El Día del Libro convoca a multitudes en el parque Grande de Zaragoza
Larguísimas filas durante toda la jornada para visitar el recinto vallado donde había 72 expositores
Los libros volvían este viernes a la calle en Zaragoza, por primera vez desde que se declaró la pandemia de la covid-19, con una expectación que no suele acompañarlos: largas esperas de cientos de personas, haciendo una fila que superó sobradamente el medio kilómetro, para poder entrar al recinto vallado en el parque José Antonio Labordeta, en el paseo de Manuel Azaña, donde les esperaban 72 expositores.
Como ya sucedió en la última Feria del Libro (diciembre pasado, bajo techo en la sala Multiusos del Auditorio), en el Día del Libro de 2021 escasearon los puestos de librerías, que muy mayoritariamente prefirieron permanecer abiertas en su sedes habituales en este 23 de abril y ofrecer allí el descuento del 10% que es el gancho de la jornada. Como Cálamo, que mantuvo su tradición de regalar junto a los libros una mata de borrajas en lugar de una flor (y contó para ello con la colaboración de la cofradía dedicada a esta verdura). Pero sí que atendieron al lector al aire libre casi todas las editoriales aragonesas, incluidas las especializadas en literatura infantil y juvenil y en cómic.
En una esplendorosa jornada primaveral tras días de lluvias intermitentes, la fila alcanzaba en muchos momentos desde la entrada al espacio reservado para estos ‘stands’ en el paseo paralelo a la ribera del Huerva, casi en el acceso principal al parque, pasando por todo el paseo de San Sebastián, hasta la escalinata del monumento al rey Alfonso I el Batallador, y giraba a la derecha para continuar por la avenida de los Bearneses. Superando las dos horas de espera, según testimoniaban algunos de los que allí esperaron.
Sin estrecheces
Una vez dentro del recinto del Día del Libro, no había estrecheces. Abierto de 9.30 a 21.30, el aforo estaba limitado a un máximo de 402 personas, con sobrado espacio para poder curiosear entre lo expuesto. O para buscar la firma de un autor (fueron casi 200 los anunciados). Al final de la jornada habían sido unas 5.000 personas las que pasearon entre los puestos. Probablemente bastantes más renunciaron a la experiencia debido a las larguísimas esperas.
"Es un día para disfrutar" tras no haber podido salir el año pasado editores, libreros y autores con sus productos al aire libre, había dicho a primera hora Marina Heredia, la presidenta de la Comisión Permanente del Libro de Zaragoza, la organizadora. Heredia, además, expresó su voluntad de poder estar el 23 de abril de 2022 en el emplazamiento tradicional del Día del Libro, en el paseo de la Independencia. Le acompañaron en la apertura en el parque Grande, entre otros, el consejero de Cultura del Gobierno aragonés, Felipe Faci; la vicealcadesa de Zaragoza, Sara Fernández; la delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría, o la diputada delegada de Bibliotecas de la Diputación Provincial de Zaragoza, Mercedes Trébol.
Los expositores, con muchas novedades que presentar, confiaban en recuperar ayer algo de lo perdido en los últimos tiempos. La lectura ha sido un refugio apreciado durante la pandemia y en 2020, respecto al año anterior, los que se declaran lectores habituales pasaron del 50% al 52,7%, según datos estadísticos ofrecidos por el Ministerio de Cultura, que también señalan que se dedicó a este hábito media hora más a la semana. Pero el sector ha atravesado un difícil momento: cierres y limitaciones de aforo por las restricciones sanitarias, cancelación de la gran mayoría de los salones y ferias donde podían vender, y, además, un creciente desvío del negocio hacia grandes plataformas que operan a través de internet.
Si la situación sanitaria no cambia a peor considerablemente, pronto habrá otra oportunidad de encontrarse con los libros al aire libre en Zaragoza. La Feria del Libro volverá a la plaza del Pilar, la que ha sido su sede de los últimos años, y allá estará abierta entre el 28 de mayo y el 6 de junio próximos.
