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Mavi Doñate: lo que hay que tener

La corresponsal aragonesa exhibe coraje, honradez y profesionalidad para contar las contradicciones de china

Mavi Doñate, actual corresponsal en París, durante la presentación del libro en Zaragoza.
Mavi Doñate, actual corresponsal en París, durante la presentación del libro en Zaragoza.
José Miguel Marco.

Hay una generación de periodistas que debutamos en la profesión con Tom Wolfe y el nuevo periodismo entre los referentes. Todavía no se había redescubierto a Manuel Chaves Nogales –aunque dudo que en la Autónoma de Barcelona le hubieran hecho sitio en su olimpo–, así que mirábamos al norteamericano, que por entonces publicaba ‘Lo que hay que tener’. Era una historia sobre los pioneros de la aventura espacial estadounidense (‘Elegidos para la gloria’ en el cine), y que, con su escritura en largo y llena de detalles y contexto, hacía trascender al periodismo.

Es lo que ha hecho Mavi Doñate en ‘Bajo la mirada del dragón despierto. Vivir y contar la China de la nueva era’, donde trasciende a las crónicas que durante seis años ha enviado como corresponsal de TVE en Asia-Pacífico. Una experiencia excepcional siempre, agigantada con la crisis del coronavirus. Como en el caso de los pilotos convertidos en astronautas, la periodista ha tenido lo que hay que tener y, en el epicentro de esta calamidad, puesto en todo momento coraje, honradez y profesionalidad. La primera tirada del libro se agotó en cinco días y Doñate es la autora aragonesa de no ficción más vendida. Es la agradecida respuesta del público a esa actitud: en los días más negros de la pandemia, acudía puntual a su cita con el Telediario, tratando de llevar desde el periodismo algo de luz a tanta pesadumbre.

Ese pundonor y mucha información es lo que los lectores encontrarán en la ópera prima de Doñate, que sabe muy bien qué contar y cómo hacerlo. En sus páginas ofrece un auténtico estado general sobre China hoy. Recuerda la historia de la República Popular, las características del actual líder y sus aspiraciones en el siglo XXI, que por supuesto incluyen ser superpotencia y recuperar Taiwán. O cómo viven las nuevas clases medias, las diferencias sociales y entre lo urbano y lo rural. Y la interioridad de las familias: la pervivencia de los acuerdos matrimoniales y el miedo de las mujeres a ser «mujer sobrante»; o el desconcierto general al pasar en un quinquenio de la obligación del hijo único a que el Estado invite a tener tres. Por supuesto, cómo hacer periodismo en un país opaco y sin libertad de expresión, y un repaso a sus coberturas más relevantes: la coronación del emperador de Japón o las visitas a Corea del Norte.

Y en el eje central, estos dos años infernales, en los que no ha podido ni querido salir de China, y ha intentado en todo momento conocer y transmitir qué estaba pasando. Desde la aparición del virus, con su propio negacionismo, a las medidas que tomaron, y advertirnos con dificultades –teníamos pocas ganas de escuchar–, qué nos podía pasar. Siempre, desde un país que vive bajo control absoluto, sofisticado por la pandemia con códigos de salud, robots policía o móvil obligatorio para salir de casa, y donde la desobediencia se paga cara.

Doñate, ahora corresponsal en París, explica además que el sistema presenta síntomas de la revolución cultural. Ejemplo: la agria censura entre amigos porque uno prefiere un coche Tesla, en una escena que recuerda la descrita por Juan Gabriel Vásquez en ‘Volver la vista atrás’, cuando, en plena revolución cultural, los alumnos apalean a un profesor por decir que un avión americano era mejor que uno soviético. Todo eso y mucho más comparte Mavi gracias al trabajo «que los dioses han elegido para ti y del que no puedes escapar», como los chinos definen la vocación. Como una Chaves Nogales contemporánea al que evoca en el subtítulo del libro, ‘Bajo la mirada del dragón despierto. Vivir y contar la China de la nueva era’, escribe para atrapar.

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