Brutal cornada a Perera y triunfo de Rufo ante excelentes novillos de El Juli

La muy grave cornada sufrida por el extremeño y las tres orejas del toledano fueron la cruz y la cara del festejo de este lunes en Vistalegre.

Derechazo de Tomás Rufo.
Derechazo de Tomás Rufo.
Raquel Labodía

La muy grave cornada sufrida por el extremeño Manuel Perera, con evisceración de parte del paquete intestinal, y el triunfo de tres orejas del toledano Tomás Rufo fueron la cruz y la cara del festejo de hoy en Vistalegre, en el que se lidió una novillada de El Juli de juego excelente.

El percance de Perera, además del fuerte impacto entre el público, restó alegría a una tarde que caminaba por la vía del triunfo, en tanto que los utreros del famoso torero, con el hierro de El Freixo, iban uno a uno poniéndoselo en bandeja a los novilleros.

Precisamente por asegurar el suyo con el tercero, tras una faena decidida y animosa desde que lo recibió de salida en los medios capote a la espalda, el novel de Badajoz se tiró a matar con tanta rectitud que se echó él mismo encima del pitón derecho del novillo, por lo que el animal no tuvo más que empujar para herirle y colgarle a plomo por la región inguinal.

Cuando cayó al suelo, parte del paquete intestinal de Perera ya asomaba por encima del bordado de su taleguilla, mientras permanecía rígido sobre la arena antes de ser trasladado a toda prisa a la enfermería, con la sensación, luego confirmada, de que llevaba una muy grave y extensa cornada.

Fue entonces, mientras el doctor Crespo comenzaba su intervención, cuando la cuadrilla dio la vuelta al ruedo con el trofeo que se concedió a Perera de un ejemplar bravo, repetidor incansable y entregado de principio a fin a los vuelos de la muleta exigente, pero no siempre templada, del entusiasta y variado extremeño.

En la otra cara de la moneda se situó el triunfo redondo de Tomás Rufo, novillero cuajado que, aun así, por desigualdades técnicas y de colocación ante los pitones, no terminó de cuajar como merecían las dulces, rítmicas y enclasadas embestidas del tercero, en un trasteo de desigual compás e intensidad.

También el quinto, el más basto de hechuras del fino lote, humilló mucho, aunque sin repetir tanto. Y Rufo, ahora sí, se gustó, ajustó y relajó más y mejor, sobre todo toreando al natural de mitad de faena en adelante, cuando logró la mayor conjunción con un animal al que mató de una estocada volcándose en el morrillo, dispuesto a redondear su marcardor.

También paseó un trofeo Antonio Grande, en su caso del primero de la tarde, que ya marcó la calidad del resto del encierro. Una gran estocada contribuyó básicamente a la concesión de ese trofeo, pues el salmantino, con una crispada y encimista búsqueda de la hondura, no llegó a apurar la buena condición del de El Freixo.

Algo similar, aplicando el mismo concepto, le sucedió con el también excelente cuarto, así que cuando siguió insistiendo con el desarazado sexto, que mató por Perera, ya era tarde para remontar el ambiente entre un público que seguía pendiente de la enfermería.

Ficha del festejo

Seis novillos de El Freixo, de buena y fina presencia, dentro de cierta desigualdad de volúmenes, y de juego excelente. Salvo el 6º, de menos raza y clase, el resto, en distinto grado, tuvieron bravura y embestidas de gran entrega y calidad, con profundidad y duración. Cuatro de ellos fueron fuertemente ovacionados.

Antonio Grande, de carmín y oro: estocada (oreja); pinchazo y estocada tendida (silencio); estocada desprendida (silencio tras aviso, en el que mató por Perera.

Tomás Rufo, de caldero y oro: estocada delantera contraria (oreja con petición de la segunda); estocada trasera (dos orejas).

Manuel Perera, de verde oliva y oro: estocada delantera (oreja, con petición de la segunda, que paseó la cuadrilla).

Según el parte médico, fue atendido en la enfermería de una cornada "en la fosa ilíaca izquierda, con una trayectoria ascendente y hacia afuera de unos 30 cms, que desgarra musculatura de pared abdominal, y otra trayectoria hacia arriba y adentro que penetra en cavidad peritoneal con evisceració de asas intestinales y arrancamiento de epiplón, alcanzado una extensión de 40 cms. Pronóstico: muy grave".

Entre las cuadrillas, saludaron en banderillas Antonio Vázquez y Fernando Sánchez, y Mambrú destacó en la brega.

Quinto festejo de la feria de San Isidro en el Palacio Vistalegre, con lago más de 1.000 localidades ocupadas sobre un aforo limitado a 6.000.

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