Un coleccionista catalán ha entregado al Museo de Zaragoza otro casco de Aranda

La DGA presenta las siete piezas devueltas por Christian Levett y el estudio que se ha hecho de ellas, y reanuncia una exposición sobre la Celtiberia

El director del Museo de Zaragoza explica este jueves las características de los cascos a la directora general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, María Dolores Jiménez-Blanco, y al presidente aragonés, Javier Lambán.
El director del Museo de Zaragoza explica este jueves las características de los cascos a la directora general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, María Dolores Jiménez-Blanco, y al presidente aragonés, Javier Lambán.
Guillermo Mestre

Un coleccionista catalán ha entregado al Museo de Zaragoza otro casco celtibérico procedente de Aranda de Moncayo, y el centro ya está sometiéndolo al mismo procedimiento de estudio de los siete anteriores. El análisis metalográfico de la pieza dirá qué hay de auténtico y qué de añadido en ella. Esta es una de las principales novedades que han aflorado la mañana de este jueves en la presentación de los cascos en el emplazamiento que tendrán al menos durante los próximos meses. Las piezas llegaron al Museo de Zaragoza a mediados de 2019, después de que el Gobierno español las recuperara en París de manos Christian Levett, el coleccionista británico que las había adquirido y las mostraba al público en su Museo de Arte Clásico de Mougins (Francia). Desde entonces a hoy han sido sometidas a diversos estudios, y un amplio equipo de especialistas ha aportado sus conocimientos a un libro que se ha presentado al público junto a los cascos.

Las piezas son ahora propiedad del Gobierno español, están adscritas al Museo Arqueológico Nacional y, según aseguraba este jueves María Dolores Jiménez-Blanco, directora general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, "estamos en trámite de formalizar el depósito y no tenemos plan de moverlas de aquí".

El acto de presentación de la muestra de los cascos y del libro que los estudia estuvo presidido por Javier Lambán, en su primera rueda de prensa tras su intervención quirúrgica. En diciembre de 2019, con ocasión de la llegada de los cascos a Zaragoza, Lambán hizo varios anuncios, de los que ofreció algún dato más este jueves. 

La exposición sobre la Celtiberia, por ejemplo, que dijo que se celebraría "en un par de años" (entonces no había llegado la pandemia), será finalmente a finales de 2022 o principios de 2023. Se titulará 'Guerra, religión y mito' y, según anunció el presidente aragonés, se desarrollará en tres sedes: Zaragoza, Teruel y Soria, ya que colaborará el Museo Numantino. La jornada de especialistas sobre el expolio de yacimientos arqueológicos, por su parte, se celebrará "a finales de este año". Y en cuanto a la anunciada campaña de excavación en el yacimiento de Aratis en Aranda de Moncayo, precisamente este jueves han empezado los trabajos, que dirigen los especialistas Marta Chordá, Francisco Javier Gutiérrez y Gloria Pérez

Raimon Graells, en la actualidad profesor de la Universidad de Alicante, y uno de los especialistas que más ha trabajado para que los cascos vuelvan a tierras aragonesas, se mostraba ayer feliz por su retorno. "Hasta 2012 este tipo de cascos se consideraban romanos o samnitas -aseguró-. Ahora no queda ninguna duda de que son celtíberos, y de un momento en el que estos trabajaban como mercenarios en todo el Mediterráneo". Graells trazó en su intervención el recorrido de los cascos (lo hace también el libro), lamentó la falta de respuesta por parte de las instituciones hasta que el caso saltó a los medios de comunicación, y confesó que "quizá se hayan hecho mal algunas cosas" a lo largo de todo el proceso de denuncia, recuperación, estudio y puesta en valor de las piezas. Pasó un poco de puntillas por el hecho de que los análisis metalográficos han puesto en evidencia que todas las piezas presentan reintegraciones modernas en distinto grado (en algún caso, muy importante). "Hemos hecho el estudio crítico de las piezas -dijo-. Son objetos arqueológicos descontextualizados, pero no es verdad que este tipo de bjetos, por serlo, carezcan de valor. Sí lo tienen, aunque menor que los que encontramos en excavaciones oficiales. La restauración de los cascos, con sus reintegraciones, no les ha quitado valor".

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