NARRATIVA ITALIANA. ARTES & LETRAS

Edoardo Albinati: memoria de una pasión sin proezas sexuales

El escritor italiano publica 'Un adulterio' (Lumen), donde narra la aventura amorosa de Erri y Clementina con precisión, belleza y turbación

Edoardo Albinati publica 'Un adulterio'.
Retrado del escritor italiano Edoardo Albinati, que deslumbró con 'La escuela católica'.
Archivo Albinati/Lumen.

Una isla remota de la que no importa su nombre, si acaso la complicidad de su paisaje, y  una pareja que huye y que permanece al mismo tiempo. Ese sería la médula, la masa madre de esta historia escrita con mucho mérito y con pocos lugares comunes que ha redactado Edoardo Albinati después de su monumental, 'La escuela católica' (Lumen). 

Edoardo Albinati ofrece en cada párrafo de esta novela una pulcritud que acribilla a quien lee. Es, sin duda, un domador de convencionalismos. ‘Un adulterio’ se aleja de esas piruetas lúbricas a las que otros autores someten a sus personajes. En esta novela importa lo externo, pero domina el entramado emocional que compila a través de todo el texto la importancia de lo interno. Las en apariencia leves reflexiones de sus protagonistas, Erri y Clementina, se van ramificando hasta convertir el instante final de su aventura extramatrimonial en una tela de araña capaz de acorralarlos desde su controvertida fragilidad.

Albinati sabe lo que quiere y pone de manifiesto una importante bifurcación narrativa desde las primeras líneas y una arriesgada separación de valores y objetivos entre sus protagonistas: “Erri tenía prisa por llegar al hotel para hacer el amor enseguida. Tenía una ganas insoportables y eso lo ponía nervioso y lo volvía casi indiferente hacia la persona con la que se disponía a hacerlo”.

No quiere caer en la tentación de ser maniqueo ni en las excusas que inventa para que sus protagonistas no claudiquen ni en los hechos que le han llevado a contar esta historia: “Toda relación, por gratuita y casual que sea, deja una señal en el cuerpo. El cuerpo no volverá a ser el mismo y ninguna ablución le devolverá su condición original”

“Toda relación, por gratuita y casual que sea, deja una señal en el cuerpo. El cuerpo no volverá a ser el mismo y ninguna ablución le devolverá su condición original”, dice Albinati

Albinati está más cerca de la filosofía que del erotismo y del deseo en esta delgada novela, a la que yo denominaría como el epígrafe que sale de la boca de dos dragones que no son conscientes del poder de sus alientos. O como esa burbuja que paradójicamente Dios no se atreve a deshacer con su justiciero aliento: “Erri, has entrado en mi vida por error.­­––Eres la persona adecuada para mí, así que será un infierno”

Edoardo Albinati publica 'Un adulterio'.
Detalle de la portada de Lumen.
Lumen.

Capitales en el desarrollo del texto son las citas que abren las tres partes, que corresponden a los días de adulterio ‘strictus sensus’, en ellas descansan todas la provisiones que alimentan esta historia de pasión caudalosa en la que sin embargo nada empuja al lector contra el abismo porque gravita sobre una quimera calmada, con pausas, liviana, aprehensible, sin grandes frases, sin grandes proezas sexuales, pero administrada por ese peso opresivo con el que los relojes persiguen siempre a las mentiras.

Es este un adulterio elaborado sin fisuras, nada arquetípico, nada lenguaraz, como decía más arriba, la conjunción de dos filósofos que encuentran en su desnudez una nueva corriente de pensamientos contrapuestos y pudorosos en los que las vidas de ambos comienzan a fructificar. Tienen claro que lejos de los límites los límites contradictoriamente toman fuerza.

‘Un adulterio’ perturba por la obsesiva sencillez del autor, por la trasmutación de la falibilidad  de sus interlocutores en fortín, en avance, en el alimento necesario para sobrevivir a lo extraordinario de este viaje. En ella la soledad no contamina, sino que es una preciosista metáfora en la que los protagonistas sobreviven  y avanzan sometiéndose a una exigencia individual extraordinaria: “A partir de ahora empieza el invierno, no retiramos bajo el hielo. Hibernamos”.

“Erri tenía prisa por llegar al hotel para hacer el amor enseguida. Tenía una ganas insoportables y eso lo ponía nervioso y lo volvía casi indiferente hacia la persona con la que se disponía a hacerlo”.

Solo uno de ellos puede ganarle la batalla a la intimidad interrumpida por la malsana inercia. Y sin duda la ganadora indiscutible será Clementina por esa forma turbadora, infinita e inflamada con que es capaz de deshacerse de todos los recuerdos y de todas las emociones en el momento en que sabe que ha de volver a su vida antes de Erri. Ella carece de sentimentalismo. El porvenir de su amante tiene fecha de caducidad para ella y no duda en plasmarlo en el duro diálogo final al pronunciar esta sentencia: “Soy cruel, pero justa”.

‘Un adulterio’ es una narración de una sencillez que destruye, de una contención que parece ilógica por lo que cuenta, y que sin embargo inyecta  en la memoria del lector la sombra de un equilibrio inesperado y de ese lenguaje estricto que queda para siempre dentro de la boca de quien pierde.

LA FICHA

'UN ADULTERIO'. EDOARDO ALBINATI. TRADUCCIÓN DE ANA CIURANS FERRÁNDIZ. LUMEN. BARCELONA, 2021. 103 PÁGINAS. 

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