LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

Nacho Tajahuerce: "Descubrir quién se es podría ser la esencia de la poesía"

El poeta y profesor, nacido en Zaragoza en 1980, acaba de presentar su poemario: ‘Piedra y tijeras’ (Pregunta), un viaje al corazón de las aulas

Nacho Tajahuerce publica 'Piedra y tijeras'.
Nacho Tajahuerce vive con pasión y lucidez el corazón del aula como pedagogo y poeta. 
Guillermo Mestre.

¿Cómo definiría su experiencia en el aula, que es el tema central de su nuevo poemario 'Piedra y tijeras' (Pregunta)?

Es una aventura nueva cada día y, por lo tanto, fascinante. Conocer nuevos alumnos, descubrir sus pasiones o sus miedos y tratar de entenderlos es una de las experiencias más apasionantes y más enriquecedoras que se puede tener en una profesión.

¿Qué le llevó a transformar en poesía todo lo que concierne a la enseñanza, un tema en apariencia prosaico?

Desde mi punto de vista, se debe escribir desde la realidad y eso se consigue partiendo de algo que conoces. El oficio de profesor y lo que ocurre en un aula forma parte de mi vida, es, por tanto, el mejor punto de partida. Sin embargo, no deja de ser más que el germen de todo lo demás, de lo que ocurre en las afueras de un aula.

¿Es el poemario un viaje al interior de un lugar que puede ser fascinante como dice, y también rutinario e incluso insoportable?

Este poemario pretende representar algunas de las realidades que suceden a nuestro alrededor. La adolescencia es la etapa más fascinante y, al mismo tiempo, la más compleja porque los adolescentes comienzan a intentar entender el mundo, sin embargo, todavía no tienen mecanismos para defenderse de sus engranajes más crueles. De esa incomprensión del mundo nace ‘Piedra y tijeras’.

Da la sensación de que o ha hablado con muchos alumnos o que ha recordado a muchos alumnos. ¿Ha sido así?

El aula debe ser un lugar de diálogo y reflexión donde exista una interacción entre el profesor y el alumno. Pienso que la labor más importante de un profesor es crear inquietudes desde un pensamiento crítico. Los conceptos, la mayoría de las veces, tienden a olvidarse pero cuando se le introduce a un alumno esa necesidad perdura para siempre. Escribiendo el libro me he acordado de muchos alumnos, por supuesto, pero también de muchos compañeros de pupitre y de muchos profesores del CEIP Miraflores y del IES Medina Albaida donde estudié.

¿Cuáles son esos ritos de clase en los que ha querido fijarse?

Todo lo que para ellos es aparentemente vital. Lo que significa un lunes para un adolescente es todavía mucho peor que para un adulto. Nosotros tenemos conciencia del paso del tiempo. Sin embargo, los chicos no temen al tiempo, están deseando que llegue el viernes para romper con la rutina y disfrutar del fin de semana. También le he dado mucha importancia a la imagen de mirar a través de la ventana. Tras la ventana, se encuentra su futuro.

Usa monólogo interior, su propia voz de poeta y profesor. ¿Cómo quería que fuera ‘Piedra y tijeras’? ¿Cómo explicaría el título?

Me interesaba mucho que la primera parte del libro fueran los alumnos los protagonistas. Siempre había tenido claro que si escribía este libro utilizaría el sistema de la ‘Antología de Spoon River’, de Edgar Lee Masters, donde son los muertos los que hablan. En este caso, debían ser ellos, los vivos, los que salieran a la luz. Respecto al título, como explicó Jesús Jiménez en la presentación, el ‘papel’ son los poemas, por eso no aparece en el título.

No queda claro si la víctima es el alumno o el profesor, en un libro de víctimas, desubicados, marginados y multiculturalidad.

No hay víctimas ni enemigos. Hay situaciones complicadas como en el día a día. A partir de ahí depende de nosotros ponerse de cara o de lado. Cada uno debe emplear sus armas para defender la justicia social; en mi caso, la enseñanza y la escritura. Los marginados y los desubicados responden a situaciones previas de las que no son responsables, deberán ser más fuertes que el resto, eso sí, para superar las dificultades.

Detnro de un tono especialmente emotivo, hay dos poemas conmovedores: ‘Miedo’ y ‘Oda al maestro’.

Son dos poemas distintos. ‘Miedo’ está en la línea de otros poemas de la primera parte como ‘Chatarra’, ‘Hostias’ o ‘Chocolate blanco, chocolate negro’, que representan realidades sociales complicadas que influyen en el rendimiento y en el futuro de los alumnos. En la sociedad, como decían Walter Benjamin o Sartre, no son culpables, tan solo, los que actúan con maldad, también lo son los cómplices que miran a otro lado. ‘Oda al maestro’ es un homenaje a esos profesores que dejan huella y son un ejemplo. Afortunadamente son muchos.

¿Qué queda del alumno que fue Nacho Tajahuerce?

Cada día, al entrar en el aula me veo reflejado en muchos de ellos y eso me ayuda a entenderlos mejor. Pienso que para ser profesor hay que tener empatía. Escribir ‘Piedra y tijeras’ me ha ayudado a descubrir el alumno que fui. Esa, quizás, sea la esencia de la poesía, descubrir quiénes somos.

"La verdad es que me gusta tratar con adolescentes porque creo que están en un momento de su vida muy emocionante. Relacionarte con gente joven te obliga a no hacerte mayor"

Da la sensación de que cree ciegamente en el poder de la enseñanza y de la palabra.

La verdad es que me gusta tratar con adolescentes porque creo que están en un momento de su vida muy emocionante. Relacionarte con gente joven te obliga a no hacerte mayor. También, a seguir adelante y no rendirte a pesar de saber que, como escribió Roger Wolfe glosando a Celaya, “la poesía es un arma cargada de futuro y el futuro es del banco de Santander”. Si existen editoriales como Pregunta ediciones que son capaces de sacar adelante su catálogo en los tiempos que corren, habrá, al menos, que intentarlo por responsabilidad

¿Hubo alguna vez en los institutos héroes de carne y hueso?

En un instituto no deben existir héroes, sino admiración mutua entre alumnos y profesores. Existen, también, proyectos increíbles como ‘Poesía para llevar’ donde la poesía se convierte durante un momento a la semana en el centro de la educación. Además, existen personas admirables que luchan incansablemente. Un ejemplo, la experiencia que puedes vivir siendo profesor en Épila, con un equipo docente comprometido.

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