'Cry Macho': la 'road movie' del ocaso

Hasta bien entrado en sus ochenta y cinco años, Clint Eastwood siguió construyendo películas memorables y ofreciendo interpretaciones maravillosas. Pero el tiempo pasa factura y Eastwood ya es nonagenario. Me admira su pasión por el cine, sus ganas de continuar trabajando, su gran oficio. Pero uno tiene que saber cuándo retirarse de determinadas actividades. Sobre todo, para que no pase lo que ha sucedido con ‘Cry Macho’.

Última película que ha realizado y protagonizado, ‘Cry Macho’ es una 'road movie' en la que el cineasta aborda la historia de un maduro 'cowboy' que tiene que viajar a México y llevarse a Estados Unidos al hijo de su ex jefe. Este punto de partida, que nos plantea ciertos interrogantes debido a algunas incongruencias narrativas, sirve al director y actor para embarcarse en un viaje en compañía de un chaval y en el que se irá encontrando con un variado grupo de personajes. Los unos salvajes y violentos; los otros, amables y generosos. Da la sensación de que Eastwood los utiliza a todos ellos como elementos con los que usar sus últimas armas. Él se sabe próximo al ocaso, eso parece que nos quiera indicar. Pero no por ello claudica: pelea y vence a hombres varias décadas más jóvenes, es capaz de enamorar a una mujer y tiene que escapar de los brazos ardientes de otra que quiere seducirlo. Al mismo tiempo, su joven compañero de viaje le sirve como receptor de sus mensajes tan llenos de experiencias vividas.

Clint Eastwood tiene en su haber tantas películas geniales que él mismo es ya historia del cine. ‘Cry Macho’ no va a suponer una merma en su prestigio, pero me resulta difícil decir que es una obra bien hecha. Su personaje es lo más entrañable -pese a ciertas intervenciones anecdóticas- de un filme irregular, con un guión demasiado sencillo, en el que el relato se alarga innecesariamente, falla el ritmo narrativo y hay secundarios que resultan esperpénticos. Para mí, el ocaso de un genio.