticamente incorrecto.La víctima, hoy, es el héroe de nuestro tiempo. Hemos llegado a un momento en el que, en cuanto tú te victimizas, seas quien seas y pertenezcas al colectivo que pertenezcas, ya obtienes un rédito social. Todo el mundo tiene que aceptar tu posición y tu defensa en cuanto víctima. El problema es que, si en nuestra sociedad el victimismo acaba siendo algo beneficioso, ¿quién no va a querer caer en él? El victimismo se ha convertido en algo comercial, algo que tu adquieres para estar por encima de los demás, para tener razón o poder. Y la mejor forma de sobreponerse a los traumas es enfrentarse directamente a ellos.

Galo Abrain ha publicado un ensayo sobre su generación.
Galo Abrain ha publicado un ensayo sobre su generación.
Guillermo Mestre

Carga también contra el identitarismo...Que no es uno, sino muchos, el que cada uno quiera adoptar. Y excluyente. En los años 70 del siglo pasado uno se definía como falangista, o marxista, por poner un ejemplo, iniciaba la lucha política y se desentendía de lo que pudiera ser el otro. Hoy el identitarismo excluye, no deja espacio a la duda o la crítica, ni siquiera al sentido del humor. Y, si uno no está dispuesto a reírse de sí mismo, ¿cómo va avanzar? En el fondo de todo está el hecho de que somos incapaces de aceptar las consecuencias de aquello que ansiamos. Queremos café sin cafeína, solomillo vegano, humor sin ofensa... No estamos dispuestos a pagar el precio de las cosas.

También habla de que se ha impuesto una incapacidad general de amar.Vivimos la era Tinder y, aunque parezca que las relaciones son muy libres y líquidas, en realidad existe una imposibilidad de amar. Todos queremos ser perfectos a los ojos de los demás, y en la medida en que el otro desconoce tus defectos, porque si los conociera te sentirías vulnerable, es imposible que pueda amarte. Hemos convertido el amor en un arma revolucionaria, porque ya parece casi lo único que te hace comprometerte con los demás, pese a sus defectos. Hay que reivindicar el amor, compartir, vivir, experimentar... en toda su riqueza.

El sexo...Vivimos en un supermercado del sexo, donde el atractivo físico se ha convertido en el principal valor. Hoy vivimos en un escaparate social constante, en un juego de espejos, en un fingimiento eterno. Y por eso resulta necesario ser atractivo, porque las redes, donde mucha gente vive, son un constante espejismo. Si no tienes ese atractivo, en una sociedad tan superficial y cínica como la nuestra, estás perdido.

Su generación siente que la han engañado.Claro. Se nos dijo que nos formáramos y que íbamos a tener muchas oportunidades, pero luego la realidad ha sido mucho más cruda de lo que nos vendieron. Y sí, tiene razón, a todas las generaciones, de alguna forma, se las ha 'engañado'. Nosotros pensamos que somos distintos a nuestros padres y no es verdad. Creemos que todo antes era mejor, y tampoco es cierto. Lo único que ha cambiado es que tenemos medios diferentes. Quizá, sí, hay una brecha tecnológica, porque nosotros, a diferencia de nuestros padres, hemos nacido ya cuando lo analógico y lo digital convivían. Pero también hay tecnología que nos iguala: el 'smartphone', por ejemplo, es el primer ejercicio de transhumanismo de la historia. Hemos implantado una tecnología sin la cual casi nadie puede vivir, sea de la generación que sea.

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