cultura

La artista Alba Lorente gana la beca de artes plásticas Casa Velázquez de la DPZ

El proyecto vencedor de la zaragozana, 'E Tui. Instalación destructiva', toma como línea de trabajo la destrucción como método creativo.

La artista zaragozana Alba Lorente.
La artista zaragozana Alba Lorente.
DPZ

La artista zaragozana Alba Lorente ha ganado con una propuesta de destrucción creativa la beca de artes plásticas y visuales Casa Velázquez que otorga la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ).

El proyecto de la zaragozana, 'E Tui. Instalación destructiva', toma como línea de trabajo la destrucción como método creativo, según ha explicado este jueves  la DPZ. Además propone un análisis de la cultura contemporánea desde el punto de vista de la producción masiva y tiene por objetivo visibilizar y concienciar al espectador sobre la descontextualización de la obra de arte.

La artista ha explicado que en este trabajo busca "crear a raíz de destruir" y que "en vez de aplicar materia y hacer una composición pictórica como un cuadro o un paisaje", desgarra el material, lo rompe y lo abre para lograr esas composiciones".

Con este galardón, dotado con 15.000 euros, la artista realizará una residencia de un curso en la institución Casa Velázquez-Academia de Francia en Madrid para seguir profundizando en su obra.

De los 10 proyectos presentados a la convocatoria, el jurado, compuesto por artistas y galeristas, declaró ganador "E Tui. Instalación destructiva" por tratarse de una propuesta "abierta y plural". Las obras de Lorente se han expuesto en diferentes salas de toda España y también en Nueva York e Italia.

Alba Lorente (Zaragoza, 1994) es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Zaragoza, titulada en el Máster de Producción Artística Interdisciplinar por la Universidad de Málaga y está realizando su doctorado en el Programa de Investigación en Arte Contemporáneo de la Universidad del País Vasco. Actualmente trabaja en Madrid como profesora de dibujo en una academia.

Su obra aborda una estética destructiva fundamentada en los artistas destructivistas latinoamericanos de principios de los sesenta. En ella, plantea la destrucción como creación, "no solo de una imagen sino de una metodología de comprensión antropológica". Asimismo, elabora un código para el mundo estético y otra percepción de lo bello. "Lo que aquí se considera extraño y anómalo es, en realidad, un escape donde la obra se consigue a base de romper y deformar la materia con la que trabaja. Siguiendo esta línea, realiza dibujos y esculturas, de naturaleza abstracta, donde se aprecia el registro procesual y temporal basado en el propio soporte y la acción que es aplicada en él", detallan desde la Diputación de Zaragoza.

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