Tercer Milenio

En colaboración con ITA

arte. ocio y cultura

De la desnudez mística de Mapi Rivera al lápiz de Natalia Lainez y los retratos de Saura

Los museos y las salas ofrecen propuestas estéticas de fotografía, pintura, obra gráfica, vídeo en el Museo Goya, el Torreón Fortea o el Gargallo

Mapi Rivera posa ante una de sus fotografías realizadas en un lago de Finlandia.
Mapi Rivera posa ante una de sus fotografías realizadas en un lago de Finlandia.
Marcos Cebrián.

Los museos aragoneses celebran no solo Día Internacional sino una semana de promoción y divulgación de sus fondos con inauguraciones, actividades, conferencias, conciertos. Quizá el desconcierto reine en los Depósitos Pignatelli; allí alguien, con nocturnidad y alevosía, se llevó la gran lona que presentaba esa muestra tan singular como es ‘Sijena mágica’, el trabajo de rescate y de pura pasión que ha llevado a cabo el astrofísico Juan Naya y que ha cristalizado, en primer lugar, en una película galardonada, ‘El sueño de Sijena’, dirigida por Jesús Garcés (premio Globo de Oro por su Caravaggio), y luego en la muestra que resume con paneles y con una gran artesonado los tesoros de la Sala Capitular del monasterio de Sijena, que están vinculados con artistas ingleses que viajaron a Jerusalén.

Juan Naya no se podía creer. Y con él ni la vicealcaldesa Sara Fernández ni su segunda Elena de Marta. Las cámaras de vigilancia no han registrado imagen alguna que vea trajinar a los bromistas o ladrones. O lo que sea. Para Juan Naya, que anda por México, puede ser un acto de vandalismo, una provocación o un sabotaje a una exposición que está dando mucho que hablar y que ya ha sido pedida en otros lugares. Ahí hemos empezado el recorrido. La crítica de arte Paloma de Eslava, que vive por allí, decía “sí, sí, cómo me ha impactado esa lona, esa pieza. Ahora volverá a estar el mural de Atades”. Está, desde luego, imponente y tierno, con sus ‘Tres gatitos’. A Naya le han anunciado que desde el viernes 20, si todo va bien, habrá un vinilo. Si pueden no se la pierdan: el vídeo de la realidad virtual es una maravilla. Y lo que le precede, como habría dicho Irene Vallejo, es una odisea increíble en esa máquina del tiempo que es el arte.

En el Paraninfo hay mucho que ver: el arte de María Buil, ese mundo suyo tan bello y turbador a la vez, delicado y descarnado; y el universo de la maternidad, de la dolencia y del desnudo de la obra gráfica de Katia Acín. Y abajo sigue esa sugerente muestra de ciencia y memoria y fotografía que recuerda el paso de Albert Einstein por Zaragoza. Ya de paso: el jotero que estuvo con él, entre otros, fue el cantador Joaquín Numancia, nacido en 1886 y fallecido en 1943, 20 años después, de profesión ajustador mecánico en Escoriaza y persona bondadosa que recibía a mucha gente en su casa en las fiestas del Pilar.

Detalle de una de las fotos de Mapi Rivera, que aspira a la espiritualidad y a la trascendencia, y mezcla la raíz y la semilla.
Detalle de una de las fotos de Mapi Rivera, que aspira a la espiritualidad y a la trascendencia, y mezcla la raíz y la semilla.
Mapi Rivera

La plaza del San Felipe es o puede ser uno de los centros neurálgicos del arte. Podría decirse que lo era ayer jueves: Mapi Rivera, que ha cambiado Menorca por Barcelona, presentaba una de sus personales y elaboradas exposiciones: ‘Germinación’, que consta de fotografías, de vídeo (o el making off de sus impresionantes fotos realizadas en Finlandia, donde fue becada) y una colección de dibujos, realizados con acuarelas y con rotuladores, que forman parte de sus diarios de trabajo, que luego escanea e imprime en un papel de calidad. Así lo explicaba a los escritores Mariano Gistaín y Mari Carmen Gascón, que veía en sus piezas ecos de la iluminación medieval.

“El éxtasis es un momento de apertura, de distensión total del cuerpo, cuando todos los obstáculos ceden para permitir que el universo se exprese a través de uno”, escribe de Mapi Rivera Graciela García Muñoz

Mapi Rivera trabaja en varias direcciones: el misticismo, la espiritualidad, la desnudez, la naturaleza y, como dice Graciela García Muñoz, “el sentido de la vida y de la creación estriba en la calidad de la atención con la que busca rastros”. Mapi, junto a sus obras, esos desnudos panorámicos de una mujer que parece levitar o conversar con el agua, con la raíz y la semilla, ha dispuesto una banda sonora general y también unos sonidos que son frases poéticas y aforismos donde conmina a vivir, a soñar, a amar, a sentir, a buscar distintos niveles de trascendencia.

Como ella misma explica de viva voz, ‘Germinación’ consta de dos series fotográficas: ‘Käänna Juri’ (2020), con el que intentó resolver o mitigar una profunda crisis vital, una debacle interior, la pérdida de asideros; con este nuevo proyecto, claramente sanador, la artista ahondó en los estados y formas de emergencia del inconsciente. “La oscuridad de estas imágenes parecía prevenirme, antes de su llegada, de lo que estaba por venir”. Y la segunda serie es como un renacer “para traer consigo la primavera cargada de fecundidad y de abundancia”. Agrega Graciela García Muñoz en el catálogo: “El éxtasis es un momento de apertura, de distensión total del cuerpo, cuando todos los obstáculos ceden para permitir que el universo se exprese a través de uno”.

La muestra es muy sugerente. Tiene muchos niveles de contemplación y vivencia íntima. Los vídeos, muy elaborados, donde la fotógrafa explica cómo trabaja, cómo dispara y cómo edita luego sus imágenes revelan un proceso que es muy meticuloso y artesanal, como le reconocía Julio Álvarez, director durante 46 años de la galería Spectrum. O la poeta y activista cultural Mari Carmen Gascón Baquero. También se lo contó a los artistas Vicky Méndiz y a Víctor Forniés. Mapi recuerda que este proyecto fue ideado durante una estancia en la Residencia Arteles de Finlandia y subraya, con emoción, que ha incorporado una novedad muy sugerente: el pan de oro. “El pan de oro es un elemento que se ha utilizado a lo largo de los siglos, tanto en Oriente como en Occidente, para restaurar obras de arte y objetos fisurados”. En cierto modo, el espectador piensa que por extensión la artista oscense, volcada hacia la luz y las visiones, también restaura su "alma rota por una gran crisis" con este noble y simbólico material.

Una de las obras, con esa casa o domus de cristal, de Natalia Lainez.
Una de las obras, con esa casa o domus de cristal, de Natalia Lainez.
Natalia Lainez/Pablo Gargallo.

El Museo Pablo Gargallo es una continua maravilla. Por todo: por el palacio de los Argillo en sí mismo, por su colección permanente, por sus recorridos, por su gabinete de dibujo, por esa mezcla de obra clásica, de oficio, y de vanguardia que realizó Gargallo. Vean, junto a ‘La mujer del espejo’, por ejemplo, o sus caballos, piezas como ‘El profeta’, ‘Urano’ o ‘Kiki de Montparnasse’. Gargallo es un poeta excelso del volumen, de las líneas y del vacío. Y visitar su museo, en medio de tantas actividades, aún produce más placer. Si es mitómano, eso sí, suba a la quinta planta y busque a Kiki, cubista, de la que hablaría algo más tarde Juan Manuel Bonet en el Museo Goya, y recordaría que había sido una de las amantes de Man Ray, aquel americano que estremeció de modernidad y audacia la fotografía y la publicidad.

"Las pinturas y dibujos de Natalia son también su piel. Unas señales encarnadas que se hacen más profundas, casi abisales, con las ausencias", dice Soledad Sevilla

En las tres salas temporales del Museo Gargallo, Natalia Lainez, una zaragozana residente desde hace años en Barcelona y colaboradora de Soledad Sevilla, presenta un potente proyecto: ‘25+25’, con estupendas obras, muy trabajadas, resueltas en distintos formatos casi siempre en técnica mixta. Uno de los temas que aborda la muestra es la muerte (la muerte de su hermana María: “la muerte de un ser querido lo cambia todo / eso pasó con María, mi hermana. / Tanto ha pasado desde entonces / Yo me dije que siempre le dedicaría todo lo que hiciera… / y cuando cumpla 50 habré pasado tantos años con ella como sin ella”. Natalia Lainez sabe lo que hace y lo que le duele, y ha hecho una exposición emocionante y delicada, en la que la casa adquiere un protagonismo capital. La casa, su concepción de la geometría, su percepción del color, la idea misma de belleza depurada.

Dice Soledad Sevilla: “Como dijera Louise Bourgeois: ‘Yo soy mi cuerpo, mi cuerpo es la escultura’. (…)… Porque las pinturas y dibujos de Natalia son también su piel. Unas señales encarnadas que se hacen más profundas, casi abisales, con las ausencias, que son en realidad presencias constantes que la acompañan en ese empujar el lápiz o el pincel, en cada segundo de su vida. De ahí ‘25+25’ Pasado fundido en el presente. Vivencias y memorias que Natalia vuelca en su trabajo. En el estudio. Ese deseado lugar de retiro”.

Visiten las tres las salas, descubran y redescubran su mundo, admiren su pincel elegante, de intensa pulcritud, admiren sus cuidados dibujos, el bello dominio del lápiz y ese juego geométrico que se alza de la plantilla de un cuadro de Edward Hopper.

Retrato piscodélico o pop de Juan Manuel Bonet, ayer en el Museo Goya, donde habló de la colección de Julián Castilla.
Retrato casi piscodélico o pop de Juan Manuel Bonet, ayer en el Museo Goya, donde habló de la colección de Julián Castilla.
A. C. /Heraldo.

Juan Manuel Bonet es poeta, historiador del arte, enamorado de la fotografía y un hombre memorioso que tiene en su cabeza y a flor de labio escritores, artistas, músicos, editores, impresores, gestores culturales. A casi todo. Parece dominar hasta los golpes de aire de cada semana en París, Budapest o Barcelona en el contexto de las vanguardias. Nada se le resiste: es así, ha vivido tanto que va por el mundo con un emocionante ordenador personal (el suyo, el de su cerebro y sus emociones) que todo le sale fluido y ameno. Ayer hablaba del coleccionista manchego Julián Castilla y de su colección de fotos de grandes fotógrafos españoles y del mundo. La muestra se titula ‘Instantes decisivos de la fotografía’ y se presenta en el Museo Goya-Ibercjaa y, con cierto atrevimiento, podría decirse que tiene tres focos muy claros: Nueva York, París y Barcelona. También podrían sumarse Budapest y Madrid. 

“Hoy ha sido un gran día. No se puede imaginar con qué emoción estuvieron por la mañana los niños. Les enseñamos con música y arte y literatura como es un palacio del Renacimiento”, explicaba Cristina Rubio

Juan Manuel Bonet hizo un recorrido muy completo y se fijó en muchos nombres, con sus detalles y sus fotos icónicas: Alfred Stieglitz, Edward Steichen, Irving Penn, Berenice Abbott, Vivian Maier, Elliott Erwitt o Man Ray; entre los europeos citó a Robert Capa, a André Kertész, a Cartier-Bresson, y a otros húngaros como Nicolás Muller (que se afincó en Portugal, Marruecos y finalmente en Madrid y Asturias), Brassaï (el fotógrafo de la noche parisina y gran amigo de Picasso, que no está en la colección), etc.; no se olvidó del cubano Alexander Korda, que retrató al Che y a un puñado de mujeres bonitas. Y cuando habló de los españoles reparó en muchos, claro: los catalanes Oriol Maspons, Leopoldo Pomés (que fue muy amigo suyo y lo elogió también como poeta), Xavier Miserachs, Catalá Roca o Ramon Masats, entre otros. Pero tampoco se olvidó de Cristina García Rodero, Isabel Muñoz o Alberto García Alix. Y por supuesto que tuvo palabras de cariño y reconocimiento para Carlos Saura, que además de cineasta y escritor y melómano, fue un espléndido fotógrafo que captó el paisaje castellano de los 50, el Rastro en los años 60 y el mundo del flamenco. Y el paisaje de Aragón, por supuesto.

Una de las cuidadoras de la muestra decía: “Esta exposición tiene una gran acogida. Y es emocionante ver a diario qué entendido y qué sensible es el público que acude”. Cristina Rubio, que programa y coordina actividades, decía: “Hoy ha sido un gran día. No se puede imaginar con qué emoción estuvieron por la mañana los niños. Les enseñamos con música y arte y literatura como es un palacio del Renacimiento”.

Ya lo dijo Gauguin y lo recuerda Natalia Lainez: “Para ver cierro los ojos”. ¿Sabe alguien cómo son, qué materia les estremece y dónde miran las órbitas asombradas del corazón?

Una de las últimas imágenes que se han incorporado a esta muestra que está conectada con Inglaterra, Italia y Tierra Santa.
Una de las últimas imágenes que se han incorporado a esta muestra que está conectada con Inglaterra, Italia y Tierra Santa.
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