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La Benditera: una nueva bendición en la Magdalena para los amantes de la cerámica

Un proyecto creativo en la calle Cantín y Gamboa de Zaragoza ofrece talleres, exposiciones y la posibilidad de alquilar espacio para quienes quieran practicar la alfarería profesional o aficionadamente, hasta en una despedida de soltero.

Un sueño largamente acariciado se ha materializado en la calle Cantín y Gamboa de Zaragoza. El de las hermanas Aránzazu y Teresa Lafarga de abrir un espacio compartido para los amantes de la cerámica. Se llama La Benditera y como las figuras que salen del torno, aspira a ser un proyecto que se vaya moldeando con el tiempo, con las propias experiencias e intercambios de quienes allí confluyan. Pero, eso sí, con un punto de partida que ya se traduce en una oferta variada que apunta tanto a los ya versados en la alfarería como a los que quieren iniciarse.

La Benditera ocupa un amplio local que antes era una floristería y que ellas han respetado pero dándole un toque industrial a base de muebles obtenidos de una antigua carpintería del barrio y otros 'vontage'.

Por un lado, existe la posibilidad de alquilar ahí una zona propia. "Está pensado para gente a la que le gusta trabajar el barro pero que no tiene local propio o carecen de herramientas básicas pero muy difíciles de tener en una casa, como el horno o el torno. Aquí pueden venir con sus cosas, dejarlas aquí guardadas en su espacio reservado y trabajar el tiempo que les parezca, libremente, solo respetando los horarios de apertura", cuentan las Lafarga.

Otra posibilidad es asistir de manera habitual, pero con los materiales y herramientas que pone a disposición La Benditera: palillos, pinceles, pigmentos...". El barro y el gasto del horno se pagan aparte de un bono por horas que puede ser de 10 horas (50 euros), 20 (80 euros) y 30 (110).

Para estas hermanas, reto importante de La Benditera es atender no solo las necesidades prácticas de los alfareros o ceramistas, sino servir también de lugar de encuentro, acogerlos. En este sentido, con apenas tres semanas de andadura, ya están viviendo una emocionante experiencia al respecto.

Sentada en unas de las mesas está ya trabajando Tamara Pivniuk, una ucraniana de Kiev a la que la guerra le ha obligado a dejar su taller de cerámica. Para esta joven, La Benditera ha sido una verdadera bendición que le permite seguir trabajando en sus increíbles muñecas de porcelana que pueden verse y comprarse a través de una cuenta en Instagram que acumula más de 8.000 seguidores. Tamara las elabora de principio a fin, incluida la ropa y todos sus detalles. En Zaragoza, las está empezando a fabricar en La Benditera, pero también tiene un punto de venta en Made in Charme, en la calle Candalija.

Aparte de atender a los amantes del torno, el local del casco histórico se abre también a aquellos que quieran iniciarse o, simplemente, tener un contacto con el placer de moldear el barro. O incluso, con su faceta más divertida: "Estamos alucinadas con el éxito que están teniendo las despedidas de soltera. Hablamos en femenino porque en general han venido mujeres, aunque ya tenemos alguna petición de alguna despedida mixta. Es muy bonito porque se reúnen en torno a la mesa, les sacamos bebida y algo de picar y se van con un piezas fabricadas por ellas mismas. Lo que suelen hacer es regalarle a la novia las piezas que se hacen y tienen así un recuerdo precioso. La verdad es que se lo pasan muy bien, se ríen un montón".

La Benditera es un nuevo espacio para el arte y la cerámica en la calle de Cantín y Gamboa.
La Benditera es un nuevo espacio para el arte y la cerámica en la calle de Cantín y Gamboa.
Toni Galán

La Benditera abre también sus puertas a talleres infantiles y juveniles (Aránzazu y Teresa tienen en CAP y el título de monitoras de tiempo libre), y a familias. "Vienen madres a pasar un rato con sus hijos, es una forma de conectar entre ellos y también de desconectar del móvil". Precisamente, les llama la atención que están llamando "muchos jóvenes que se han quedado muy saturados de estudiar y por los exámenes y quieren hacer algo creativo. Hay mucha necesidad de hacer cosas con las manos, de desconectar, quizá la pandemia ha influido". Para el verano, habrá colonias infantiles.

Además de la práctica de la alfarería otra parte será la de mostrarla con exposiciones y, en un futuro cercano, a través de mercadillos, "principalmente con las creaciones de los artistas que trabajen aquí".

En ese empeño de ser lugar de encuentro, también lo será para otras artes y disciplinas. Por ejemplo, ahora hay una exposición de la restauradora y pintura Arantxa Urdániz. Ella también dará en breve una masterclass sobre grabado (en La Benditera también hay herramientas para poder abrir hueco también a los grabadores).

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