Descubierto medio centenar de tumbas bajo el suelo de la antigua iglesia turolense de San Miguel
Los arqueólogos han sacado a la luz también restos de dos de los ábsides del primitivo templo medieval
Las excavaciones arqueológicas en el subsuelo de la iglesia turolense de San Miguel han sacado a la luz más de medio centenar de enterramientos. Este es el aspecto más llamativo de los trabajos pero, desde el punto de vista histórico, la principal novedad hasta el momento es el hallazgo de los restos del ábside de la primitiva iglesia, lo que confirma su origen medieval y aporta nuevos datos sobre la capital turolense.
En la antigua iglesia de San Miguel se están realizando desde noviembre pasado obras de consolidación, con un presupuesto de 1,2 millones de euros, con vistas a convertirla en un futuro más o menos cercano en un centro cultural. A falta del presupuesto necesario para ello, la actual fase de obras se limita a consolidar el edificio, en estado ruinoso. El templo, desacralizado desde hace tiempo, fue adquirido en 2002 por el Ayuntamiento de Teruel al Obispado. El plan director para el edificio es obra de los arquitectos Fernando y José Ignacio Aguerri, que dirigen los trabajos, realizados por la empresa Patrimonio Inteligente. En la dirección facultativa se integra también el arqueólogo José Francisco Casabona.
«Para restaurar las cubiertas del edificio hay que hacer apeos y por eso los primeros en entrar a trabajar hemos sido los arqueólogos –relata Francisco Javier Gutiérrez, que dirige las excavaciones junto a Inmaculada Cárdenas–. La zona para los apeos es un cuadrado de unos 11 por 11 metros de lado, debajo del crucero, y allí es donde estamos excavando. De momento hemos documentado 55 enterramientos, pero esperamos encontrar bastantes más. Hay ataúdes decorados, un enterramiento infantil con un rosario entre las manos...». Una vez concluyan los trabajos arqueológicos y la documentación de cada uno de los hallazgos, los restos pasarán a una de las criptas a la espera de que se decida sobre su futuro.
«En un anexo al norte de la iglesia, donde estaba previsto instalar las calderas del futuro edificio –añade Francisco Javier Gutiérrez–, hemos encontrado restos de la cimentación de dos ábsides, que deben corresponder a la iglesia medieval. Al ser dos cimentaciones, la hipótesis inicial que barajamos es que una de ellas corresponde a la iglesia del siglo XII y otra, más amplia, a la del siglo XIII, cuando la población de Teruel creció mucho y se debió ampliar la iglesia. Pero habrá que esperar a que se ejecuten las siguientes fases del plan director para saber más».
La iglesia de San Miguel está documentada desde 1196, aunque los vestigios actuales son de principios del siglo XVIII.
