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Al raso de los tiempos: los aforismos y la visión del mundo de Ramón Andrés

El premio Nacional de Ensayo y especialista en filosofía, música y suicidios publica 'Caminos de intemperie', sus enjundiosas formas breves

Ramón Andrés es uno de los autores más personales de las letras españolas: poeta, investigador, filósofo, musicólogo...
Ramón Andrés es uno de los autores más personales de las letras españolas: poeta, investigador, filósofo, musicólogo...
Archivo Galaxia Gutenberg.

«¿Estado civil?: Náufrago». Hay muchas maneras de tratar el género aforístico, desde el juguete lúdico a la consideración ética o moral, desde la confidencia impersonalizada al ensayo abreviado. Su reunión depara una lectura discontinua derivada de su carácter autónomo, no tanto fragmentario pues hay que considerar a cada uno como unidad en sí mismo: «Cuanto más fragmentarios, más cerca de la unidad», escribe el autor de ‘Caminos de intemperie’.

Ramón Andrés, también poeta, cultiva el género conscientemente, rasgo que define, si nos ponemos puristas, al verdadero aforista, aquel que reconoce una corriente que fluye de las simas, grietas y fracturas que, por imperativo vital, se abren paso fuera de campo de otras andanzas intelectuales, en su caso trabajos musicológicos, antologías y traducciones. Y es que su proyecto solo puede compararse al de Pascal Quignard, que ejecuta en la serie ‘Último Reino’, de carácter fragmentario, erudito y misceláneo un refugio a contracorriente del ‘mainstrean’ (palabra que ha desplazado, y no sin consecuencias, a ‘zeitgeist’) para pensar desde la raíz el lenguaje y la música, la historia y la filosofía.

«En este aforismo yace un hombre», comienza el libro, una paráfrasis del célebre epitafio de la tumba del poeta John Keats: «Aquí yace uno cuyo nombre fue escrito en el agua». Ramón Andrés suma esta obra a sus tres anteriores libros de aforismos con el mismo escepticismo latente: «Ni en una silla para darse por sentado» (Puntos de fuga). Contundente declaración de principios en tiempos de autoafirmación, culto al yo, tabula rasa y cultura de la cancelación.

Entre todos ellos se establece un diálogo: «Somos un préstamo» se lee en ‘Los extremos’, idea que duplica en eco en ‘Caminos de intemperie’: «Pocas veces pensamos que nuestros pasos suenan sobre un préstamo».

Operación de reducción que podría generar un ensayo con todo un aparato de notas sobre la naturaleza de lo que llamamos orgullosamente nuestra identidad –que Andrés diluye en ‘Malas raíces’ mediante el recuerdo de su venenosa etimología: «Identidad (identitas) surge de idem “lo mismo”…»- y no es más que la suma de unas cuantas convicciones doctrinales: «Pensamos que pensamos, pero solo obedecemos», concluye en 'Caminos de intemperie'.

Se agazapan en estas páginas los grandes temas a los que la humanidad da vueltas sin acertar una solución: la libertad («La ilusión ilustrada: amaestrar para la libertad»), la muerte (“A mis descendientes: contad que he estado aquí, pero que no he existido”), la cultura («Un buen libro es un armisticio»), el ser histórico («Europa ha terminado por sucumbir a causa de la civilización que ha generado. No ha podido seguirse a sí misma; imposible continuarse, inviables sus ilusiones […]»), temas sobre los que enfoca reiteradamente su lente.

En un tono sencillo, que no excluye a ningún lector, Ramón Andrés no desdeña mostrar algún retazo de su personalidad, («Aquí sentado en este banco, descansando de mi modo de ser»), o, más raro, de su biografía, en forma de evocación de algunos recuerdos.

La sombra de La Rochefoucauld no anda lejos ( «Casi siempre el amor propio destroza el ajeno») como tampoco, por su calado, la de Cioran o Canetti («Las dictaduras del futuro consistirán en darnos la razón, la razón en todo. Viviremos atrapados, todavía más, en la convicción personal, en nuestra visión única, contentos en la jaula de la opinión propia. Antes de la llegada de este régimen, las democracias ya habrán supuesto un primer paso»).

«Las dictaduras del futuro consistirán en darnos la razón, la razón en todo. Viviremos atrapados, todavía más, en la convicción personal, en nuestra visión única, contentos en la jaula de la opinión propia. Antes de la llegada de este régimen, las democracias ya habrán supuesto un primer paso», escribe Ramón Andrés

Con voz propia, se aúnan en sus aforismos hondura e ironía: «Conócete a ti mismo, pero hasta cierto punto», sazonadas con comentarios sin la más mínima afectación a las reflexiones de otros escritores o filósofos como De La Mettrie, Francisco Sánchez, Ernst Jünger, Jorge Luis Borges o Iris Murdoch.

Un buen cobijo para soportar, ‘Al raso de los tiempos’, la que nos está cayendo.

LA FICHA

'Caminos de intemperie'. Ramón Andrés. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2022. 120 págs.

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