Libros, dramas y amores

En tiempos en los que prima lo digital y en los que muchas librerías han tenido que bajar la persiana, resulta sorprendente que el cine esté dedicando tantos filmes a abordar historias que tienen como escenario, precisamente, una librería. Así sucede con la última película del realizador italiano Sergio Castellitto, que trabaja a partir de un guión basado en un texto del gran Ettore Scola en ‘Una librería en París’.

Un local repleto de libros en medio de una popular calle parisina; un hombre dedicado en cuerpo y alma al disfrute de cada edición que ocupa las estanterías de su tienda y, al mismo tiempo, al cuidado de una hija enferma; y una actriz alocada y llena de energía que llega dispuesta a volver del revés la existencia de aquellos a los que se acerca. Con esos elementos desarrolla Castellitto un filme de evidente estructura teatral –con sus telones de apertura y cierre lo deja sentenciado–, en el que prima el intimismo y un cierto aire poético, en el que son constantes las referencias literarias y en el que todo parece discurrir de manera inalterable.

Siempre ha habido un tono muy personal y una cierta tendencia dramática en el cine de Sergio Castellitto, un cineasta, por cierto, que ha dirigido en dos ocasiones a Penélope Cruz –‘No te muevas’ y ‘Volver a nacer’– y que trabaja siempre sus guiones junto a la también novelista Margaret Mazzantini. Si bien no ha cosechado nunca un éxito espectacular, este realizador es autor de un cine cálido y cercano que gusta a buena parte del público. Algo que vuelve a suceder en ‘Una librería en París’, en la que, como es habitual, él también ejerce de protagonista masculino, rodeándose de un buen equipo de actrices, como Bérénice Bejo.

Película para disfrutar y ver de manera reposada, ‘Una librería en París’ quiere ser un homenaje a los libros, envuelto, eso sí, entre páginas que contienen, dramas, unos cuantos desgarros y mucho sentimiento.