El héroe y los pasajeros
No pocos actores construyen una trayectoria sobre papeles a su medida. Gerard Butler la ha enfocado a ser figura de acción en un perfil con indudable carisma para el aficionado al género, y moviéndose con comodidad cerca de la serie B. En ‘El piloto’ retoma la vía del hombre corriente capaz de lo heroico y lo extraordinario al interpretar a un capitán de aviación comercial, que consigue que un siniestro seguro debido a una virulenta tormenta y a un fallo eléctrico se convierta en aterrizaje forzoso.
Tras tocar tierra en una zona de Filipinas, intenta volver a salvar a los pasajeros de la amenaza de unos milicianos, reflejo de que el planteamiento canaliza el juego de las adversidades consecutivas y el más difícil todavía. La película resulta bastante entretenida y eficaz; el oficio del director Jean François Richet luce en esta acción a la vieja usanza, que va a lo que tiene que ir.
La mano del francés, autor de ‘Asalto al distrito 13’ y ‘Blood father’ –y fuera de Hollywood, de ‘Mesrine’ y ‘El emperador de París’– se palpa en la más que vistosa media hora inicial, en la que expone los momentos previos al despegue, los comentarios de cabina a los pasajeros y lo que ocurre en ambos lados durante las complicaciones. La sugerencia de este tipo de tratamiento y de situación reaparece, como mandan los cánones, en el marco de la resolución, definida por la única salida para sobrevivir.
Entre medio, lo que acontece en la isla es más convencional, pero Richet denota igualmente habilidad para que la modulación suscite el atractivo natural de unos elementos que siempre funcionan cuando se aplican bien. Para ello, la historia se apoya además en el factor del preso peligroso al que trasladaban en el avión (encarnado por Mike Colter, de la serie ‘Evil’) y que, como se intuye por el tipo de relato, establece alianza con el protagonista.
