A pesar de que en el momento de su estreno la película de 'El planeta del tesoro' no tuviera éxito y Disney la considere como uno de sus “fracasos”, 20 años después de su estreno se ha convertido en una película de culto por su innovación tecnológica y el aire fresco que aportó al estudio.

La película, que es la número 43 de Disney, toma como base la novela de Robert Louis Stevenson 'La isla del tesoro' pero traslada la trama al futuro, concretamente al lejano planeta de Montressor, donde vive Jim Hawkins, un niño que sueña con hallar un tesoro a través de un mapa en forma de esfera.

Dispuesto a encontrarlo para reconstruir su pasado y no volver a pasar necesidades en toda su vida, Jim y el Doctor Doppler contratan un barco capitaneado por Amelia y con el cíborg y cocinero John Silver como jefe de la tripulación, con quien el niño hará buenas migas.

Aunque se estrenó en 2002, la idea de realizar la película estaba en la cabeza de Ron Clements desde 1985, pero Disney la rechazó porque Paramount estaba preparando su propia adaptación de la novela de aventuras.

No obstante, tanto Clements como John Musker (los dos directores finales) estaban empeñados en sacar el proyecto adelante, así que siguieron intentándolo: primero tras el estreno de 'La Sirenita' y una vez más después del de 'Aladdin', pero fueron rechazados en ambas ocasiones.

No fue hasta 1995 cuando consiguieron luz verde gracias a un favorable Roy E. Disney, a pesar de tener en contra al jefe de Walt Disney Studios, Jeffrey Katzenberg. A partir de aquí las cosas ya no fueron nada fáciles para una película que tardó cuatro años en sacarse adelante debido a su dependencia tecnológica, así como de guion, ya que adaptar una novela de Stevenson a la ciencia ficción y para el público infantil requirió muchos cambios.

Sin embargo, los directores afirmaron que dicho retraso jugó en su favor, puesto que los avanzados efectos visuales no se hubieran podido conseguir con la tecnología disponible en los años ochenta y principios de los noventa. Además de trabajar con una mejor tecnología, se permitieron añadir movimientos de cámara más novedosos como los que usaban Steven Spielberg o James Cameron para sus cintas de ciencia ficción.

También pusieron mucho cuidado en el diseño de personajes, naves y lugares, de ahí que el desembolso de Disney fuera enorme. La película costó alrededor de 140 millones de dólares, un presupuesto muy alto que la convirtió en el filme de animación tradicional más caro de la historia.

Mezclar animación 3D con dibujo 2D requería mucho dinero: para el cíborg John Silver las partes humanas fueron dibujadas tradicionalmente a mano, mientras que sus elementos robóticos se crearon por ordenador, una elevación en la animación de Disney que suponía combinar estilos para hacer algo más nuevo y más maduro.

A pesar de una campaña de mercadotecnia muy potente que incluía patrocinios de poderosas marcas como Coca Cola, McDonald’s o Kellogg's, “El planeta del tesoro” se encontró con críticas tibias y tuvo un choque fuerte en taquilla, obligando a Disney a frenar los planes de hacer una segunda parte.

Aun así fue nominada al Óscar a Mejor Película de Animación, aunque se lo arrebató la película 'El viaje de Chihiro', y también logró siete nominaciones a los Premios Annies, los galardones más importantes de la animación, de los que también se fue de vacío.

No obstante, a pesar de todos los fracasos que en su día obtuvo Disney con esta cinta, con el paso el tiempo no solo ha sabido permanecer como una película clave en la infancia de muchos espectadores -que piden su adaptación con actores reales, como ha hecho Disney con otros de sus filmes- sino que se considera una obra de arte y visionaria por su adelanto tecnológico y diseño.