música

Los vientos de cambio de Javier Idoipe renuevan el folclore aragonés

El músico zaragozano presenta este jueves en el CC Delicias (20.00) su primer disco, ‘Cierzo lento’.

El músico zaragozano Javier Idoipe.
El músico zaragozano Javier Idoipe.
Guillermo Mestre

El folclore, habitualmente enclaustrado en una pintoresca cápsula del tiempo, está siendo renovado y revitalizado por nuevas generaciones de artistas. Son los casos de los asturianos Lorena Álvarez y Rodrigo Cuevas o de los castellanos Hermanos Cubero. En Aragón, uno de los principales portadores de esta bandera es Javier Idoipe (Zaragoza, 1991), cuya propuesta de maridar los sonidos tradicionales con la música electrónica está mereciendo una creciente atención tanto a nivel regional como nacional. Un concienzudo y desprejuiciado trabajo que ha cristalizado en su estreno discográfico, ‘Cierzo lento’, que presentará este jueves en el Centro Cívico Delicias de la capital aragonesa a partir de las 20.00.

La conexión de Idoipe con el patrimonio sonoro de la Comunidad nació por vía familiar desde su más tierna infancia. "Desde muy pequeño he estado ligado con el folclore de Aragón. Mi familia siempre ha estado vinculada con la figura del músico del pueblo. Mi tío es dulzainero en los Gaiteros de Estercuel y, quieras o, no me veo como esa persona que tendría que pillar el legado, digamos que estoy transformando ese cancionero a un producto más contemporáneo", relata.

Una evolución que concibe con naturalidad, convencido de que la bandurria o las flautas pueden habitar en las estancias electrónicas. "Como comentaba, mi infancia está vinculada con distintos escenarios del folclore aragonés (conservatorio, centros cívicos, fiestas patronales...). Tocar diferentes instrumentos me despertó la curiosidad. Luego trabajando como DJ (desde hace ya 10 años) llegó ese momento en el que decidí hacer mi propia música y fue ahí cuando enlazaron. Sin darme cuenta volví a reconectar con el folk, pero desde otro lugar. En Latinoamérica esta fusión está muy presente, en España ha costado más en llegar, pero hoy en día tenemos un panorama muy diverso en ese sentido en el que espero poder contribuir. Creo que la música tiene un carácter universal, por eso consigue entenderse por sí sola", razona.

Lejos de encontrarse con recelos u obstáculos ante esta maniobra transformadora, la respuesta le alienta a profundizar en sus convicciones y a aferrarse a esa hoja de ruta. "Desde un principio ha tenido muy buena acogida. Creo que a pesar de los posicionamientos musicales, en realidad estoy sintiendo que las personas estamos muy a favor de las fusiones y la evolución de los estilos. De alguna manera es una forma de conservarlos y brindárselos a nuevas generaciones. Realmente no me imaginé que llegase a tantos oídos, espero seguir teniendo esa misma acogida después del concierto en Delicias", proclama.

El recital zaragozano es el punto de partida para llevar este ‘Cierzo lento’ hacia nuevos y sugerentes confines. Un expansivo ejercicio de disfrute en el que por fin podrá encontrarse cara a cara con el público, tras el paréntesis que ha forzado la pandemia del coronavirus. "Estoy con mucha ilusión y con muchas ganas después de todo este tiempo con el disco lanzado y estos momentos raros que estamos viviendo. Creo que ya era hora de presentarlo en un escenario y el Centro Cívico Delicias tiene todo lo necesario para llevarlo a cabo como se merece. Además el sello que me respalda, El Tragaluz Discos, se ha encargado de que así sea", celebra.

Tras el ensayo in situ en la víspera, todo está listo para que los vientos de cambio de Idoipe soplen sin contención. "Va haber alguna pequeña sorpresa de repertorio y apariciones, aunque para la presentación quería dar protagonismo a las canciones y no despistar al público con otros elementos. Pero puedo adelantar que va a ser muy especial y no creo que se repita de la manera que lo planteo esta vez", concluye.

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