Notas costumbristas (43) 

El Quijote zaragozano

Hubo que esperar hasta 1831 para que se editara el Quijote en Aragón. 

El Quijote zaragozano
El Quijote zaragozano
HA

Hasta el siglo XIX no se editó el Quijote en Aragón. Hubo que esperar hasta 1831 para que tuviéramos una edición zaragozana. Fue la imprenta de Polo y Monge la que ese año editó un Quijote en dos volúmenes con seis grabados de Lafuente. No es desde luego una edición lujosa. Tan sólo decorosa. Pero es la nuestra, la primera que se hizo en Zaragoza. Y para un aragonés es un libro valioso. Es además extremadamente raro, pues uno en todos los años de su vida nunca lo había visto en comercio. Hace un tiempo pude comprarlo. Muchas de estas compras siempre se producen de la misma forma. Muere un bibliófilo y sus herederos, que no saben qué hacer con su biblioteca, van al librero de viejo a vender los libros del difunto. El librero los compra (buena parte de ellos ya se los había vendido él al finado), los pone de nuevo en el mercado y otro bibliófilo, coleccionista o estudioso va y se hace con ellos. En casa de éste descansarán unos cuantos años (a veces sin que nadie repare en su presencia jamás y otras haciendo una leal compañía a su dueño) hasta que a su muerte la historia se repita de nuevo y nuevas generaciones de amantes de los libros tengan su oportunidad de adquirirlos.

Todos los bibliófilos tenemos en nuestras bibliotecas muchos libros con varios ex libris de épocas distintas que nos recuerdan a sus diferentes propietarios a lo largo del tiempo. Eso mismo sucede con mi nuevo Quijote. “Este libro es de José Delgado”, está escrito con letra de la época de su impresión. Luego pasó por otras manos hasta llegar a las del bibliófilo de cuya biblioteca ha pasado a la mía. Esta vez no ha cambiado de ciudad ni viajado lejos. Y aunque me alegré mucho al comprarlo (también pegué mi ex libris para que quede constancia de que algún día fue mío), no pude evitar pensar en mi propia muerte y en qué ocurrirá con él cuando uno ya no esté aquí para saberlo. Pensé en qué harán con él mis herederos, a qué manos irá a parar y cuál será su siguiente destino. Y caí en la cuenta de que ese Quijote canalla seguirá siempre vivo y de que nos enterrará a todos. Como hizo con ese misterioso José Delgado a comienzos del siglo XIX.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión