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Manuela Tejero-Garcés: Vivir la ropa en su fábrica de sueños

La diseñadora zaragozana se dedica a la producción de vestuario en Peris Costumes desde 2017. Nerea Torrijos le agradeció su Goya el pasado domingo

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Manuela Tejera, en una de las naves de vestuario de Peris Costumes, de Madrid.
Beatriz Corroto.

El pasado sábado la bilbaína Nerea Torrijos ganaba el Goya al Mejor Diseño de Vestuario por su trabajo en ‘Akelarre’. La sorpresa fue cuando, emocionada, encadenó una lista de nombres. De repente, con especial énfasis, dio las gracias a Manuela Tejero-Garcés. El galardón no había ido a parar a una de las favoritas, la zaragozana Arantxa Ezquerro por su excepcional trabajo en ‘Las niñas’, pero tenía también reminiscencias aragonesas: Manuela, que trabaja desde 2017 en la gran empresa Peris Costumes, nació en Zaragoza y se dedica a la producción de vestuario, con otras compañeras, en esta empresa con sede central en Algete (Madrid) y con sucursales en Praga, Lisboa, Budapest o Ciudad de México, entre otros lugares.

Los números son apabullantes: en Algete cuenta con más de 6.000.000 de trajes, repartidos en naves que suman 15.000 metros cuadrados. Manuela da un dato: en menos de un año, entre anuncios, publicidad, series y películas, ha participado en casi 100 piezas, y ayuda en varias series que se están emitiendo: ‘La casa de papel’, ‘Cuéntame’, ‘Estoy vivo’ y ‘Los hombres de Paco’.

De la arquitectura al vestuario

«No me esperaba la cita del Goya. Pero Nerea Torrijos es especial. Hicimos ese trabajo un poco contrarreloj y salió muy bien. Surgió una amistad y una complicidad entre nosotras y ya hemos colaborado en otros proyectos. Nerea ha vuelto por aquí para películas como ‘García y García’ o ‘Desde la sombra’. Es la diseñadora del cartel del Festival de Cine de Terror de San Sebastián y también ha venido a elegir ropa para hacer la foto», dice.

Manuela Tejero-Garcés nació en Zaragoza en 1992. Acaba de cumplir 29 años. Su padre, zaragozano, es ingeniero paisajista y su madre, madrileña, tuvo una tienda de ropa en Malasaña. «Los dos tienen su propio estilo e imagino que me habrán contagiado. Mi padre, casi a la vez que yo, ha dado un paso curioso: apasionado de la artesanía en cuero, hace ahora unas piezas preciosas». Manuela vivió en Zaragoza hasta 2014.

Realizó tres cursos de arquitectura, «pero me di cuenta de que me había equivocado. Siempre me había interesado el diseño y pensé que había un vínculo mayor entre ambas disciplinas», añade. Dejó esa carrera y se trasladó a Madrid para encontrarse con su vocación en la Escuela de Diseño Europea. «Fue una experiencia muy bonita. Sobre todo en algunas asignaturas, especialmente en aquellas que abordaban el vestuario a lo largo de la historia. Hice las prácticas en Peris Costumes y al acabar mis estudios me contrataron». Peris Costumes es como una fábrica de sueños y a la vez la memoria del cine y de la televisión. En las naves de Algete hay de todo: vestidos originales de época, zapatos, joyas y complementos.

El viaje del cine y del diseño

«No diseño ni dibujo. Trabajo en producción de diseño de vestuario, y mi ocupación consiste en ayudar y colaborar, como hacen otras compañeras, con el responsable de vestuario de una película o serie: atenderle, mostrarle lo que hay, asesorarle, que se fabrique lo que sea necesario, que se cumplan plazos». Más que la moda en sí, le atrae el vestuario a lo largo de tiempo.

"Trabajo en producción de diseño de vestuario, y mi ocupación consiste en ayudar y colaborar con el responsable de vestuario de una película o serie: atenderle, mostrarle lo que hay, asesorarle, que se fabrique lo que sea necesario, que se cumplan plazos"

«Mi trabajo es fascinante. Cada película es un viaje, un aprendizaje, conoces la historia, a veces ahondas en el argumento, trabajas una época o un período específico, y aprendes mucho de los profesionales. Todos son distintos y tienen su método». Recuerda trabajos recientes que le han impactado, en los que ha participado, como la serie ‘Peaky Blinders’ o la película de Roman Polanski: ‘El oficial y el espía’, sobre el caso Dreyfuss.

«Aquí tenemos de todo. Y cuando no lo hay, lo hacemos siguiendo los modelos originales. Tenemos sastrería de hombre y de mujer, guarnicionería, zapatería, talleres para complementos. Aquí todo es posible», agrega. Se detiene un instante y observa: «Este es mi lugar de trabajo. Estoy muy a gusto. Tenemos muchísima faena, y que no nos falte, pero a veces te detienes a pensar y a contemplar y te das cuenta de que trabajas en un lugar excepcional, impresionante. Miras en cualquier dirección y hallas evocación, memoria del cine, sueños, recuerdos. Siempre me gustaron mucho el cine y el arte». Y confiesa que aprende de todo: de catálogos, de libros de moda, de fotografía, de monografías, de películas. «Todo sirve para hacer bien tu trabajo».

Le gustan diversas épocas, aunque su siglo preferido es el siglo XX, y especialmente los años 30, 40 y 70. Por ello revela que algunas de las películas que más le conmovieron son ‘Pulp Fiction’ de Tarantino, ‘Hotel Budapest’ de Wes Anderson o ‘La huella’ de Mankiewicz, que se suman a otros títulos que le encantan por su vestuario: ‘Drácula’ de Francis Ford Coppola o ‘María Antonieta’ de Sofia Coppola.

En los últimos tiempos, Manuela ha recibido en Madrid la visita de la diseñadora aragonesa de vestuario Ana Sanagustín. «Sí, para el vestuario de ‘Te verán correr’, que es un corto inicialmente, aunque la idea es que se convierta en una serie». ‘Te verán correr’ es una película de Miguel Casanova. Antes de despedirse, Manuela Tejero-Garcés dice que se halla con todo tipo de trajes, joyas y objetos: «Siento debilidad por la coraza de Paris, al que daba vida Orlando Bloom, en la película ‘Troya’».

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