Pedro Mari Sánchez: "La muchedumbre está llena de soledades, es aterrador"

El actor (Ciudad Real, 1954) actúa hasta el domingo en el Teatro Principal de Zaragoza. También trabaja divulgando la oratoria y el lunes presentará un libro sobre ella en la Cámara de Comercio.

PRESENTACION DE LA OBRA PLATANOS, CACAHUETES Y LO QUE EL VIENTO SE LLEVO _ 08-03-2023_ FOTO TONI GALAN[[[FOTOGRAFOS]]]
Pedro Mari Sánchez, en el Teatro Principal de Zaragoza. 
Toni Galán

Desde que debutó con 7 años en uno de los mayores taquillazos españoles de los 60, ‘La gran familia’, del zaragozano Fernando Palacios, no ha dejado de trabajar en el cine, la televisión, mucho en teatro. Como intérprete, pero también como director. ¿Cuánto ha cambiado el oficio?Un primer cambio fue la aparición de la dirección de ‘casting’. El salto de la televisión pública a las privadas fue otro, porque empezaron a mirarse con lupa las audiencias y eso modificó la manera en que los actores se relacionan con la industria. Y luego llegó la gran revolución de las plataformas, que ha llevado a las televisiones los guiones más interesantes, las mejores direcciones, a las grandes estrellas. Además, al entrar el mundo digital, los algoritmos, se están haciendo repartos en base a cuántos ‘likes’ y seguidores tiene en las redes determinado actor o actriz, lo cual me parece un disparate.

¿Y han cambiado mucho sus emociones?Siento la misma pasión e ilusión que cuando empecé. Es un motor que tengo la fortuna de poseer. Este oficio es muy desigual, muy ingrato en ocasiones, y hay que tener una enorme resistencia psicoemocional para seguir adelante sin derrumbarse.

Está en muy buen momento. No para. Se pierde hoy la inauguración del Festival de Málaga con la última película en que aparece, ‘Alguien que cuide de mí’, por estar actuando en el Teatro Principal de Zaragoza con la obra ‘Plátanos, cacahuetes y lo que el viento se llevó’.Es una película estupenda en la que mi personaje hace de pareja del de Emma Suárez. Abrir el Festival de Málaga es muy importante, pero es que estoy aquí haciendo una comedia maravillosa. No me voy a quejar.

Entre sus muchas ocupaciones, se encuentra su trabajo en el mundo de la empresa, formando en el valor de la palabra hablada. ¿Nos perdemos mucho cuando cada vez más interlocuciones se dan a través de una pantalla?Siempre es mejor el cara a cara. Estamos engolosinados en una tecnología deslumbrante, que nos permite pasarnos una información cuando no hay más alternativa, pero que no puede sustituir la verdadera comunicación del ser humano. El mundo se está empobreciendo intelectualmente. En la que, dicen, es la gran época de la comunicación, es cuando la gente está más aislada; la muchedumbre está llena de soledades y es un poco aterrador.

El lunes presenta en Zaragoza, en la Cámara de Comercio (19.00) un libro escrito al alimón con la periodista Ana Martín-Coello: ‘La palabra mágica. Un método para adquirir elocuencia y aprender a contar y a contarte’. ¿No debieran estar estas enseñanzas en el sistema educativo ordinario?En el sistema anglosajón todo el mundo, desde niños hasta que abandonan los estudios, está permanentemente exponiendo sus conocimientos en voz alta, y en España siempre se ha primado el estudio, escribir, no la verbalización. Ahora se empieza a enseñar oratoria, pero muchos de los profesores no saben hablar porque no han tenido esa formación. Es fundamental tomar conciencia de la importancia que tiene. Aprender a hablar implica aprender a escuchar, a nosotros y al otro. La palabra escrita es un mapa que hace referencia a la verdadera palabra, que es la pronunciada.

¿Hablamos cada vez peor?Se está perdiendo riqueza de lenguaje y claridad a la hora de articularlo. La gente tiene que comprender lo que dices, en una película, en una serie de televisión, en una obra de teatro, en un telediario, en la vida, en todo. Hablar bien no es hablar cursi. Ana y yo hemos entrenado desde a una veterinaria que tenía que ir a dar informes jurídicos en el Parlamento Europeo hasta a estudiantes de la Facultad de Economía y Empresa, actores, médicos, profesores... que necesitan transmitir lo que les compete con credibilidad, con claridad.

Volviendo a los muchos palos que ha tocado, trabajó a las órdenes del recientemente fallecido Carlos Saura poniendo voz al protagonista de ‘La naranja mecánica’, en un doblaje que dirigió el oscense por delegación de Stanley Kubrick. ¿Qué recuerda de esos días?Fue una experiencia fantástica. Lo que lamento es no haber rodado ninguna película con él.

Antes de trabajar como un precocísimo actor, usted ya se subía a los escenarios como cantante. E hizo carrera como tal, siendo una estrella juvenil, a finales de los 70. Componiendo e interpretando. ¿Le tienta volver a la música?En octubre hice un papel en una zarzuela por primera vez y fue una experiencia maravillosa, que me ha dejado con ganas de más. También me gustaría sacar música compuesta por mí, mucho, pero el tiempo no siempre se estira tanto. Si tuviera más horas el día, estaría muy bien... Pero hay las que hay.

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