Sebastián Álvaro: "Lo que abrió mi vena aventurera fue aprender a leer"

Tras más de 30 años abanderando ‘Al filo de lo imposible’, el alpinista (71 años, Madrid) se ha consolidado como uno de los mayores jefes de expediciones de aventuras.

Sebastián Álvaro, en una de sus expediciones, en 2006.
Sebastián Álvaro, en una de sus expediciones, en 2006.
Heraldo

Después de más de 300 entregas, Sebastíán Alvaro dejó el programa ‘Al filo de lo imposible’ en 2008. Sin embargo, este veterano alpinista, escritor y aventurero aún tiene nuevos rincones remotos por descubrir. Desde entonces lleva más de 40 expediciones y casi 20 documentales grabados junto a su hijo.

¿Qué imagen se le viene a la cabeza con la palabra aventura?

Lo que dice exactamente el diccionario de la Real Academia Española: «Empresa de resultado incierto y que entraña peligro». En esto consiste la aventura, una de las palabras más bonitas que tenemos… Cuando uno se aventura en lo desconocido, la exploración, la incertidumbre al escalar una montaña, por ejemplo. Solo aventurándonos y creyendo qué es posible adentrarnos en lo desconocido, hemos conseguido progresar como especie humana.

¿Qué edad tenía cuando coronó su primera cima? ¿Cuál era?

En un campamento, siendo un niño de 9 o 10 años subí por primera vez las primeras montañas en la Sierra de Guadarrama.

¿Fue ahí cuando supo que dedicaría su vida a la exploración y el alpinismo?

Para nada. A esa edad te dedicas a vivir y son tus padres los que dirigen tu destino. Lo que abrió mi vena aventurera fue aprender a leer. La lectura es indispensable en nuestra vida y mucho más en los aventureros.

En sus inicios, ¿qué le motivó para dedicar una vida entera a las exploraciones?

Empecé a trabajar en el programa de TVE, ‘Al filo de lo imposible’, que me hizo imaginar cómo se podían hacer programas que no se habían hecho hasta entonces, aunque muchas veces suponía jugarse la vida para grabarlos.

¿Cómo es la relación de su vocación como periodista y su pasión por las expediciones?

Ha sido una relación muy fructífera. Al fin y al cabo una aventura es siempre una historia digna de ser contada. Las he contado a través de imágenes en mi antiguo programa o también en mis libros o artículos que sigo publicando. Creo que para un escritor, aventurero y periodista lo mejor que podía hacer es precisamente llevar el tipo de vida que he llevado. Si llevas una vida normal contarás cosas normales, para contar cosas extraordinarias tienes que hacer cosas extraordinarias.

Como profesional, ¿se considera periodista, comunicador, aventurero… o todas a la vez?

Me da igual cómo me llamen. Soy la suma de todo lo que he hecho y, sobre todo, de todo lo que me ha apasionado, de los amigos, de los amores...

En ‘Al filo de lo imposible’, ¿cuál fue su mayor reto?

-Mi mayor prueba fue formar al mejor equipo de aventura que ha existido en España. Cuando en el mundo solo había siete personas que habían conquistado las 14 montañas de más de ocho mil metros de altitud sin botellas de oxígeno, cuatro de ellas formaban parte de nuestro equipo en ‘Al filo de lo imposible’.

¿En qué viaje ha puesto su vida en mayor riesgo?

En un montón de ellas, a veces sin darte cuenta. Cuantas veces he hecho la Karakoram Highway en coche, una de las carreteras más peligrosas de la tierra. Todos los años fallece gente allí y he podido hacerla entre 70 u 80 veces. Se que he estado a punto de morir siete veces. La primera en 1981 con una de mis primeras expediciones. Me caí por una grieta de un ocho mil y estuve colgado de una cuerda durante dos horas, pero mis compañeros lograron sacarme. O en 1997 cuando nos cayó una avalancha en el Monte Cook que sepultó a dos compañeros.

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