¿Padecía el rey Sancho Ramírez acromegalia como Shrek?

El estudio de las monedas acuñadas durante el reinado del monarca aragonés (1076-1094) ha llevado a un equipo de especialistas a concluir que el monarca seguramente padeció una enfermedad rara.

Una de las monedas en las que el rey Sancho Ramírez presenta rasgos de acromegalia. A la derecha, Shrek.
Una de las monedas en las que el rey Sancho Ramírez presenta rasgos de acromegalia. A la derecha, Shrek.
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Cuando Sancho Ramírez se casó con Felicia de Roucy, el Reino de Aragón se abrió a Europa como no lo había hecho hasta entonces, ni aún con la influencia del Camino de Santiago. Esa apertura se tradujo en muchos aspectos de la vida y del arte, incluso en las monedas, porque llegaron acuñadores nuevos y de enorme calidad. Un equipo de especialistas ha estudiado todas las monedas acuñadas durante el reinado de Sancho Ramírez (1076-1094) y ha llegado a conclusiones sorprendentes. Al menos dos: que el rey seguramente padeció acromegalia y que la Casa Real ‘falsificó’ su propia moneda.

Al enfrentarse a todas las monedas conocidas con la efigie del monarca, los investigadores descubrieron un hecho sorprendente, y es que, en un momento dado, el rostro del rey empezó a cambiar visiblemente de fisonomía. En las monedas acuñadas en el último periodo de su vida aparecía siempre representado con rasgos duros, mandíbula rectangular muy prominente y desarrollada, nariz gruesa y amplia y cuello muy alto. Poco que ver con cómo era representado su rostro en las monedas de su juventud y primera madurez. ¿Casualidad?

Y otro dato más: en las del periodo en que aparece con mandíbula prominente se detecta incluso una evolución. En las últimas -señala el historiador Juan Paz- la nariz es más abultada y ancha".

 

Retrato idealizado de Sancho Ramírez, realizado en el siglo XIX por el pintor Manuel Aguirre y Monsalbe.
Retrato idealizado de Sancho Ramírez, realizado en el siglo XIX por el pintor Manuel Aguirre y Monsalbe.
 

Hormona del crecimiento

Juan Paz es uno de los firmantes del artículo en el que se da a conocer la investigación (publicado en las actas del último congreso de Arqueología y Patrimonio de Aragón). Junto a él, José A. Cuchi, Isidro Aguilera, Josefina Pérez Arantegui, María J. Arbués, Silvia Abad, Juan C. Sánchez-Garnica y Pablo Martín-Ramos.

El cambio fisonómico en la representación podría achacarse a la impericia de los abridores de cuños, pero los investigadores no lo creen así; se decantan por la hipótesis de la acromegalia.

Juan Carlos Sánchez-Garnica, cirujano oral y maxilofacial, conoce bien la enfermedad. «Es poco frecuente, y está producida por un exceso de hormonas de crecimiento, ya sea por razones hereditarias o por un tumor en la hipófisis», señala. Cuando se produce en niños deriva en gigantismo, pero en los adultos, como sus huesos no pueden crecer, estos se vuelven más densos. Y además algunos órganos internos se inflaman."Hoy la enfermedad tiene tratamiento, pero en época de Sancho Ramírez, no -añade Sánchez-Garnica-. Afortunadamente, tampoco era mortal".

Otra de las conclusiones sorprendentes a las que ha llegado el equipo de especialistas es que el reino, quizá por problemas económicos, llegó a ‘falsificar’ su propia moneda.

Evolución de los rostros del rey Sancho Ramírez acuñados en monedas.
Evolución de los rostros del rey Sancho Ramírez acuñados en monedas.
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El estudio se ha centrado en 261 monedas conservadas en los museos de Huesca y Zaragoza. A todas ellas se les han realizado análisis químicos y metalográficos para certificar su autenticidad.

Y había una que en lugar de ser de oro macizo, en realidad estaba forrada de ese metal. Al ser auténtica, eso indica que, en algún momento del reinado de Sánchez Ramírez el monarca se vio obligado a ‘falsificar’ el mancuso aragonés, ordenando que se acuñara con menos oro del que correspondía.

Un personaje de ficción famoso por sufrir acromegalia es Shrek. Se debe a que el hombre que inspiró a este entrañable ogro verde, Maurice Tillet, desarrolló esta enfermedad cuando apenas tenía 20 años y falleció por culpa de una afección cardíaca con apenas 50 años.

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