El merendero La Junquera empezó a funcionar hace 70 años dando a conocer su pintoresco paraje de ribera y su exclusiva fuente. El abuelo Justo fue el fundador y hoy la tercera generación dirige este negocio familiar que se ha transformado en un espacio multiocio (Camino de la Fuente de la Junquera, 120. 976 560 662) como hay pocos en los alrededores de Zaragoza. En verano, desde luego, es uno de los mejores lugares para disfrutar a la fresca.

Cuenta con tres salones para celebrar todo tipo de eventos y con una terraza ´lounge` de más de mil metros cuadrados. Es la zona ideal para organizar bodas, comuniones, presentaciones, cócteles y fiestas al aire libre. Así se proyectó, pero la pandemia ha obligado a hacer algunos cambios en este espacio, el más apetecible cuando aprieta el calor.

A la fresca en La Junquera

David Burillo y Veridiana Largo confirman que esta gran terraza se ha reconvertido para acoger tres o cuatro ambientes diferentes “con mayores distancias entre comensales de lo que nos obliga la normativa porque tenemos mucho sitio”.

De esta forma, hay varias zonas con mesas altas y otras normales, un rincón con acogedores sofás para un picoteo informal que también funciona como espacio ´chill out`, y mesas vestidas con manteles para quienes buscan una propuesta gastronómica más formal.

David y Veridiana aseguran que en 2021 “no vamos a poder celebrar el 70 aniversario como nos gustaría, pero esperamos hacerlo el siguiente”. Eso sí, a pesar de la incertidumbre que vive el sector hostelero, La Junquera ha seguido creciendo. Este año, por ejemplo, con una barra central para dar mejor servicio a la terraza. “Además –explica Veridiana– tenemos un coctelero profesional; la apuesta que estamos haciendo por estos combinados es muy clara”.

En el día a día, este espacio multiocio cubre un abanico gastronómico amplio con una gran protagonista: la brasa. Por cierto, de carrasca, un detalle a tener en cuenta en estos tiempos en los que casi todas las barbacoas se alimentan con carbones vegetales.

A. T.

Sobre la parrilla adquieren un gran protagonismo las chuletillas de Ternasco de Aragón, el solomillo de vaca gallega y la carne de Nebraska. También se preparan a la brasa pescados como lubina, rodaballo, lenguado y bacalao. En este último caso se termina gratinado con alioli.

La parrillada de verduras es otro de los argumentos destacados y, en temporada, los calçots se ofrecen limpios, para evitar el engorro de los guantes y el babero. Es una forma distinta de disfrutar de esta hortaliza tan peculiar. Además de la carta, no suelen faltar las sugerencias en función de lo que llega al mercado, ya sea un besugo o una chuleta ibérica.

Para un picoteo informal están las raciones como la pata de pulpo, que también se hace a la brasa, caracoles, calamares a la andaluza o una hamburguesa de ´black angus` en la que todo el protagonismo recae en la calidad de la carne.

A la hora de aparcar no hay problema ya que cuenta con un parking de grandes dimensiones. Y si se acude con niños, pueden disfrutar de un espacio propio atendido por monitores con parque infantil, columpios, toboganes y mini campos de fútbol y baloncesto.

No le falta detalle a este proyecto hostelero que año a año crece y mejora en prestaciones. Eso sí, no hay que olvidarse de reservar, sobre todo en esta época del año, ya que está muy solicitado.