ARTES Y LETRAS

Jaime Bayly: “Gabo nació genio. Vargas Llosa no, se forjó, se educó en la genialidad”

El escritor peruano publica 'Los genios', la historia de una amistad rota entre los dos Premios Nobel que acabó con un brutal puñetazo en 1976

Jaime Bayly presentó en Madrid su novela 'Los genios', el retrato de dos amigos que dejaron de serlo y del llamado 'Boom' latinoamericano.
Jaime Bayly presentó en Madrid su novela 'Los genios', el retrato de dos amigos que dejaron de serlo y del llamado 'Boom' latinoamericano.
Borja Sánchez/Efe

El 12 de febrero de 1976, en el auditorio de la Cámara Nacional de Industrias Cinematográficas de Ciudad de México, Mario Vargas Llosa recibía a su vecino y amigo Gabriel García Márquez con un puñetazo en la cara que le hizo tambalearse y caer. “Esto es por lo que le hiciste a Patricia”, le gritó mientras el Gabo se levantaba aturdido.

Dos días más tarde, fue al estudio del fotógrafo Rodrigo Moya con el ojo morado y un corte en la nariz. Se conservan dos copias de esa sesión, una con el Gabo serio y gesto adusto, y otra que se haría famosa con el tiempo en la que mira a cámara con una sonrisa entusiasta.

Nunca se ha sabido exactamente qué ocurrió, pero ese puñetazo fue el final de una amistad que quedó rota para siempre como la nariz de Gabo.

Jaime Bayly acaba de publicar 'Los genios', en Galaxia Gutenberg, un libro que arranca, precisamente, con aquel puñetazo, y ha venido a España a presentarlo.

Nada como un buen puñetazo para empezar, ¿no?

Bueno, empieza con el puñetazo y termina con el puñetazo. Ahora bien, no es una novela solamente sobre el puñetazo, sobre la pelea, es una novela sobre todo el tiempo -casi una década- en que Gabo y Mario fueron grandes amigos, vecinos en el barrio de Sarrià en Barcelona y compadres. Yo quería recrear esa época, contarla, revivirla, reunir a los genios cuando no eran enemigos, hacerlos hablar, y entender también el origen, la causa de aquel puñetazo.

"No es una novela solamente sobre el puñetazo, sobre la pelea, es una novela sobre todo el tiempo -casi una década- en que Gabo y Mario fueron grandes amigos, vecinos en el barrio de Sarrià en Barcelona y compadres"

Hace unos días recomendé su libro a un amigo y me dijo que no lo había comprado porque pensaba que sería una novela complaciente. Y le tranquilicé al respecto, porque en absoluto lo es, más bien al contrario.

No, complaciente no lo es. Es un libro insolente en cierto modo porque para conocer los secretos sobre el origen del puñetazo, que no sólo fue el puñetazo sino cuatro décadas posteriores de absoluta e irreconciliable enemistad, para entender qué carajo pasó, había que meterse en unos cuartos prohibidos, abrir los armarios, mirar bajo las alfombras… Esta es la literatura que me interesa, la que busca las verdades encubiertas: ¿por qué Mario le dio el puñetazo?, y, sobre todo, ¿por qué no quiere hablar de eso?, ¿por qué le da vergüenza? Claro que no es una novela complaciente, al revés, es una novela arriesgada.

No sé si arriesgada es la palabra, pero creo que a Vargas Llosa, y a su familia, no les va a gustar.

Coincido contigo. Ellos, y los conozco muy de cerca, habrían preferido que esta novela no la escribiera yo, y que no la escribiera nadie. Es un tema del que no quieren hablar, que no quieren recordar. Creo que a Vargas Llosa el tema le mortificaba más que a García Márquez: yo se lo pregunté en Washington, y me dijo que no había sido él quien había peleado, sino Vargas Llosa. Yo creo que Mario se afiebró, se atacó de celos…

Hay algunos episodios que no le dejan en buen lugar, pero me ha resultado especialmente tremendo el encuentro con su padre, que trabajaba como camarero en un restaurante al que él fue a almorzar, y al que humilla y ridiculiza.

Es que Mario odiaba a su padre, lo odiaba porque en sus primeros diez años de vida pensó que estaba muerto y en el cielo. Fue después cuando descubrió que su padre vivía, y que era un cabrón de mala entraña. Y era un cabrón porque le pegaba a la mamá de Mario, a Dorita, y porque le pegaba a él, y porque lo metió en un colegio militar para hacerlo hombre. Mario aprende a dar puñetazos porque le tiene que dar un puñetazo a su padre.

"No me atrevía a escribir la novela, pensé que no me atrevería nunca, pero en la pandemia me sentí liberado: Gabo había muerto, mi amistad con Mario había muerto, y era el momento de escribir"

Hay episodios que se narran en el libro y que resultan incómodos. ¿Todo lo que se cuenta es verdad? ¿Qué lugar ha dejado a la imaginación?

Esa es una pregunta de fuego. Todo parte de unos hechos reales, el origen de cada capítulo es un hecho real, documentado. Ahora bien, cuando los genios hablan es ficción, yo les hago hablar pero no les grabé, ni estaba con ellos. Pero todo lo que cuento, todo, ya digo, parte de algo que realmente ocurrió.

Portada del libro de Jaime Bayly que publica Galaxia Gutenberg.
Portada del libro de Jaime Bayly que publica Galaxia Gutenberg.
Archivo HA.

Hay también en el libro, más allá del escándalo que significó el puñetazo, una voluntad testimonial respecto del ‘boom’. Es un libro en el que aparecen Jorge Edwards, Elena Poniatowska, Cortázar, Bryce Echenique…

Claro, porque todo ocurre en una década prodigiosa en la que había muchos genios en español, muchos. Y para entender a los dos de la novela, hay que entender cuáles eran sus genios predilectos. En el caso de los Gabo era Neruda y después Cortázar, en el campo de los Vargas Llosa está más Jorge Edwards, desde luego los peruanos Julio Ramón Ribeyro y Bryce Echenique... También es importante la política, no has mencionado a Fidel y la revolución cubana que es lo que lleva a que los dos genios rompan su amistad. El puñetazo no tiene que ver con lo que Gabo le hace a Patricia sino con razones políticas.

"Creo que a Vargas Llosa el tema le mortificaba más que a García Márquez: yo se lo pregunté en Washington, y me dijo que no había sido él quien había peleado, sino Vargas Llosa. Yo creo que Mario se afiebró, se atacó de celos…"

Hablando de Fidel, narra un encuentro del Gabo con él, en Cuba, en que finge no saber nadar, y obliga a Fidel a tirarse al agua a salvarlo.

Sí, y es algo que ocurrió: Fidel lo empujó al agua y después se tiró a rescatarlo porque el Gabo fingió que se ahogaba… Gabo era más amigo de sus amigos que Vargas Llosa , es decir, Gabo quería a sus amigos con sus defectos, y les perdonaba sus errores políticos. Mario, no; si no estás de acuerdo con él en las cosas políticas, y lo digo por experiencia, te aleja como amigo.

El libro, en realidad, plantea dos visiones distintas de la genialidad, de la literatura, de la vida, y usted parece estar más del lado de Gabo. Es tremenda esa frase de la agente literaria Carmen Balcells: “Mario es el primero de la clase, pero Gabo es el genio”.

Qué gran frase, sí. Y es verdad, porque Gabo nació genio, Gabo, con ocho años, viviendo con sus abuelos, con el coronel Márquez, ya era genio. Gabo escribiendo era Messi, el amo, un crack. Vargas Llosa no nació genio, se hizo genio, se forjó, se educó en la genialidad, fue una consecuencia de su disciplina, de su ambición, de su preparación intelectual, pero la genialidad de Vargas Llosa es un desprendimiento de su voluntad humana. En el caso de Gabo, es algo con lo que nació; el talento de lo real maravilloso

Habrá quien le suponga, por cierto, un afán de venganza…

Este es un libro que surge de una frustración. Yo pregunté a ambos qué había ocurrido y ninguno de ellos quiso contestarme. Me dijeron que investigara, y yo soy un hombre que hace preguntas, quiero saber qué pasó, y por qué.. De esa frustración surgió una curiosidad, y durante años, pregunté a sus amigos -Álvaro Mutis, Eloy Martínez- y fui armando el rompecabezas, pero no me atrevía a escribir la novela, pensé que no me atrevería nunca, pero en la pandemia me sentí liberado: Gabo había muerto, mi amistad con Mario había muerto, y era el momento de escribir.

Pues sólo falta, para terminar, que Vargas Llosa lea el libro, y le dé también un puñetazo a usted, un buen guantazo…

Ja, ja, sería el final perfecto: que me dieran a mí también un puñetazo por curioso y por infidente, y por preguntarme por el origen de todo esto. Si me dan un puñetazo estaré encantado, me haré una foto como el Gabo con el ojo morado. Seguro que lo tengo merecido. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión