El cabaret circense de Spinish cierra la nueva tanda de Domingos de Quiosco

El Parque Grande José Antonio Labordeta disfrutó de una mañana veraniega en pleno otoño, y el público secundó con entusiasmo la pericia y el desempeño escénico de los artistas 

Néstor, malabarista de Spinish Circo, encandiló a la audiencia en el Quiosco del Parque Grande José Antonio Labordeta.
Néstor, malabarista de Spinish Circo, encandiló a la audiencia en el Quiosco del Parque Grande José Antonio Labordeta.
Francisco Jiménez

Anda Zaragoza empeñada Zaragoza en jugar al gato y el ratón con la meteorología. La broma de las cuatro estaciones en un solo día no resulta tan 'bromística' en jornadas como la de este domingo 2 de octubre, día otoñal con madrugada fresca -de dos capas al menos- amanecer primaveral y mediodía veraniego, con el astro rey mazo en mano. Nada de eso arredró a las 300 personas que se dieron cita en el Quiosco de la Música del Parque Grande José Antonio Labordeta para disfrutar del último Domingo de Quiosco de la temporada. Organizadas por el Ayuntamiento de Zaragoza, con la colaboración de HERALDO DE ARAGÓN, estas jornadas han servido para endulzar al público familiar la transición de solsticio a equinoccio, y comprobar de paso la buena salud de las artes escénicas locales

David Angulo y Marisol Aznar marcaron el día 11 el retorno de esta actividad con su espectáculo de música y comedia. Siete días después, el turno fue para Pelegrín, el títere más famoso de la factoría Arbolé; el cómico de Alborge Iñaki Urrutia subió al escenario del Quiosco el domingo 25, y este domingo se cerró la tanda con Spinish Circo, compañía basada en Valencia con elenco internacional que da una interesante vuelta de tuerca a los clásicos del género. Fundada por Edu Martínez hacer 10 años, se manejan de maravilla a la hora de adaptar su arte a todos los espacios. En esta ocasión traían a Zaragoza su ‘Cabaret de circo’.

Con unos minutos de retraso, pero toda la energía del mundo, Lorena Marciana se encargó de abrir fuego con un número de baile, mimo y animación, salpimentado con gotas de clown. Sus compañeros Néstor y Jacho se sucedieron en escena con las acrobacias: desde el diávolo a los equilibrismos con un balón de fútbol, jaleados con ‘aahs’ y ‘oohs’ por el respetable, que comenzó algo frío y se fue calentando con el paso de los minutos, admirado ante la pericia en el desempeño de los artistas. En definitiva, una mañana redonda en el Parque, cálida en los termómetros y acogedora en el aplauso sincero al entretenimiento de calidad.   

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