Por
  • Gonzalo de la Figuera

Imelda May: la fierecilla domada

Imelda May ofreció un concierto este viernes en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza.
Imelda May ofreció un concierto este viernes en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza.
Heraldo.es

Un servidor recuerda la primera vez que vio en directo a Imelda May, hará cerca de diez años en el festival Pirineos Sur, y lo cierto es que en la actualidad apenas queda rastro de aquella ardorosa vocalista irlandesa que cabalgaba con brío y estilo a lomos de rockabilly y blues turbio, envuelta en una atractiva estética retro años 50. Ya en su anterior álbum mostraba un giro hacia otros derroteros sonoros, digamos que más reposados y con menos filo, una evolución que termina de concretarse en su reciente ‘11 past the hour’, trabajo que presentó el viernes en el Teatro de las Esquinas, y que arroja más sombras que luces.

Imelda May ***
Presentando su último disco, '11 past the hour'. 
Artista invitada: Rachael Sage.

No se me entienda mal, Imelda sigue siendo una muy notable cantante –la sangre irlandesa pesa lo suyo-, pero su sonido ha ido derivando hacia formas un tanto convencionales y edulcoradas, rozando la balada melosa y el blues-rock aséptico, y solo con puntuales destellos de la fierecilla que fue antaño. Y ya no es solo una cuestión de estilo, o de que con la edad la gata salvaje se haya domesticado, aspectos que entran dentro de lo razonable; se trata de lo fundamental, o sea, las canciones: las del último disco son, salvo alguna excepción (‘Just one kiss’, ‘Never look back’), ostensiblemente anodinas y carentes de chispa.

Su banda de acompañamiento, correcta pero impersonal, tampoco ayuda a elevar la temperatura, aunque sí lo logró ya en la tanda de bises con versiones de ‘Bat out of hell’ (Meat Loaf) y ‘Tainted love’ (Soft Cell). En fin, que la Imelda May que vimos la otra noche fue una pálida copia de la que disfrutamos en Pirineos Sur o, unos años después, en el castillo de Aínsa. Abrió la velada la cantautora neoyorquina Rachael Sage, a quien no llegamos a ver dado que actuó antes de la hora anunciada; por fortuna, Rachael tuvo a bien transmitir en vivo su actuación por las redes sociales, y la pudimos escuchar a la mañana siguiente: cuestión de gustos, pero canciones como ‘Spark’, ‘Big star’ o ‘Trouble’, defendidas solo con piano, guitarra y violín, muestran bastante más inventiva y personalidad.

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