LETRAS ITALIANAS. 'ARTES & LETRAS'

Elena Ferrante, la autora más misteriosa del mundo, se asoma a la adolescencia

La escritora italiana publica un nuevo libro perturbador que ahonda en la infancia y el desarraigo: 'La vida mentirosa de los adultos'

Elena Ferrante publica 'La vida mentirosa de los adultos'.
Detalle de la portada de Lumen.
Heraldo.

Sobrevivir a una cuatrilogía tan precisa y exuberante desde lo emocional como la ha sido la saga ‘Dos amigas’ escrita por Elena Ferrante, se me antojaba como una incierta e infructuosa resurrección. Lila y Lenú eran dos cíclopes con afán de afianzar su leyenda destruyendo con el eco de sus movimientos la nueva aventura literaria de su autora. Por fortuna Ferrante se ha desdicho de ellas y las ha convertido en dos sombras que orientan al lector en esta nueva travesía llamada ‘La vida mentirosa de los adultos’. Una historia cruel y despiadada, en la que Elena Ferrante vuelve a descuartizar los vicios y virtudes de los seres humanos desde el asepsia más insospechada.

Es un prodigio como ordena Ferrante el dolor, como lo educa, como lo contiene, como lo dinamiza para obtener de él la más absoluta de las sumisiones. Como lo inocula encada uno de sus personajes hasta lograr que los mantenga en pie y los convierta en marionetas, en arquetipos actualizados que destrozan con sus palabras y sus hechos el maniqueísmo atroz que está destrozando la mayoría de la literatura contemporánea.

Ferrante vuelve a refugiarse en la infancia y en la adolescencia de un personaje para desplegar de manera contumaz el dramatismo y los secretos que tanto y tan bien potencia la estancia de cada persona en ambas etapas. Porque en ella caben los sueños más felices y los sueños más atroces. Porque mientras dura todo está permitido, porque oír blasfemar a un niño es un truco de magia imbatible cuando quieres quedarte a vivir en la memoria de un lector. Y es así como construye a Giovanna, mezquina, intrigante, feroz y apocalíptica en cada una de las decisiones que toma. Y la enfrenta para hacerla creíble a la descomunal Vittoria, un engendro sin filtros ni porvenir que se cree la dueña absoluta de la verdad, porque qué tesoro pueden poseer los pobres sino es la complicidad de esa mujer sobrevalorada. Ferrante enfrenta verdad con sinceridad, y demuestra que la verdad no es más que una mentira manipulada que nace para favorecer al poderoso. 

Sin embargo, Ferrante disfruta siendo la dueña absoluta del desarraigo y lo demuestra construyendo este frenesí telúrico en el que todo gira entorno a una deslumbrante pulsera que hará desgraciado a quien la posea. Sí, la mentira es el detonante de todo, el hilo que acabará marcando la carne de cada uno de sus protagonistas. Ferrante sabe mostrar el entorno familiar como un lodazal de fango delicado cuya mancha fresca, y en apariencia insulsa, acabará siendo una longeva herida de piel dura.

En ocasiones cuesta creer lo que se está leyendo, cuesta digerir la monstruosa naturaleza de la protagonista, su poder de manipulación

Pero seré más concreta y contaré que esta historia comienza cuando Giovanna una niña de apenas doce años escucha salir de boca de su padre, un tipo ilustrado y en apariencia inofensivo, un comentario que la señala, y que de manera inmediata la convierte en una victima colateral de antiguas sombras del pasado paterno. Cómo no sucumbir entonces a ese abismo que la desfigura y abre en canal el suelo que pisa si lo que cualquier adolescente quiere es salir de la molicie y vivir aventuras por muy sórdidas que estás resulten. Cómo no querer convertirse en heroína en esta historia en la que coinciden los peores sentimientos y donde cualquier elixir acaba convertido en hiel. Imposible no hacerlo. Imposible no pelear por ser la maestra de títeres de una historia tan apasionante.

Ferrante es, en esta novela que vuelve a publicar Lumen, una narradora despiadada, deja marcas que no se intuían en su narrativa anterior. Busca el dolor en la mirada de quien lee y con cada uno de sus capítulos provoca un cataclismo en el cuerpo que sostiene su libro. La vida mentirosa de los adultos es un arma afilada, un dron que con su vuelo rasante destroza la calma de quien lee. En ocasiones cuesta creer lo que se está leyendo, cuesta digerir la monstruosa naturaleza de la protagonista, su poder de manipulación, su anticipación a cualquier forma de redención que deseen proporcionarle el resto de personajes:

“ –Solo las cabronas como vosotras estudian como loros–dije entre dientes–, aprueban el curso y se hacen respetar por sus novios. Yo no estudio, dejo que me suspendan y soy una puta–“.

La potencia de su rabia construye un personaje sin horizontes. Giovanna es una peonza de la que se han olvidado los puntos cardinales y, sin embargo, es imposible no quedarte absorto viéndola deambular por estas páginas. Es imposible no quedar deslumbrado por su crueldad, por su inferioridad, por su miedo, por su envidia, por su denso sufrimiento:

“Detestaba la idea de que en los cielos hubiese un Padre y nosotros, los hijos estuviésemos abajo, en el barro y la sangre. Detestaba que se quedase ahí mirando cómo nosotros, marionetas, nos las arreglábamos con el hambre, la sed, las enfermedades, los terrores, la crueldad, la soberbia”.

No sabe ser amiga, no sabe ser hija, no sabe ser niña, ni sabe ser mujer, para ella haber erdido el beneplácito de su padre se convierte en una condena que la hace sentir como un esperpento al que hay que aniquilar sin la menor dilación.

Elena Ferrante nos entrega un novela crucial, un relato exento de estereotipos, un recorrido por el purgatorio en el que cambia a la Beatrice de Dante por un apuesto iluminado llamado Roberto.

Giovanna convierte su vida y la de los que la rodean, Angela, Ida, Corrado, Rosario e incluso la de su idolatrada Giulianna, en un experimento sádico. En besos inconvenientes y pecados de pensamiento y obra para los que no estará preparada.

Elena Ferrante nos entrega un novela crucial, un relato exento de estereotipos, un recorrido por el purgatorio en el que cambia a la Beatrice de Dante por un apuesto iluminado llamado Roberto. Coloca en su exacto lugar a la sagrada familia y es mortífera con sus aspiraciones de supervivencia.

Evoca también a Santa Teresa, y convierte en un clon atípico y mundano de la religiosa segoviana a su pequeña protagonista, a la que aísla y educa en un camino de perfección disparatado y a ratos inhumano para acabar con las mentiras que asolan el mundo bajo la atenta y poderosa mirada de un Nápoles lamido por los años setenta.

Una vez más la misteriosa autora italiana no defrauda, su lengua es un látigo y también un paraíso que baila antes los ojos del lector de esa forma totalitaria en que Salomé bailó ante los ojos de Herodes.

LA FICHA

La vida mentirosa de los adultos. Elena Ferrante.Traducción de Celia Filipetto. Lumen, 2020. Barcelona. 364 páginas.

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