Miguel Labay: "Elvira de Hidalgo fue una mujer libre, que eligió su destino"

Autor del primer libro sobre la soprano turolense y divulgador de su figura, este pediatra e historiador (Zaragoza, 1948) afincado en Teruel reivindica apoyo para recuperar la ópera en Aragón.

Miguel Labay muestra su trabajo ‘Calante’, sobre la vida de la soprano Elvira de Hidalgo.
Miguel Labay muestra su trabajo ‘Calante’, sobre la vida de la soprano Elvira de Hidalgo.
Jorge Escudero

Hace 10 años noveló en un libro, ‘Calante’, que no se publicaría hasta 2018, la vida de la soprano turolense, maestra de María Callas, Elvira de Hidalgo. ¿Qué le empujó a indagar sobre la figura de esta cantante cuando era, prácticamente, una desconocida en su tierra?

Me gusta muchísimo la ópera. Heredé la afición de mis padres y soy fan de María Callas y Elvira de Hidalgo. Todo lo que he leído sobre ellas me ha impresionado muchísimo y me ha llevado a investigar su trayectoria, en especial, la de la cantante turolense.

Cuando en 2018 los restos de Elvira de Hidalgo llegan desde Italia a su Valderrobres natal para ser enterrados, edita por su cuenta ‘Calante’ y regala ejemplares a los asistentes al acto. ¿Fue su homenaje particular a la soprano?

Sí, quise agradecerle la voz maravillosa que nos ha dejado. Me puse en contacto con el presidente de la Fundación Valderrobres Patrimonial, Manuel Siurana, organizadora del homenaje, pero me dijo que no había dinero para la publicación del libro y decidí hacer una donación.

Abrió el camino a otros escritores y estudiosos de la valía de la diva turolense.

Estoy encantado de haber colaborado con la cineasta y documentalista aragonesa Vicky Calavia y con el escritor turolense Juan Villalba, que acaba de publicar su obra sobre Elvira de Hidalgo.

¿Qué le atrajo de la personalidad de la soprano nacida en Valderrobres?

Todo. La maestra, que tenía una voz de jilguero espectacular, donó su técnica, que era maravillosa, a su alumna. No solo eso, dio a María Callas el cariño de una madre, enseñándola a vestirse, a comportarse y a pasar de patito feo a cisne rutilante.

¿Fue una soprano eclipsada por su alumna?

De ninguna manera. Elvira de Hidalgo fue famosísima, con una personalidad artística de primer nivel, compañera de Caruso, de Miguel Fleta, admirada y aplaudida. Ahora podríamos definirla como feminista. Fue una mujer libre que eligió su propio destino. Triunfaba de una forma clamorosa, pero le gustaba fumar y vivir bien, algo incompatible con las exigencias del canto. Decidió cortar y hacerse maestra, trasladándose a Atenas, donde conoció a María Callas.

¿Dónde pueden los amantes de la ópera disfrutar en la actualidad del ‘bel canto’?

Pues, si queremos ópera de calidad, hay que ir a Bilbao, a Madrid o a Barcelona. Lamentablemente, en Aragón no hay nada. Zaragoza tuvo en décadas pasadas una breve temporada de ópera en el Principal, donde participaron Montserrat Caballé, Plácido Domingo, Pilar Lorengar o José Carreras, pero, ahora, la capital aragonesa es un erial en ese sentido.

¿Falta apoyo para la ópera?

Por supuesto, la Asociación de Amigos de la Ópera de Zaragoza se disolvió hace dos años por falta de dinero; no llegaban subvenciones.

¿Cuesta en Aragón valorar a los personajes ilustres?

Muchísimo. Dejando aparte la ópera, hay una persona, Fidel Pagés, médico oscense a caballo entre el siglo XIX y el XX, inventor de la anestesia epidural, que en otro país sería premio Nobel y aquí es un desconocido, incluso por los propios profesionales de la anestesia.

También ha caído en el olvido el primer pediatra europeo, el turolense Jerónimo Soriano.

Así es, a pesar de todo el trabajo que se hizo desde el hospital Obispo Polanco de Teruel, el premio internacional de investigación médica que llevaba su nombre ha desaparecido.

Encarna la figura del médico humanista, volcado en el paciente y apasionado con la historia. ¿Es compatible?

Sí, amo la medicina, pero saco tiempo para analizar la historia.

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