literatura

J. K. Franko: "En EE. UU. se ha perdido la confianza en el sistema judicial"

El escritor, yerno de Pilar Muro, publica en España ‘Ojo por ojo’ (Planeta), primera novela de una trilogía que gira en torno a la violencia, la justicia y la venganza.

El escritor J. K. Franko, en su reciente visita a Zaragoza tras publicar su primera novela.
El escritor J. K. Franko, en su reciente visita a Zaragoza tras publicar su primera novela.
José Miguel Marco

Raúl Calvoz (J. K. Franko es su seudónimo) nació en Texas, EE. UU., en 1968. De madre cubano-gallega y padre estadounidense-asturiano, se casó con la zaragozana Raquel Cordón, hija de Publio Cordón y Pilar Muro. Juntos tienen tres hijos y él acaba de publicar en España su primera novela, de gran éxito en Norteamérica.

Lleva 25 años como abogado en Estados Unidos.

Empecé como abogado para litigios, que es lo interesante, y también he trabajado para empresas.

¿Por eso se puso a escribir una novela de sucesos?

Ayuda bastante. Mi trilogía de novelas trata de la venganza, de si funciona el sistema jurídico que tenemos en Estados Unidos. Verlo de cerca durante tantos años te hace preguntarte cuándo funciona y cuándo no.

¿Por qué usa seudónimo?

Porque en Estados Unidos se traba la lengua al pronunciar el nombre de Raúl Calvoz y mucha gente no lo recuerda. Para los lectores norteamericanos intenté buscar algo fácil de recordar y, al tiempo, que no fuera complicado para los latinos: J. K. Franko.

Tiene ascendencias cubanas y españolas…

Mi madre era cubana, salió de Cuba en 1958, y su familia descendía de Galicia. Y mi padre era asturiano, de Llanes, y era de la quinta generación originaria de allí. Tengo que ir algún día a Llanes y a Camagüey.

Se casó con la zaragozana Raquel Cordón y residen en Texas…

Sí, y vivimos un año en Zaragoza.

¿Cómo ha funcionado la trilogía en Estados Unidos?

Llevamos 100.000 ejemplares. La primera novela apareció en 2019. En el mundo anglosajón las presentaciones suelen ser muy aburridas: el autor lee un capítulo de su libro y a los asistentes se les da queso malo. Nuestra presentación fue diferente y muy divertida, con una pequeña representación teatral en el Covent Garden de Londres. Los hechos de la primera novela se basan en un crimen real, en un caso de violación en el que se absolvió al acusado, que era culpable. En la representación sacamos a doce personas del público para que fueran el jurado y les hicimos deliberar sobre lo que habían visto en escena. Y el veredicto fue de no culpable. Como en la novela.

¿Es mejor que escribir para lectores que se comprometen con lo que leen que hacer el guión de una película?

Para mí es mejor, a nivel científico, escribir y dejar el texto en manos del público. Así creas en el lector la mismas dudas que tendría un jurado de verdad.

¿Los crímenes ‘perfectos’ se producen en sociedades confundidas?

En Estados Unidos se ha perdido la confianza en el sistema judicial. Ha habido bastantes casos de violaciones y asesinatos en los que los autores han sido “no culpables”. La novela trata de qué pasa si el sistema no funciona y nosotros nos tomamos la justicia por cuenta propia.

La historia de dos familias que sufren sendos crímenes ha enganchado al público. ¿Por qué?

Hicimos publicidad de la trilogía en Facebook y Amazon, pero la mayoría de los lectores nos ha llegado por el boca a boca. Espero que ocurra lo mismo en España. En Estados Unidos nos han apoyado mucho los clubes de lectura. Son grupos de unas veinte personas que leen el mismo libro y se juntan para comentarlo. Así se ha difundido en EE. UU.

¿Habrá serie televisiva?

Estamos en conversaciones con Netflix en Los Ángeles, a través de dos productoras interesadas. Ellos necesitan un guión. Me gustaría ver todo el proceso un poco de lejos y asesorarles.

Estudió Derecho y Filosofía. Sus novelas, ¿pertenecen más al filósofo o al jurista?

Lo que más me interesaba de la trilogía era que fuera entretenida. Me encanta leer por la noche y los libros que, al acabarlos, dejan abiertas algunas tramas. Hay novelas que empiezan muy bien pero luego te desilusionan cuando ves a dónde te llevan. Mi primer libro, ‘Ojo por ojo’, era en realidad el noveno que escribía. Aprendí que es mejor empezar por el final e hice primero los tres últimos capítulos para estar seguro del resultado.

¿Esta sociedad necesita novelas para recuperar sus principios?

Si quieres que tome una pastilla, dale un caramelo.

¿Conseguirá en España el mismo éxito que en Estados Unidos?

Los tres libros tienen una base filosófica y son divertidos y entretenidos. En ellos intenté establecer un juego entre el escritor, el protagonista y el lector.

¿Qué opina de lo que ha vivido la familia de Publio Cordón, cuyo secuestro tuvo lugar en 1995 y sigue sin resolver?

No me sorprende que no se haya resuelto. Si hubiera pasado en Estados Unidos el resultado no habría sido distinto. Acaba de cumplirse el vigésimo aniversario del 11-S y aún aparece documentación sobre lo que pasó o los países que lo apoyaron. Llegar al fondo de estos asuntos nunca es fácil. El secuestro lo he vivido muy de cerca, aunque no tuve la suerte de conocer a Publio porque conocí a su hija en 1997, dos años después. La novela habla de temas que nos son muy cercanos.

¿Cuál es su relación con Aragón?

Aragón protagonizó mi primer viaje a Europa. Vine a Zaragoza en 1999 para pedir la mano de Raquel a su madre, Pilar. Aquí nació Santiago, nuestro hijo pequeño, que ya tiene 16 años y es más alto que yo. Tenemos dos hijas más, Pilar, la mayor, y Raquel. Tengo mucho apego a lo que es Aragón. En España la vida es más tranquila y se come muy bien, pero en EE. UU. lo pasamos de maravilla.

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