A lo largo del fin de semana se celebró en la Rotonda de Delicias la quinta edición del festival Música en las Nubes, una valiente iniciativa que indaga con criterio ecléctico en las llamadas músicas populares de raíz. De la variada oferta de su programa nos quedamos con dos nombres: Javier Paxariño Trío y Matthieu Saglio, cuyos respectivos conciertos rayaron a un nivel sobresaliente; cabría decir que, como si se tratara de la planta de habichuelas mágicas del cuento, su música nos llevó desde las raíces hasta las nubes.

El saxofonista y flautista granadino Javier Paxariño lleva más de tres décadas estableciendo puentes sonoros entre el jazz, el flamenco, las músicas árabes y africanas, el Mediterráneo y Oriente. El sábado, espléndidamente acompañado por Josete Ordóñez (guitarra, mandola, oud) y Manu de Lucena (batería), Paxariño nos embarcó en un sugerente viaje por muy diversas latitudes: comenzó a la flauta con una pieza de resonancias orientales, siguió con el saxo tenor sonando como una especie de John Coltrane africano, con el soprano curvo se adentró por territorios flamencos, más tarde por ritmos magrebíes, un tema de aire sefardí, otro que evocaba el folk armenio de la Armenian Navy Band...

El domingo, el francés –afincado en Valencia– Matthieu Saglio impartió una clase magistral de lo que podríamos llamar cello infinito. Saglio, un virtuoso a quien hemos escuchado en proyectos como Jerez Texas, Nes o su propio cuarteto, vino esta vez en solitario, pero se bastó con su cello y unos ‘loops’ para encandilar a la concurrencia. Tras varias piezas de corte más académico, entre el clasicismo y las resonancias sefardíes o andaluzas, echó mano de los pedales para multiplicar su cello, y a partir de ahí desplegó todas sus habilidades entre ecos de tango, de música senegalesa, guiños al ‘Bolero’ de Ravel, música árabe, armenia, hindú: todo ello cabe en su cabeza y en su cello.