La magia del 'Lago de los cisnes', en el Auditorio de Zaragoza

El ballet Nacional de Georgia trae a la Sala Mozart la obra más clásica, admirada y aplaudida de la danza

El Ballet Nacional de Georgia, en una de sus actuaciones.
El Ballet Nacional de Georgia, en una de sus actuaciones.
Heraldo.es

Es el ballet más popular de la histora. 'El lago de los cisnes' se presentó en 1895 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo con una nueva concepción de Marius Petipa y Lev Ivanov y desde entonces ha sido aplaudido en los principales teatros de todo el mundo. Este domingo podrá verse en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza (18.30, entradas 28-40 euros) interpretado por el Ballet Nacional de Georgia. 

El argumento se centra en la princesa Odette, convertida en cisne por un hechizo del Mago Von Rothbart, que sólo se romperá cuando un hombre le jure amor y fidelidad eterna.

El Ballet Nacional de Georgia es todo un símbolo de la cultura georgiana. Ya desde sus primeros años, el 'Tbilisi – Opera & Ballet State Theatre – Georgia' está sólidamente unido a las grandes figuras del ballet clásico mundial. En 1897, la bailarina María Perrini, alumna del mítico Enrico Cecchetti, actuó en el escenario de Tbilisi, y decidió quedarse en el país durante casi medio siglo. En 1907 creó el primer estudio coreográfico para bailarines clásicos en Georgia. Sus métodos de enseñanza y sus alumnos se convirtieron la base del ballet georgiano. En 1936, uno de sus más destacados alumnos, Vakhtang Chabukiani, presentó en Tbilisi el primer ballet netamente georgiano, 'El corazón de las montañas', un espectáculo inspirado en el folklore georgiano sobre la lucha por la libertad, consolidando la danza de carácter masculino. Figura central en la historia de la compñaía es Vakhtang Chabukiani que, tras graduarse en la Escuela de Ballet de Leningrado en 1929, se encargó de la compañía de ballet del Teatro Estatal de Ópera y Ballet desde 1941 y 1973. Chabukiani introdujo un estilo innovador de baile masculino con gran influencia entre los bailarines y coreógrafos de las siguientes generaciones.

A principios de los años sesenta, Gogi Aleksidze se incorporó a la compañía como director artístico abriendo una nueva e innovadora etapa. Incorporó los ballets neoclásicos al repertorio del teatro y creó numerosas miniaturas coreográficas y ballets en un solo acto. El siguiente director artístico de la compañía fue Mikhail Lavrovsky (1982-1985), conocido bailarín y coreógrafo del Teatro Bolshoi de Moscú. Desde 2004, Nina Ananishvili es la directora artística de la compañía. En sus cinco primeras temporadas puso en escena veintiocho ballets y cinco miniaturas, además de incorporar nuevos estilos coreográficos que van más allá del clásico. 

En la representación de este domingo está protagonizada por los bailarines Laura Fernández, en el papel de Odile, y Papuna Kapanadze como Príncipe Sigfrido. 

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