Nota costumbrista (62)

Expos

En las exposiciones zaragozanas siempre se publicaron buenos catálogos

En las exposiciones zaragozanas siempre se publicaron buenos catálogos
En las exposiciones zaragozanas siempre se publicaron buenos catálogos
H. A.

En las exposiciones zaragozanas siempre se publicaron buenos catálogos. El primero fue el de la Exposición Aragonesa de 1868, que se imprimió ese mismo año en la tipografía de Calisto Ariño. Nos enternece leer en él cómo prestaron parte de sus colecciones aragoneses ilustres como Romualdo Nogués, Francisco Loscos, Nicolás Sancho, Valentín Zabala o Francisco Zapater y Gómez. El de la Exposición Aragonesa de 1885-86 lo escribieron R. Castro y A. Motos y, costeado por la Diputación Provincial, se publicó en 1886 en la Imprenta del Hospicio. Ya exponían por entonces sus productos Chocolates Hueso, Lacasa, Averly y La Veneciana y colgaron sus cuadros Mª Luisa de la Riva, Félix Pescador, Pallarés, Balasanz, Gascón de Gotor o Unceta. La Exposición Hispano-Francesa de 1908 contó con varios catálogos: el Libro de Oro que coordinó y dirigió Rafael Pamplona Escudero (hace unos años reeditado en facsímil por la Institución Fernando el Católico), el álbum de la exposición titulado Zaragoza artística e industrial con maravillosas fotografías de Coyne, y el Catálogo-Guía Oficial impreso en Madrid por la Imprenta Alemana. El ejemplar que compré hace años de este último fue el que perteneció a la infanta Isabel, “La Chata”, hija primogénita de Isabel II y hermana por tanto del rey Alfonso XII, que visitó la Exposición Hispano-Francesa el 14 de julio. Entre su séquito se encontraba Alonso Coello de Portugal, secretario personal de la infanta, que fue quien describió en la página de respeto, a lápiz y de su puño y letra, las circunstancias de aquella visita. Lo encuadernaron en tela con la bandera de España y grabaron el escudo real en la cubierta. En 1919 todavía se imprimió otro precioso catálogo: el Libro de Oro de la Exposición Hispano Francesa de Bellas Artes celebrada en la Lonja en mayo y junio de ese año. Y nos queda el catálogo de la Expo 2008, que también recordará para siempre la última gran exposición zaragozana.

(Puede consultar aquí todos los artículos y notas costumbristas publicados por José Luis Melero en HERALDO).   

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