Jordi Évole: "Quien piense que va a venir al concierto de su vida, que se lo vaya quitando de la cabeza"

El periodista y guionista de televisión recala hoy (21.00) en Las Armas para actuar por primera vez en Zaragoza junto a Los Niños Jesús, su banda de versiones.

Los Niños Jesús
Los Niños Jesús
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Es la primera vez que vienen a Zaragoza. ¿Por qué han tardado tanto?

Hubo dos intentos previos, pero no resultaron, no acabamos haciendo los conciertos. A la tercera va la vencida. Íbamos a ir para las Fiestas del Pilar de 2022, pero se suspendió por amenaza de lluvia y al final no cayó ni una gota. Y la segunda, ya no recuerdo qué pasó.

¡Qué tiempos! Cuando casi llovía...

Bueno (ríe), dicen que viene una primavera muy lluviosa.

¿Qué repertorio interpreta junto a su banda?

Tocamos canciones para pasárnoslo bien. Quien piense que va a venir al concierto de su vida, que se lo vaya quitando de la cabeza. No es el caso. Somos un grupo para divertirse, saltar y bailar y para eso recurrimos a la ‘playlist’ de nuestra vida, con temas de pop y rock español que nos han acompañado desde la adolescencia hasta ahora, y eso es lo que hacemos.

¿De esas canciones, cuál cree que se le da mejor versionar?

Nos lo pasamos muy bien tocando algún tema de Kiko Veneno, como ‘Memphis blues’, que realmente es de Dylan y nosotros reversionamos. La disfrutamos mucho, también cantando ‘Emborracharme’, de Lori Meyers, y siempre disfrutamos mucho tocando algo de Jarabe de Palo.

En cierto sentido, Pau Donés le animó a lanzarse con este proyecto musical.

Aquella entrevista que le hice me supuso un verdadero antes y después porque de alguna manera la conversación con Pau fue todo un canto a la vida, incluso en aquel momento en que él tenía la muerte tan cerca.

¿Cómo surgió la idea de bautizar al grupo con el nombre de Los Niños Jesús?

De forma totalmente improvisada. Estaba en el Sonorama, hace dos o tres años, habíamos empezado ya a ensayar en la Unión Extremeña de Sant Boi. No teníamos nombre ni nada porque tampoco teníamos claro que un día íbamos a actuar en público. Lo que hacíamos era tocar, pasarlo bien, bebernos tres cervezas y ya está. En aquel festival me hicieron una entrevista para la radio y cinco minutos antes de empezar envié un mensaje a los miembros del grupo contándoles que iba a decir que teníamos una banda e iba a decir un nombre. A partir de ahí salió Los Niños Jesús, que viene porque el batería, que es Jesús Salas, que es el mayor de todos, nos saca unos cuantos años, así que en comparación los demás somos sus niños.

¿Se les ha ido un poco de las manos?

Un poquito, sí, pero bienvenido sea porque es muy chulo lo que nos está pasando. Desde luego, tenemos muy claro el lugar que ocupa esto en nuestra vida. No deja de ser nuestro ‘hobby’, nuestra manera de pasárnoslo bien, de evadirnos, de hacer una cosa totalmente diferente a la que haces en el día y la verdad es que nos está dando auténticos momentazos. Este concierto de Zaragoza es un poco el pistoletazo de salida de todos los de este verano, aunque todavía no estemos en verano. Llevamos ya tres semanas que en todas las canciones que hacemos en los ensayos se las dedicamos a Zaragoza. Imagínese.

¿Habrá alguna sorpresa en el concierto de esta noche?

En principio, no. No queremos engañar a nadie. Va a ser un concierto cien por cien Los Niños Jesús, aunque si a ultima hora hay alguien que se anima a hacer algo, ahí estará. Pero de momento no quiero levantar falsas expectativas, que eso es muy malo.

¿Barajan en el futuro componer temas propios?

Es que no queremos eclipsar a los autores españoles. Por eso lo único que hacemos es versionar a los grandes.

Primero el periodismo, ahora la música, ¿siente predilección por las profesiones estables?

Sí, la verdad es que siempre me ha gustado tener una vida muy rutinaria, un poco del trabajo a casa y de casa al trabajo. Son dos profesiones que encarnan ese espíritu (risas).

Dedicó uno de sus programas al pueblo de Jánovas, ha sido galardonado con el Premio Labordeta de Comunicación en 2016... ¿Tiene buena sintonía con Aragón?

Tengo una conexión muy especial con Aragón, no me puedo decantar por ninguna de las tres provincias porque en las tres tengo algo que me llama y me mueve mucho. En Zaragoza, la propia capital; en Huesca, toda la zona del valle de Bujaruelo y Jánovas, si bajamos un poquito para abajo, y en Teruel hicimos uno de nuestros programas iniciales en la zona del Maestrazgo, que me parece preciosa.

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