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Emma Stone: "Las malas personas están convencidas de que hacen lo correcto"

Encarna a la villana de Disney en la adaptación del clásico animado '101 dálmatas', ambientada en los setenta e inspirada en una estética punk.

Emma Stone es Cruella de Vil en la película Cruella, que se estrena este viernes en cines y Disney+.
Emma Stone es Cruella de Vil en la película Cruella, que se estrena este viernes en cines y Disney+.
Efe/The Walt Disney Company

Hay una nueva Cruella de Vil en la ciudad y es Emma Stone. Después de seis largos años, Stone consigue encarnar un personaje para el que parece haber nacido y con un vestuario que nos devuelve a la época punk. El director Craig Gillespie y el guionista Tony McNamara han creado una película con un giro subversivo de la historia original. La icónica villana de Disney que quería matar a 101 dálmatas cuenta también con Emma Thompson en la versión de la baronesa Von Hellman, jefa de una ostentosa casa de moda y también una reconocida leyenda de la alta costura.

-¿Le sorprendió lo oscura que Disney permitió que fuera esta película?

-Así es. Greg y Tony han hecho lo que querían hacer. Ésta es, definitivamente, una versión muy oscura para una película de Disney.

-La baronesa es una gran villana para Cruella.

-Emma Thompson es fabulosa. Tiene uno de mis momentos favoritos de la película, cuando la baronesa tira la servilleta de tela y un tenedor por la ventana. Me hizo reír cuando estábamos rodando y cada vez que veo esa escena me parto de risa. Es tan buena... Y me encanta la estructura de su ropa, con una silueta estilo María Antonieta para sus trajes.

-¿Cuál fue la ropa más divertida que usaste en la grabación?

-La más ridícula es con la que aparezco sobre el camión de la basura, porque tiene una cola de 12 metros y no estaba unida al vestido. Obviamente no podría moverme si lo estuviera, así que la añadieron al vestido en el último momento cuando subí al camión. No es un traje que se pueda llevar ni remotamente en la vida real. Fue un gran momento. Pero, para ser honesta, también la falda con la que cubro el coche fue épica. Tratar de entrar en el coche y luego cubrirlo con la falda fue simplemente fantástico. En ese momento me sentí actriz y pensé: esto es estar dentro de una película.

-¿Ninguno de esos momentos fue digitalizado?

-Todo es real. Me subí al coche y tiré de la falda varias veces, pero fue difícil. Los perros son lo único de la película para lo que se utilizó unas imágenes generadas por ordenador.

-Wink, el perrito, es la mayor estrella de la película.

-Soy una de las mayores fans de Wink.

-Entre los dos personajes que interpreta, Stella y Cruella, ¿cuál ha representado un mayor reto?

-Es interesante porque sentí una especie de rechazo hacia Stella que se manifiesta al principio de la película. Stella es dulce, pero no está totalmente desarrollada como personaje. Me parece más tentadora, desde el punto de vista de un artista, la personalidad de Cruella. Me interesa más el mundo de Cruella pero, dicho esto, cruza algunas líneas que no creo que yo me atrevería a cruzar. Prefiero a Cruella porque me interesa el lado oscuro de un personaje femenino.

-¿Disfrutó interpretándola?

-Fue muy divertido. Con muchos papeles tienes que empezar, si eres nerviosa como yo, muy nerviosa, conteniendo tu personalidad, pero cuando tienes un papel como Cruella puedes exagerar al máximo y disfrutar.

-¿Cree que Cruella eligió ser malvada?

-Creo que nunca interpretaría a un personaje que realmente pensara que es malo y fuera consciente de serlo. Ella no lo sabe y la única manera de crearla fue mostrando su ambigüedad. 

¿Crees que la gente realmente mala va por el mundo pensando que es mala? 

No lo creo. Piensan que lo que ellos hacen es lo correcto. No tiene sentido interpretar a alguien así, salvo si se tratara de algún tipo de robot.

Dolor de cabeza

-¿Fue difícil representar el acento, las escenas emotivas y la actitud de Cruella, una estrella del punk de los años 70?

-Depende. Los acentos son definitivamente complicados y siempre me suponen un pequeño dolor de cabeza. Cada vez que un personaje tiene un viaje emocional con una escena clave que es increíblemente conmovedora y que hace avanzar la historia de una manera necesaria, me crea angustia porque solo tienes un día para grabarla. Esa es la diferencia entre el teatro y el cine; no importa lo cansado que estés, ni cómo te sientas ese día, no tienes una segunda oportunidad, así que siempre duermo mal la noche antes de rodar una escena importante.

-¿Cómo se quita los nervios? ¿Tiene algún tipo de ritual?

-No. Los nervios desaparecen en cuanto empiezas a rodar. Soy muy ansiosa por naturaleza y cuanto más presente me encuentro es improvisando o haciendo comedia o teatro porque no tienes tiempo de pensar en todas las demás cosas que te preocupan. No se trata de deshacerse de los nervios, sino de utilizar su presencia para superarlos.

-¿Era fan de niña de '101 dálmatas'?

-Me encantaba la película, sobre todo que los perros se parecieran a sus dueños. Me pareció muy divertida. Recuerdo que de niña intentaba ver si en realidad los perros se parecían a sus dueños y muchos se parecían.

Emma Stone, en su papel de Cruella de Vil.
Emma Stone, en su papel de Cruella de Vil.
Efe/The Walt Disney Company

-¿Dudó cuando le ofrecieron interpretar a Cruella?

-Me pareció un gran personaje, pero no fue tan sencillo como recibir una llamada para interpretar a Cruella. Fue hace seis años, mucho antes de rodar la película, cuando tuvimos la idea, pero ha sido un proceso de cuatro años con diferentes escritores sobre la mesa. A veces, parecía que nunca íbamos a hacer la película, porque no sabíamos qué mundo queríamos que explorara. Ponerla en los años 70 es reinventar el personaje lejos de la historia original, creando una trama totalmente nueva para ella. 

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