Salman Rushdie sigue hospitalizado tras ser apuñalado en el cuello por un fanático

Un hombre con una túnica negra subió al escenario de un acto literario en una tranquila zona rural neoyorquina.

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El escritor Salman Rushdie fue atacado este viernes en Nueva York.
H. A.

No hay paz para los "infieles", porque los fanáticos nunca descansan. A sus 75 años, la fatwa que lanzó en 1989 el ayatolá Jomeini alcanzó este viernes a Salman Rushdie en la apacible y remota localidad neoyorquina de Erie, a casi 600 kilómetros de la Gran Manzana donde se afincaba desde 2000, salvo el tiempo que pasó en Atlanta (Georgia). Un hombre con una túnica negra se abalanzó contra él en el escenario, cuchillo en mano, nada más verlo salir y fue directamente al cuello, donde le asestó varias puñaladas, además de una en el abdomen, indicaron fuentes policiales. 

"Le vi los nudillos como si le estuviera golpeando o algo así", dijo al diario 'The New York Times' un testigo, Bill Vasu, que se encontraba en el anfiteatro medio vacío, con capacidad para 4.000 personas. El mismo diario habló con otro testigo, Roger Warner, que había asistido al acto y que vio cómo un hombre alto y delgado saltó al escenario y golpeó a Rushdie tres o cuatro veces en la cara, y entonces vio la sangre: "Estaba cubierto de sangre, y había sangre derramándose por todo el suelo. La sangre le cubría los ojos y las mejillas", dijo. El público se levantó de los asientos horrorizado al verle caer sobre el escenario en un charco rojo. Le redujeron entre todos y le arrestó un policía estatal asignado al evento.  

El agresor es un hombre de 24 años llamado Hadi Matar que sigue detenido, ha asegurado la policía del estado de Nueva York en una rueda de prensa, en la que dio detalles de la agresión. Por el momento "no tenemos indicios del motivo" de la agresión, dijo el portavoz.

Rushdie se había llevado las manos al cuello y las tenía ensangrentadas. El asesino, que también atacó al presentador, está en manos de la Policía, por lo que no se llevará los más de 4 millones de dólares que ofreció por su cabeza hace 33 años una fundación religiosa afiliada al Gobierno de Irán, cuando el ayatolá lo declaró "enemigo del islam". Tampoco el paraíso prometido, porque ambos siguen vivos.

No es el primer atentado fallido que supera, pero sí el primero en el que resulta gravemente herido. Su agente, Andrew Wylie, dijo este viernes que estaba en el quirófano, pero no precisó su estado, y tampoco en qué hospital había sido ingresado. Horas más tarde, durante la rueda de prensa de la policía se detalló que el escritor continuaba siendo operado, sin conocerse su situación.

En 1989 sobrevivió a una bomba en un hotel de Londres que explotó prematuramente y convirtió al terrorista en el primer mártir de la saga. Irán ha renovado periódicamente la sentencia de muerte contra el escritor nacido en Bombay y educado en Cambridge. El régimen de los ayatolás considera que, si alguien hubiera ejecutado su fatwa, otros autores acusados de difamar al profeta Mohama no se hubieran atrevido a hacerlo.

Rushdie tuvo que pasar diez años escondido con protección oficial desde que noveló al profeta en su libro 'Los versos satánicos'. Al Qaeda llegó a ponerlo en su lista de objetivos. En los últimos años parecía haberse relajado, con charlas poco publicitadas como esta, celebrada en una urbanización vallada de la Institución Chatauqua, que cada verano dedica nueve semanas a programas artísticos y literarios. 

Se trataba de una conferencia organizada por City of Asylum para hablar precisamente sobre "su experiencia como artista exiliado en Estados Unidos", junto a Henry Reese, presidente de la organización. La charla de Rushdie -que, según la organización, no es la primera que pronunciaba allí- llevaba por título 'Más que cobijo' e iba a tratar sobre el carácter del país "como tierra de asilo y hogar para la libertad de expresión creadora". La irrupción de un hombre armado entre el público se considera un catastrófico fallo de seguridad.

Mientras los organizadores apresuraban a la audiencia a salir del anfiteatro, un pequeño grupo de asistentes con conocimientos médicos levantaba las piernas al escritor para mejorar el flujo sanguíneo hacia el corazón. Frente a ellos, un periodista de 'Associated Press' que cubría la presentación se convirtió en testigo de excepción. "¿Qué ha ocurrido?", contó que se preguntaba la gente. Algunos creyeron que se trataba de un montaje de mal gusto, parte de la presentación de un autor polémico.

Repulsa y silencio ante el ataque

El ataque a Rushdie despertó rápidamente muestras de repulsa. El primero en expresarse fue el PEN America Club, gremio de escritores desde siempre muy involucrado con la libertad de expresión y del que Rushdie fue presidente. "Estamos profundamente preocupados por las noticias (...) Condenamos el ataque y le deseamos una pronta recuperación", señaló.

Desde India, país natal del escritor, llegaron inmediatamente mensajes de condena: "El ataque es cobarde. Este es el resultado de campañas de odio llevadas a cabo sistemáticamente por fanáticos y que radicalizan a seres humanos comunes", escribió en Twitter Tushar Gandhi, bisnieto del líder pacifista indio mahatma Gandhi.

Los mensajes de condena también llegaron desde numerosos escritores del sur de Asia, como el indio Amitav Ghosh, que se mostró "horrorizado", o la bangladesí Taslima Nasrin, que también ha sido amenazada por sus comentarios sobre el islam.

Hasta el momento, el Gobierno de Irán ha guardado silencio, pero la principal agencia oficial, IRNA, escribió en su servicio en inglés: "Salman Rushdie, el autor apóstata de los ‘Los versos satánicos', ha sido atacado en Nueva York (...) Rushdie es autor de 'Los versos satánicos', novela blasfema sobre el islam publicada en 1988 que despertó la ira de los musulmanes, lo que culminó en una fetua del Imam Jomeini llamando a la muerte de Rushdie".

Ayuda a escritores

El escritor "fue transportado en helicóptero a un hospital de la zona, sin que se sepa aún su condición", dijo en un comunicado la Policía estatal. Por su parte, la gobernadora del Estado, Kathy Hochul, celebró que "está vivo" y aseguró que recibía "la atención médica que necesita". También, precisó que salvó su vida gracias a un agente de la policía estatal. "Fue un agente de la policía estatal el que se puso de pie y salvó su vida, lo protegió a él y al moderador (de la conferencia)", dijo en una comparecencia ante la prensa.

Rushdie nunca dejó de luchar por los escritores del mundo que sufren cualquier tipo de persecución política o religiosa. Desde que se exilió en Estados Unidos en el año 2000 aparecía esporádicamente en fiestas culturales celebradas en Nueva York y colaboraba con la organización sin ánimo de lucro de Poetas, Ensayistas y Novelistas (PEN América), de la que fue presidente durante dos años. Su vida pública se había convertido en un desafío a las amenazas y la censura.

"Apenas horas antes de que le atacasen, el mismo viernes por la mañana, me envió un correo electrónico para ayudar a reubicar escritores ucranianos", contó en un comunicado la jefa ejecutiva de la organización, Suzanne Nossel. 

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