Laurent Cantet ha volcado en su filmografía los problemas sociales que le preocupan, como el despido y el paro –‘Recursos humanos’-, la educación –‘La clase’, Palma de Oro en Cannes en 2008-, u otros temas de la vida real, como ‘Regreso a Itaca’. Y en ello sigue el cineasta con ‘Arthur Rambo’, en la que aborda otro de esos asuntos que nos afectan: el papel de las redes sociales y su uso como mensajeras de odio.

‘Arthur Rambo’ se abre con grandes perspectivas para su protagonista. Un joven francés de origen argelino se convierte en estrella de la literatura con la publicación de su primera novela. Sin embargo, la noche de la presentación de su libro, alguien desvela los tuits que el autor publicó años atrás. Tuits llenos de odio, racistas, homófobos, de tintes terroristas, muy lejos del mensaje que traslada en su libro.

Si bien hemos conocido, en España concretamente, casos de tuiteros y blogueros famosos a los que la justicia ha tenido que perseguir por las burradas con las que se han despachado en las redes, en ‘Arthur Rambo’ lo que se dirime son otras cuestiones. Y eso es lo que realmente importa de esta película tan bien dirigida y estructurada, con un guión tan conciso y unos actores tan reales y auténticos. Porque lo que hace Laurent Cantet es enfrentarnos a la respuesta de la sociedad a situaciones como las que aquí se plantean. Así, pasamos por hechos tan significativos como que cientos de miles de personas conocen unos tuits generadores de odio que nadie denuncia; o que el rechazo al autor de los mismos viene dado no por cuestiones morales -excepto en el caso de la madre del protagonista, con una actitud de grandeza moral que no alcanza a nadie más-, sino por intereses económicos o publicitarios. O sea, que nadie ni nada manche mi prestigio. Y, en el otro lado, nos enfrenta a aquellos que, rechazados, marginados, han encontrado en ese personaje llamado Arthur Rambo una salida y una respuesta a toda su ira.

Una buena e interesantísima película.