ARCO inaugura esta semana una de sus ediciones más internacionales. Madrid, denominada "la nueva Miami" por la oleada de latinos de clase alta que se han trasladado a ella, atrae a galerías de todo el mundo en busca de estos acaudalados coleccionistas, asegura a la directora de la feria, Maribel López.

De las 211 galerías (189 en 2022) que vienen este año, el 66 por ciento son de fuera y, de este porcentaje, el 29 % proceden de latinoamericana. Argentina es el país con más presencia.

Durante años, la feria -que se celebra del 22 al 26 de febrero- impulsó las buenas relaciones con el cono sur, convirtiendo a muchos de sus países en invitados de honor y ahora muchas galerías latinoamericanas son fieles a la cita.

Pero la relación va mucho más allá. La oleada de empresarios venezolanos, mexicanos, colombianos o peruanos, que se han afincado en Madrid -en ocasiones debido a la situación política de su país-, ha impulsado la presencia de galerías latinoamericanas en ARCO y de otros lugares que buscan en Madrid a estos adinerados coleccionistas, argumenta su directora.

"La presencia de latinoamericanos en la ciudad ha sido progresiva, no es de 2022, está muy arraigada en la ciudad y tiene un rol importante dentro del arte contemporáneo. Son gente que viene con posibilidades, tienen casa aquí y amigos coleccionistas", asegura López.

Pero el fenómeno no acaba ahí, desde hace unos años varias galerías de arte latinoamericanas han abierto sede en Madrid, algo que probablemente no hubiera pasado sin este fenómeno.

"No todas son de gran tamaño -argumenta-, también hay galerías jóvenes, que toman riesgos".

La expectación con esta edición es máxima. El número de galerías ha crecido de manera considerable y el número de invitados ha marcado un récord: vendrán casi 400 coleccionistas y 200 profesionales de 40 países.

"El año pasado notábamos ganas, pero este año más. No hemos tenido ninguna cancelación", señala.

La feria, que este año ha eliminado las restricciones, ha elegido por primera vez como tema principal un territorio: el Mediterráneo. La idea se fraguó durante la pandemia: "Me interesaba pensar en territorio de un modo más ampliado, no solo en lo que nos diferencia sino en el que nos puede unir".

La programación corre a cargo de Maria Fokidis y contará con una veintena de galerías en una espacio central de la feria, así como un programa de actividades.

Lo que no habrá este año es un espacio dedicado a mujeres artistas. Durante dos años 'Proyectos de Artista', una serie de espacios distribuidos por la feria en el que las galerías dedican a un proyecto especial o más complejo estaban dedicados a mujeres, este año no.

El motivo de su eliminación es que las galerías, a su juicio, han tomado nota y "han introducido más mujeres", asegura.

Otro motivo es que le parecía un requisito "muy binario" y "demasiado reductor", que lo convertía en un "mujeres contra hombres", cuando algunas personas no encajan en esa definición. De los veinte espacios de este año, quince son de mujeres.

"Yo no puedo programar la feria, aunque la tentación la tengo como directora. Los contenidos artísticos tienen que venir de la mano de las galerías", dice López.

Todavía no existe, pero no descarta que en el futuro se pudiera crear algún reconocimiento -como un premio- de la mano de algún sponsor.

Los últimos datos disponibles (de 2018), son de la Asociación Mujeres de las Artes Audiovisuales, revelaban que solo el 19 % de los artistas presentes en la feria eran mujeres.

Poco dada a desvelar posibles sorpresas, lo que sí avanza es tras años de mucha pintura, el objeto y las saberes tradicionales se consolidan. "La presencia del textil, la cerámica, el vidrio, es algo que lleva tiempo teniendo un papel importante entre los jóvenes", explica, por lo que se verá con fuerza esta edición.

Lo que no faltarán serán nombres de artistas consagrados como Pablo Picasso, Juan Gris, Joan Miró, Antoni Tapies, Canogar, Chillida, Sonia Delaunay, Miquel Barceló, Olaffur Eliasson, Chema Madoz, Equipo 57, Dalí, Francis Bacon, Antonio López o Soledad Sevilla, entre otros.

También hay una singular sorpresa este año, por primera vez una galería ucraniana pisara la feria, Voloshyn Gallery, con un proyecto "muy bonito" de recuperación de un artista ucraniano. "Es un proyectazo", asegura la directora de la feria. El año pasado la feria abrió sus puertas el día que estalló la guerra.

"Mi deseo para esta edición, contextualizada con los últimos años -de pandemia y guerra-, es que todo lo que ahora parezca que va a ir tan bien, vaya tan bien, y que el éxito para las galerías sea el máximo".